El árbol genealógico de los Primo de Rivera: quién es quién en el clan que negociará con el PSOE

Si en octubre de 2019 el Gobierno adelantó su intención de exhumar los restos mortales de Francisco Franco del Valle de los Caídos, esta semana anunciaba a bombo y platillo que ha comenzado las negociaciones con la familia de José Antonio Primo de Rivera para hacer lo propio. Una decisión que llega tras una de las remodelaciones más grandes del Ejecutivo de Sánchez y en mitad de un mes de julio marcado por la quinta ola de covid, una de las más virulentas según muestran los datos que se publican día a día.

Tras la salida de Carmen Calvo como vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, el relevo al frente de la ley de Memoria Democrática no ha quedado huérfano: si todo sale según lo previsto, los restos mortales del fundador de la Falange Española, fallecido durante los primeros meses de la Guerra Civil, el 20 de noviembre de 1936, podrían encontrar nueva sepultura. Unos trámites que ya han comenzado a abordar con los descendientes de esta familia cuyos orígenes se remontan al siglo VII en La Habana, Cuba, pasando por México y Jerez hasta llegar a nuestros días como una de las sagas más discretas del panorama español.

Discretos y numerosos

Si los Martínez-Bordiú Franco se han convertido desde hace décadas en protagonistas de la actualidad por sus romances, bodas, bautizos y rupturas, lo cierto es que los Primo de Rivera se han esforzado generación tras generación por mantenerse lo más alejados posible de titulares de cualquier tipo y en un prudente segundo plano del que ni esta noticia del Gobierno podría obligarles a salir.

Familia de militares desde hace varias generaciones, habría que remontarse hasta los padres de José Antonio y Pilar Primo de Rivera para entender la genealogía con detalle. Aunque siempre fue una familia numerosa, lo cierto es que, a día de hoy, pocos son los que pueden presumir de llevar los apellidos en primer lugar. El 1 de junio de 1902 y tras recorrer medio mundo (de La Habana a Hong-Kong), continuando el carácter cosmopolita e internacional de los Primo de Rivera que le precedieron, el general Miguel Primo de Rivera se casó con Casilda Sainz de Heredia y Suárez de Argudín. Tuvieron seis hijos, el mayor, José Antonio, fundador de la Falange, Miguel, María del Carmen, Pilar (delegada nacional de la Sección Femenina), Ángela y Fernando. De ellos, tan solo dos tuvieron hijos, María del Carmen y Fernando, que por ser varón, fue el único que pudo perpetuar el apellido al menos tres generaciones más.

La generación actual

Fernando Primo de Rivera se casó en 1933 con Rosario Urquijo y fruto de su matrimonio nacieron tres hijos: Miguel, el primogénito, Rosario (que se casaría con el torero Luis Miguel Dominguín) y Fernanda. Como en la generación anterior, a pesar de tener familia numerosa, el apellido solo se perpetuó en primer lugar en la familia que formó Miguel, político clave en la Transición española y senador de la primera legislatura de la democracia, con María Oriol, con quien tuvo nada menos que nueve hijos: Fernando, Pelayo Miguel, Rocío, Bosco, María, Cosme, Damián e Inés.

Estos, junto a los cuatro hijos de Fernanda (de apellido Sainz de Vicuña Primo de Rivera), serán los encargados de negociar con Pedro Sánchez y el recién nombrado ministro de la Presidencia, Alfredo Bolaños, el destino de los restos de su antepasado. Según ha podido confirmar Vanitatis, será Fernando, el mayor de todos y heredero del ducado de Primo de Rivera, el que ejerza de enlace con el Gobierno.

Pelayo, segundo hijo del matrimonio, está casado con Inés Entrecanales y ostentan el título de condes del Castillo de la Mota, heredado de su tía, Pilar Primo de Rivera. Tras él, van Miguel y Rocío, periodista y escritora del libro 'Los Primo de Rivera: historia de una familia', que se remonta a sus ancestros guaranís del siglo XV. Los pequeños de la casa son Bosco, María, Cosme, Damián y por último Inés.

Cosme, junto a su mujer, Ximena García de Lago, crearon la fundación 11q para su hija, la segunda del matrimonio, que sufre el síndrome de Jacobsen, una enfermedad asociada a muchas complicaciones médicas, unas más graves que otras: de corazón, inmunológicas, hematológicas, cognitivas, físicas… Gracias a esta fundación han logrado ayudar a decenas de familias en su misma situación.

Una familia que ha desarrollado su vida en una admirable intimidad y que, ahora que su apellido vuelve a primer plano, pretenden mantener tanto como les sea posible y sobre todo luchar porque tras tantos años se separe por fin el mito de la persona que fue su abuelo.