Alejandra Conde rompe su silencio: su niñez, la muerte de su madre y su detención

Alejandra Conde, la hija de Mario Conde, ha hablado por primera vez de uno de los peores momentos de su vida. En un reportaje para la revista 'Vanity Fair' en el que ha participado junto a su padre, la joven ha relatado la traumática experiencia que vivió en 2016. Todo empezó cuando el 11 de abril, Mario Conde, sus hijos Alejandra y Mario y su yerno Fernando Guasch fueron detenidos por presuntamente repatriar 13 millones de euros procedentes de Banesto.

El 30 de mayo la pesadilla terminaba para la familia Conde. La sección tercera de la Audiencia Nacional archivaba la acusación de blanqueo de capitales y organización para delinquir que pesaba sobre Mario Conde y sus dos hijos, al no apreciar delito. Ahora Alejandra ha querido narrar cómo fue esa experiencia. "Lo recuerdo con tristeza por las circunstancias que lo rodearon", confiesa.

Alejandra, que fue considerada 'codirectora de la trama', esquivó la prisión a cambio de un arresto domiciliario gracias a que el juez Pedraz tuvo en cuenta las circunstancias familiares que atravesaba. Y es que su hijo Fernando, que entonces tenía nueve años, estaba muy enfermo. "Tengo muchas cosas que agradecerle al juez", asegura Alejandra, quien no olvida que la dejó acudir a la comunión de su hijo.

Para poder sobrevivir a esa situación, Alejandra se aisló por completo e intentaba no ver las noticias, refugiándose en sus tres hijos y en el deporte: "Me ayudó mucho. Era lo que conseguía pararme la mente". Ahora, tres años después, Alejandra y su familia respiran tranquilos. Tras 8 meses de estudio de la causa, la Audiencia ordenaba el cierre en firme de la misma dejando sin efecto todas las medidas cautelares.

Pero Alejandra también ha hablado de otros temas, como la relación con su padre, su infancia o la muerte de su madre. Recuerda su niñez con cariño: "Tuve suerte, fue una infancia muy buena y diversa". Cuenta que cuando Mario Conde se hizo famoso, no le afectó demasiado: "Sí me daba vergüenza cuando llegaba a los sitios y lo miraba mucha gente, pero siempre lo he llevado bien. Nunca me he sentido superior".

Alejandra siempre ha tenido una magnífica relación con su padre y siempre le ha creído: “Yo le creo a él. Me dijo que no había nada. Cuando intervinieron Banesto, también me pidió que confiara en él. Hasta hoy. Jamás he dudado”. Para Alejandra, el momento más triste de su vida fue la muerte de su madre, Lourdes Arroyo, tras una larga enfermedad: "Lo más triste que he vivido ha sido la muerte de mi madre, mucho más que el ingreso de mi padre en la cárcel. [...] Ella tuvo que vivir sus últimos años con mi padre en la cárcel", recuerda.