'Wedding insider': todos los detalles de la última gran boda aristocrática del año
Un enlace lleno de rostros conocidos, glamour y altas dosis de diversión del que Vanitatis ha podido conocer todos los detalles de mano de algunos de sus protagonistas
El 31 de diciembre fue la original fecha que Casilda Herrero de Solís-Beaumont y Javier Zarrabeitia Fernández-Shaw eligieron hace unos meses para pronunciar bien alto el ‘sí, quiero’ en Córdoba. Un día llamativo y poco habitual que sin embargo causó sensación entre sus familiares y amigos que, lejos de preferir pasar este día de la manera tradicional, hizo las maletas y puso rumbo a Almodóvar del Río para despedir el año.
Un enlace lleno de rostros conocidos, glamour y altas dosis de diversión del que Vanitatis ha podido conocer todos los detalles de mano de algunos de sus protagonistas.
Rosario Fitz-James, gran protagonista
Los duques de Huéscar, Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart fueron dos de los invitados más buscados. Prima de Fernando y Carlos, Casilda es sobrina de Matilde Solís, por lo que su presencia estaba más que asegurada al enlace.
A la boda civil, acudieron con su hija Rosario, de un año de edad que se estrenaba en su primer acto público. La pequeña fue la sensación, ya que constituyó su presentación en sociedad tras el gran evento en el que fue protagonista, su bautizo apenas una semana después de la boda de sus tíos Carlos y Belén.
Su madre al llegar la cogió sobre la cadera de forma espontánea y su padre, no dudó en cargar con la sillita de bebés que llevaba en el coche para colocarla en el autobús que los llevó hasta el Castillo, según nos relatan las fuentes consultadas.
Una boda a lo ‘Juego de Tronos’
El Castillo de Almodóvar del Río, lugar donde se celebró la boda, pertenece a la red nacional de patrimonio histórico de Castillos y Palacios de España y es propiedad de Fernando Solís, marqués de Valencina y heredero de la casa de la Motilla (hijo mayor de Miguel Solís-Beaumont y Carmen Tello y hermano del conocido Enrique Solís). Fernando también es el encargado de su gestión.
Escenario de rodaje de la serie mundialmente conocida ‘Juego de Tronos’, cuenta con una historia excepcional. Sus muros sirvieron de prisión a doña Juana de Lara (esposa del infante don Tello, hermanastro del Rey Pedro I), de custodia de los tesoros de Castilla, y sus mazmorras han sido testigo de la agonía de prisioneros ilustres como el primer duque de Benavente.
Es una fortaleza árabe edificada entorno al año 740 sobre una colina y su aspecto impresiona. Para subir hasta él hay que hacerlo en un microbús. Los invitados a la última boda de la alta sociedad del año así lo hicieron, dejaron sus coches en una explanada y accedieron de este modo al lugar preparado para el enlace. Eso sí, los novios llegaron en su propio coche.
En 1901 sufrió una restauración muy importante gracias al propietario de entonces, el conde de Torralva, una persona con grandes inquietudes culturales y se llevaron a cabo importantísimos trabajos durante casi 36 años pero ni el arquitecto del proyecto Adolfo Fernández Casanova, ni el mismo conde de Torralva, verían acabado su proyecto, ya que murieron en 1914 y 1932 respectivamente. Entre estas obras que se acometieron está la del camino de acceso a la fortaleza, que a día de hoy sigue siendo un camino muy empinado y estrecho que dificulta su acceso.
En la actualidad el castillo puede ser visitado y cuenta con una amplia oferta cultural: entrenamientos de combates medievales, visitas teatralizadas y ofrece la opción de celebrar bodas en un patio medieval que es impresionante.
El vestido de novia de estilo ‘royal’
La boda tuvo lugar a las dos y media de la tarde. Una ceremonia civil muy sencilla en la que destacó el vestido de la novia firmado por Jan Taminiau, diseñador holandés que se ha convertido en el favorito de la aristocracia.
Confeccionado en encaje y con un corte muy similar al que llevó Kate Middleton el día de su boda, lo aderezó con una tiara antigua perteneciente al joyero familiar de los Solís-Beaumont.
Curiosamente, el diseñador elegido es uno de los favoritos de la duquesa de Huéscar, a la que ha tenido oportunidad de vestir en distintas ocasiones (la última durante la boda de los condes de Osorno en el Palacio de Liria el pasado mes de mayo). También es habitual en el armario de la reina Máxima de Holanda y de otros admirados en suelo patrio como el de Myriam Lapique, madre de Felipe y Carlos Cortina.
Campanadas con Pedroche
Minutos antes de las 12 de la noche, camareros distribuyeron a cada invitado un recipiente con las doce uvas que manda la tradición y copas de champán para que los invitados despidieran el año por todo lo alto. Lo hicieron, según relatan, siguiendo las campanadas en Antena 3, presentadas por Cristina Pedroche y Alberto Chicote. Josie, íntimo amigo de la novia (fue quien la ayudó con la elección del vestido de novia) e invitado al enlace, también es el director creativo del look con el que cada año nos sorprende la presentadora.
En esta ocasión iba vestida con un diseño de Manuel Piña de hace 30 años salido de su propio museo en Ciudad Real.
De hecho, Josie y su acompañante tuvieron que abandonar pronto la fiesta para coger un tren en Córdoba de vuelta a Madrid, donde apenas unas horas más tarde viviría junto a su amiga Pedroche una de las grandes noches del año.
El 31 de diciembre fue la original fecha que Casilda Herrero de Solís-Beaumont y Javier Zarrabeitia Fernández-Shaw eligieron hace unos meses para pronunciar bien alto el ‘sí, quiero’ en Córdoba. Un día llamativo y poco habitual que sin embargo causó sensación entre sus familiares y amigos que, lejos de preferir pasar este día de la manera tradicional, hizo las maletas y puso rumbo a Almodóvar del Río para despedir el año.