La historia de profunda amistad tras la gran exposición de Picasso en Madrid
La Fundación Beyeler y la Academia de Bellas Artes de San Fernando muestran hasta el 15 de mayo varias obras del artista malagueño en 'Picasso. Rostros y figuras'
Pablo Picasso pasó unos meses como alumno en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Esta semana de alguna manera ha 'vuelto' a ocupar sus vetustas paredes gracias a la exposición 'Picasso. Rostros y figuras', que se podrá ver hasta el próximo 15 de mayo y que se ha convertido en la 'joya' de la temporada al reunir algunos de los grabados que la institución atesora de los primeros años de Picasso con obras que no suelen viajar. El 'milagro' se ha producido gracias a la colaboración de la Real Academia con la Fundación Beyeler, la institución suiza que vela por la colección de Ernst y Hildy Beyeler, dos de los mejores amigos y colaboradores del artista malagueño y a la vez dueños de una de las mejores colecciones privadas del mundo.
Considerada sede de algunos de los principales artistas modernos y contemporáneos, la Fundación Beyeler aporta a la muestra siete obras de Picasso, parte de las treinta que aglutina en sus colecciones privadas y que ahora llegan a la academia donde Picasso estudió, en una exposición “modesta pero de gran calidad”. “Es un honor colaborar en dar forma a la primera exposición de Picasso realizada donde el pintor se formó”, explicó Samuel Keller, director de la fundación suiza, durante la presentación de la muestra esta semana en Madrid.
El artista malagueño ingresó formalmente en la academia el 14 de octubre de 1897. Eran los años en que si uno quería ser pintor, "tenía que pasar por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando”, explica Estrella de Diego, una de las comisarias de la exposición. “Hemos indagado y encontrado sus asignaturas matriculadas y su expediente, que muestra que era un buen estudiante”. El artista pasó apenas un año estudiando en la capital, ciudad que abandonó a causa de una enfermedad.
Sería mucho más tarde, siendo ya un artista consagrado, cuando Picasso conoció por primera vez a Ernst y Hildy Beyeler. Pedimos a Raphaël Bouvier, comisario de la muestra madrileña, que nos ayude a recrear la historia de profunda amistad entre este mítico galerista suizo y el pintor malagueño. "Ernst Beyeler comenzó a organizar exposiciones de Picasso en su galería de Basilea en la década de 1950 y desarrolló una relación amistosa con el artista. En 1957, Beyeler conoció a Pablo Picasso por primera vez. Él mismo nos contó más tarde: 'Al principio me inhibió un poco sentarme directamente frente a él. Pero cuando la conversación se convirtió en arte, se volvió muy fácil'. Unos diez años después, en 1966, Ernst Beyeler visitó a Picasso nuevamente en su villa en Mougins, donde se le concedió el rarísimo privilegio de elegir personalmente las obras directamente del artista".
Ernst Beyeler fue un personaje imprescindible para entender la historia del arte del siglo XX. Siendo estudiante en la Universidad de Basilea, entró a trabajar en la librería de un anticuario alemán de origen judío refugiado en Suiza. Cuando murió el librero, en 1945, Beyeler compró la librería y la transformó en una galería de arte que en pocos años se convertiría en un referente. Fue la semilla de una carrera intensa y jalonada de éxitos que no se entendería sin la que fue su mujer, Hildy, a la que también conoció en su etapa de estudiante.
"Ernst y Hildy se conocieron cuando, como estudiante, Ernst Beyeler trabajaba en una librería de viejo, La Librairie du Château d'Art, en Basilea, donde Hildy a veces también ayudaba. Después de la muerte inesperada del librero en 1945, Ernst Beyeler se hizo cargo de ella y, con el apoyo de su futura esposa, invirtió en el negocio, cambiando el nombre de su librería de antigüedades unos años más tarde a Galerie Beyeler", relata Raphaël Bouvier. Casi inmediatamente comenzó a hacer exposiciones periódicas e inició una estrategia de adquisición de otras colecciones que contribuyeron a construir a lo largo de los años una de las colecciones privadas más importantes del mundo. Hoy se puede visitar en su plenitud en un precioso edificio diseñado por Renzo Piano en los alrededores de Basilea.
"Durante décadas, Ernst Beyeler organizó la venta de más de mil obras de Picasso"
Su relación con Picasso traspasó lo profesional y se convirtió en amistad. "Ernst y Hildy Beyeler trataron a Picasso siempre como un referente en el arte contemporáneo y su compromiso con el artista se vio reconocido de muchas maneras", cuenta Bouvier a Vanitatis. "El resultado fue una colaboración duradera, durante la cual la Galería Beyeler dedicó once exposiciones monográficas y numerosas colectivas a Picasso, y durante décadas organizó la venta de más de mil de sus obras. No menos de 33 de las obras de Picasso acabaron formando parte de la Colección Beyeler, lo que convirtió a la Fundación Beyeler en uno de los museos más importantes del mundo dedicados a la obra del artista".
Como ejemplo de esa especial relación, acudimos a una historia legendaria relacionada con la ciudad suiza de Basilea y Picasso que ha pasado a la historia bajo el nombre del 'milagro de Basilea'. Según esta, los habitantes de esta ciudad bañada por el Rin evitaron que dos de los más míticos cuadros del pintor malagueño salieran de la ciudad a través de una campaña masiva de crowdfunding que involucró a empresas, personalidades e instituciones suizas.
"La historia no está directamente relacionada con Ernst Beyeler, pero ilustra el fuerte aprecio de la ciudad de Basilea por el arte en general y por Picasso en particular", rememora Bouvier. "En 1967, el coleccionista de arte Peter Staechelin quería compensar las dificultades financieras con las que se había topado su compañía aérea tras un accidente aéreo. Decidió vender dos obras de Picasso de su colección que estaban en préstamo en el Kunstmuseum Basel, 'Los dos hermanos' y 'Arlequín', recaudando 8,4 millones de francos suizos con su venta. Esto causó consternación en Basilea, desató una ola de solidaridad y llevó a un referéndum. En la votación, los ciudadanos de Basilea aprobaron por gran mayoría un crédito municipal de seis millones de francos para la compra de las pinturas. Una campaña pública excepcional recaudó los restantes 2,4 millones de francos. Este esfuerzo impresionó tanto a Picasso que, como gesto, donó cuatro obras más a Basilea, que hoy se pueden ver en el Kunstmuseum Basel".
El esfuerzo del pueblo suizo por comprar dos de sus obras "impresionó tanto a Picasso que, como gesto, donó cuatro obras más a Basilea, que hoy se pueden ver en el Kunstmuseum Basel"
Los Beyeler han sido a su vez generosos con España en multitud de ocasiones. "La colección de Ernst y Hildy Beyeler se mostró públicamente por primera vez en 1989 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. La exposición de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando continúa una serie de colaboraciones de gran prestigio entre nuestro museo e importantes museos españoles, como el Museo del Prado y el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y el Museo Guggenheim de Bilbao".
El matrimonio de coleccionistas falleció sin descendencia, pero dejó muy atado el futuro de su colección. "A principios de la década de 1980, Ernst y Hildy fundaron la Beyeler-Stiftung, que hoy administra la Fundación Beyeler como museo (inaugurada en 1997) y es propietaria de la Colección Beyeler. Uno de los objetivos de la fundación es fomentar el interés por las artes en los jóvenes y hacer que el arte sea accesible para ellos, un compromiso que fue de gran importancia para Ernst y Hildy Beyeler", subraya Bouvier. Gracias a eso hoy podemos disfrutar en España de parte de esta colección.
Pablo Picasso pasó unos meses como alumno en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Esta semana de alguna manera ha 'vuelto' a ocupar sus vetustas paredes gracias a la exposición 'Picasso. Rostros y figuras', que se podrá ver hasta el próximo 15 de mayo y que se ha convertido en la 'joya' de la temporada al reunir algunos de los grabados que la institución atesora de los primeros años de Picasso con obras que no suelen viajar. El 'milagro' se ha producido gracias a la colaboración de la Real Academia con la Fundación Beyeler, la institución suiza que vela por la colección de Ernst y Hildy Beyeler, dos de los mejores amigos y colaboradores del artista malagueño y a la vez dueños de una de las mejores colecciones privadas del mundo.