Margarita Robles: "La princesa Leonor en las academias es un mensaje muy positivo para las mujeres jóvenes"
Nos reunimos con la cúpula del Ministerio de Defensa para debatir sobre el presente y el futuro de las mujeres en las Fuerzas Armadas: conciliación, igualdad y retos por delante
Son las 10 y media de la mañana cuando el equipo de Margarita Robles nos da la bienvenida en una de las antesalas de su despacho en el ministerio. Es la primera vez que al otro lado de la puerta espera acompañada de su equipo para conceder una entrevista de estas características.
Amparo Valcarce, secretaria de Estado de Defensa; Adoración Mateos, subsecretaria de Estado de Defensa, y Esperanza Casteleiro, directora del CNI, no han querido perderse esta charla con Vanitatis. La ocasión desde luego lo merece: hablamos de la mujer en las Fuerzas Armadas, una de las asignaturas pendientes de Robles cuando tomó el relevo de esta cartera en 2018 y para la que tanto ha hecho desde entonces junto con este equipo del que se siente tan orgullosa.
En seis años, no solo ha nombrado a las tres mujeres que hoy la acompañan -todas ellas con carreras brillantes-, sino que ascendió a la primera general (otras cuatro vinieron después y pronto habrá más) y ha reformado las condiciones de acceso para que el porcentaje de mujeres en los tres ejércitos haya superado la media de los países OTAN.
“Somos cuatro mujeres que desde nuestros puestos de responsabilidad estamos comprometidas en que haya el mayor grado de incorporación de mujeres a las Fuerzas Armadas”, han prometido.
Aún hay mucho por hacer. Las mujeres suponen tan solo un 13,1% del total de las tropas (15.919 mujeres es la cifra actualizada). Por lo que qué mejor ocasión que el Día de la Mujer para sentarnos con ellas a debatir sobre el pasado, el presente y sobre todo el futuro de la implicación de la mitad de la población a la que pertenecen en este mundo de hombres en el que se han convertido en cuatro de las personas con más poder. Más aún, cuando hace tan solo unos meses, la princesa Leonor comenzó su carrera militar que la preparará para liderar algún día los tres ejércitos como jefa del Estado.
Conciliación, acceso y, sobre todo, promoción. Esto es todo lo que nos han contado cuatro de las mujeres con más poder en la Defensa de España.
Liderazgo y perspectiva de género
La ministra Robles, en su última comparecencia ante la Comisión de Defensa en el Congreso, hizo unas declaraciones que no dejaron a nadie indiferente: “Nuestra apuesta por la igualdad es total y absoluta… Continuaremos con esa línea de trabajo que ha permitido que la participación de mujeres en este momento para el ingreso en las Fuerzas Armadas haya pasado de un 11% hace seis años a un 19,8% en 2023”.
Unas cifras que, como decíamos, son insuficientes para lograr la igualdad real, pero que no han hecho más que crecer durante los últimos años. “Si somos el 50%, esto se debe trasladar también a una institución que es pilar del Estado”, apunta Amparo Valcarce, secretaria de Estado. Antes de llegar a este puesto, además de encabezar la Subsecretaría de Defensa durante dos años, ostentó el de directora general de Reclutamiento y Enseñanza Militar. Un cargo en el que pudo intervenir de una manera de lo más efectiva en la lucha por la igualdad en el ejército. Entre otras cosas, eliminó la limitación de estatura de los requisitos de acceso, lo que supuso la inclusión de multitud de mujeres que quedaban fuera por este sesgo tan injusto.
Desde hace unos años, además del ascenso de 55 mujeres a coronel y 5 a general, la presencia ha llegado a más unidades que nunca. “Tenemos pilotos de Eurofighter, paracaidistas en operaciones especiales, mujeres que llevan corbeta, carros de combate, mandos de compañías…”, señala la ministra. “Mujeres que han llegado a estos cargos en igualdad de condiciones que sus compañeros y haciendo un trabajo excepcional. Excelente. Porque han sido seleccionadas precisamente solo por sus méritos”, continúa Valcarce. “Siempre decimos lo de la p y la c. En las aptitudes, todos iguales; en las actitudes, las diferencias son las que enriquecen un colectivo”.
“Debajo de un casco, yo siempre digo que no sé si hay un hombre o una mujer, y muchas veces, la sorpresa es cuando se lo quitan y ves a una mujer”, señalan las cuatro.
En un mundo de hombres, que una mujer paracaidista fuera la designada para entregar la bandera izada el día de la Fiesta Nacional fue un hito aplaudido por todos que ellas desean que en unos años sea algo normal. Un estereotipo que buscan romper a toda costa.
En el CNI, asegura su directora, “la propia actividad de las mujeres es imprescindible en un servicio de inteligencia porque hay tareas y cometidos que son exclusivos de las mujeres”. Una perspectiva de género vital para entender la importancia de ellas en las Fuerzas Armadas, a las que se incorporaron hace solo 35 años.
"Debajo de un casco, yo siempre digo que no sé si hay un hombre o una mujer, y muchas veces, la sorpresa es cuando se lo quitan y ves a una mujer"
“El liderazgo femenino se nota muchísimo en misiones. Cuando las Fuerzas Armadas trabajan en países especialmente difíciles como puede ser Mali o Líbano, donde la cultura local da muy pocas oportunidades a las mujeres, estas son más capaces porque pueden trabajar mejor con esas comunidades locales en las que muchas veces la violencia contra las mujeres es un arma”, apunta la secretaria de Defensa.
“Influye mucho que en los contingentes internacionales haya presencia de mujeres. Lo subrayan todos los organismos, especialmente Naciones Unidas. Yo creo que esto también merece la pena resaltarse. Que es no solo importante, sino eficiente. Es que son muy útiles y se puede ver en Afganistán, en África Central, en el África Subsahariana, y creo que también es muy satisfactorio para las mujeres militares en misiones ver que pueden desarrollar esta especial capacidad de entendimiento con las comunidades locales”.
Es indudable, apunta Casteleiro, que “las mujeres tienen unas ciertas facilidades para acercarse a una población más vulnerable y con más problemas, y esa aproximación a veces solo la pueden hacer ellas”. Una línea en la que enfatiza Robles: “En lo operativo no hay diferencia, ni la tiene que haber. Cuando uno está llevando un uniforme operativo, yo no quiero saber si es un hombre o una mujer, pero ese plus de sensibilidad, de empatía, en muchas ocasiones, marca la diferencia”.
La conciliación, el gran reto
De todos los retos a los que se enfrentan las mujeres en el ejército, y quizá en todos los sectores, el de la conciliación es quizá uno de los mayores que tienen por delante. Poder compaginar la maternidad con la carrera profesional sin que ninguna de las dos partes se vea seriamente afectada es una de las pesadillas de todas aquellas que dan el paso de tener hijos.
Más aún en un mundo de hombres como este, colectivo entre el que este tema cada vez es una necesidad mayor. “Para nosotros realmente es un foco importantísimo para el que tener permanentemente actualizada toda la legislación en materia de conciliación, no solo incorporando toda la normativa que se aplica al ámbito de los empleados públicos, sino adaptándola a la peculiaridad también del ejercicio de la profesión militar”, asegura Adoración Mateos, de cuya subsecretaría depende directamente el Observatorio para la Igualdad entre la Mujer y el Hombre en las Fuerzas Armadas.
“Es un colectivo que realiza guardias, misiones internacionales y además en el que crecientemente hay un colectivo cada vez mayor de parejas en las que los dos son militares, con lo cual hay que establecer medidas específicas de agrupación familiar para facilitarles la vida familiar”.
Una de las soluciones a corto plazo pasa por seguir incrementando las plazas en escuelas infantiles en centros militares (a día de hoy son casi 2.000, distribuidas en más de 30 escuelas). “Las medidas de conciliación de la vida familiar y las Fuerzas Armadas hacen posible que hombres y mujeres puedan compatibilizar sus servicios a España, una profesión tan exigente como la militar con una vida familiar plena”.
"El reto fundamental que tenemos es hacer las Fuerzas Armadas atractivas para la gente joven, para los hombres y también para las mujeres"
Un problema el de la maternidad y la conciliación que aún repercute más en las misiones internacionales, donde el sesgo está incluso más acentuado por una cuestión que nada tiene que ver.
El total de mujeres en este tipo de operativos es un 9,7%. “El sesgo es porque en misiones suele haber muchos oficiales en escalas altas. Y, claro, ese es el problema, que todavía hay muy pocas mujeres porque se empezaron a incorporar hace tan solo 35 años, por lo que muchas aún no tienen la edad para haber promocionado tanto. Pero ese sesgo debería empezar a corregirse con el tiempo”, continúa la subsecretaria.
Cabe destacar que fue a partir del año 2000 cuando las mujeres comenzaron a ostentar cargos de representación en la cúpula del Ministerio de Defensa y que, hasta 2008, ninguna ostentó esta cartera. Fue Carme Chacón la pionera en este cambio que cada día es más efectivo.
Un ejemplo: la cadete Leonor
“El reto fundamental que tenemos es hacer las Fuerzas Armadas atractivas para la gente joven, para los hombres y también para las mujeres. Que son sinónimo de proyección personal y profesional. Hoy en día, las Fuerzas Armadas españolas son modernas, preparadas, eficaces, con un altísimo nivel en el plano europeo e internacional”, destaca la ministra.
Este es, quizá, uno de los mayores retos a los que se enfrenta el ministerio en esta nueva legislatura. Una tarea en la que la aportación de la princesa Leonor, que el pasado verano ingresó en la Academia Militar General de Zaragoza para comenzar su formación militar, es de suma importancia.
“Yo creo que la princesa Leonor en las academias, teniendo en cuenta que ella va a ser la futura jefa suprema de las Fuerzas Armadas, es un mensaje de las mujeres, la modernidad y lo que implican las academias militares: de formación, de preparación. Y a mí me parece que eso es un mensaje muy muy positivo para las mujeres jóvenes”, continúa Robles.
Una importancia que también pone de manifiesto Amparo Valcarce: “La hemos visto en formación y la hemos visto también en las aulas de la escuela de la Academia General Militar, pero también la hemos visto en entrenamientos en el campo, la hemos visto haciendo deporte, incluso deporte muy intenso, y yo creo que es una manera de visibilizar la formación que reciben nuestros militares y muy especialmente las mujeres, porque hemos visto a muchas mujeres que están compartiendo con ella pupitre, entrenamiento, formación en la Academia”.
Durante este camino, la Princesa ni está ni ha estado sola. Durante todo el proceso, la acompañará también una mujer, Margarita Pardo de Santayana, “una mujer que pertenece a una familia de militares y que tiene, como otras muchísimas mujeres, un grandísimo futuro dentro de la carrera militar. Y yo siempre digo que cuando toque por empleo y por edad veremos una mujer JEMAD, no tengo ninguna duda”, ha declarado Margarita Robles.
Pardo de Santayana actúa como “una guía, un apoyo”. “No debemos olvidar que es la Princesa de Asturias y que está llamada a ser la futura jefa del Estado. Entonces, evidentemente es una guía, del mismo modo que al jefe del Estado le acompaña también su cuarto militar. Es una preparación no solo para guiarla dentro de la Academia General Militar, sino también para que haya continuidad en esa disciplina, en esos valores compartidos por las Fuerzas Armadas. Yo la definiría como una guía”, nos explica Mateos, de cuya subsecretaría ha dependido parte del diseño de los estudios de la hija de los Reyes.
Una imagen muy potente que pone en el foco cómo es el día a día de una cadete en un mundo de hombres y que, con ejemplos como las cinco generales que han ascendido en los últimos años y el de estas cuatro mujeres, rompe de alguna manera un techo de cristal que hace 35 años parecía inalcanzable para la mitad de la población.
Son las 10 y media de la mañana cuando el equipo de Margarita Robles nos da la bienvenida en una de las antesalas de su despacho en el ministerio. Es la primera vez que al otro lado de la puerta espera acompañada de su equipo para conceder una entrevista de estas características.