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Astrid Gil-Casares: "Esta no es una novela rosa, no es una historia de amor, es una historia erótica, de enganche"
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ENTREVISTA

Astrid Gil-Casares: "Esta no es una novela rosa, no es una historia de amor, es una historia erótica, de enganche"

Con su tercera novela, 'No digas nada', la exmujer de Rafael del Pino se adentra en una historia de alto voltaje protagonizada por una mujer cercana a los 60 años

Foto: La escritora y cineasta Astrid Gil-Casares posa para Vanitatis. (D. G.)
La escritora y cineasta Astrid Gil-Casares posa para Vanitatis. (D. G.)

Astrid Gil Casares ha encontrado en la escritura uno de los pilares de su vida. Los otros dos son sus tres hijas y sus amigas. Acaba de publicar su tercera novela, ' No digas nada', después de la buena acogida de las anteriores. En esta novela con ciertos tintes autobiográficos, la soledad y la vida erótica de Alana marcan la trama de una historia que, como ella misma define, “no es de amor sino de enganche sexual”.

En esta entrevista cuenta cómo le afectó la muerte de su madre, de la que dice “era una mujer magnética para lo bueno y lo malo”. Asegura que el paso del tiempo es el mejor aliado para superar la tristeza cuando se refiere a su divorcio complicado -de Rafael del Pino- y a las amistades que consideraba importantes y que desaparecieron. De esa etapa son los tatuajes que marcan sus brazos, que recuerdan momentos difíciles que ya no existen y por eso no hay ninguno nuevo.

PREGUNTA. Es tu tercer libro, con un nombre muy inquietante: 'No digas nada'.

RESPUESTA. Depende de cómo se procese la frase y creo que sirve para muchas circunstancias.

placeholder Foto: D. G.
Foto: D. G.

P. ¿Has tenido que decir muchas veces esta frase?

R. Más que decirla yo, me la han dicho a mí. La gente que me quiere, que quiere que sea feliz, preferiría que no hablara, que no contara. Hubieran querido que tuviera una vida más convencional, más estable, como la que tenía antes de casarme, con un trabajo estable en un banco, con un horario, con unos compañeros, unos jefes. Más que "no digas nada" me han dicho "cállate", pero acompañado de corazoncitos.

"Hubieran querido que tuviera una vida más convencional, más estable, como la que tenía antes de casarme"

P. Cuesta creer que con tu personalidad hayas tenido que asumir silencios.

R. Siempre he vivido en un entorno privilegiado donde lo mejor era no decir determinadas cosas, más elegante. Algo así como 'no te quejes, pero entonces no expliques'. No me parece hipócrita, pero cada uno tiene su forma de gestionar las cosas y la mía es así.

P. Tu primer libro fue 'Nadie me contó', que coincidió con tu divorcio complicado de Rafael del Pino.

R. Pues sí, me hubiera gustado que efectivamente alguien me hubiera explicado ciertas cosas. Habría sido diferente.

P. Aunque es una novela, hay aspectos muy personales, al menos para quien te conoce. Por ejemplo, las experiencias de vivir en un mundo de altísimo nivel. Viajar en avión privado, alojarse en hoteles de súper lujo, amigos millonarios...

R. Hay cuatro mujeres: Gaelle, Elena y Alana, que son las protagonistas de mis libros, a las que hay que sumar a Astrid. Y las cuatro tienen cosas en común. Sus experiencias y cómo se enfrentan pueden ser en ciertos aspectos coincidentes. Hay escenas completamente inventadas y otras reales. Pero no te voy a decir cuáles.

placeholder Gil-Casares con algunos ejemplares de 'No digas nada'. (D. G.)
Gil-Casares con algunos ejemplares de 'No digas nada'. (D. G.)

P. La soledad es una constante en la vida de Alana, que parece tenerlo todo.

R. A ella se le rompe el mundo cuando muere su madre y ese es el inicio del libro. Y yo comencé a escribirlo después de que muriera la mía. No esperaba que me fuera a afectar tanto. Me refiero a que es ley de vida que los padres se vayan antes que los hijos, pero incluso con eso se me ha roto la columna vertebral. Y sinceramente no imaginaba cuánto la iba a echar de menos. Dejas de ser hija, dejas de tener ese paraguas.

"Mi madre era magnética. Arrasaba con todo para lo bueno y malo y en mi caso mi recuerdo va unido a momentos bonitos"

P. Alana cuenta que su madre no era muy afectuosa en el sentido de abrazar y besuquear.

R. La mía tampoco y por eso yo soy lo contrario con mis hijas. Mi madre era magnética. Arrasaba con todo, para lo bueno y lo malo, y en mi caso mi recuerdo va unido a los momentos bonitos.

P. Insisto en el tema de la soledad tan presente en el libro. Tú tuviste tu propia travesía del desierto con tu divorcio.

R. Son soledades diferentes. Una madre está en los momentos difíciles y la mía siempre estuvo cuando la necesitaba. Me acuerdo cuando me compré mi primera casa. Tenía una angustia tremenda el día de la firma de la hipoteca. Fue ella la que me calmó y me dijo: "Astrid, adelante". Y en mi divorcio me apoyó totalmente.

P. ¿Viviste muchos abandonos de gente que considerabas amiga?

R. Eso ya forma parte del pasado. Y te diré que todo pasa. El tiempo lo cura todo salvo las grandes tragedias como pueda ser la muerte de un hijo.

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Foto: D. G.

P. Tú eres una mujer triunfadora y marcada por tus tatuajes. ¿Te has hecho alguno más?

R. No, ninguno más. Incluso a veces pienso que me voy a quitar alguno, pero luego me doy cuenta de que cada uno tiene su significado. Por qué me lo hice y en qué momento.

P. ¿Qué supone para ti escribir?

R. Ahora es un pilar en mi vida. El otro son mis tres hijas adolescentes.

"A veces pienso que me voy a quitar algún tatuaje, pero luego me doy cuenta de que cada uno tiene su significado"

P. El primer libro, 'Nadie me explicó', fue una liberación tras tu divorcio convulso. Me decías en aquella primera entrevista que no habrías podido sobrevivir sin tu grupo de amigas.

R. Y así fue. Un grupo de apoyo que no pregunta, que no espera respuestas, que está a tu lado en un sofá esperando que quieras decir algo o continuar en silencio.

P. Como me comentabas, la madre está muy presente en todos los capítulos. Es una relación de amor y desencanto con muchos subes y bajas. ¿Qué heredaste de la tuya?

R. La capacidad de que se puede con todo. Ella no entendía la palabra no, pero gracias a esa manera de ser me he atrevido a hacer muchas cosas.

P. En tu familia las mujeres son muy fuertes. ¿En tu caso se convierte en una exigencia que a veces no es buena?

R. Para mí, tanto mi abuela como mi madre han sido mujeres inspiradoras.

placeholder Ejemplares del libro 'No digas nada' de Astrid Gil-Casares. (D. G.)
Ejemplares del libro 'No digas nada' de Astrid Gil-Casares. (D. G.)

P. Los hombres son poderosos en la novela, pero les presentas como un activo sexual.

R. La protagonista no vive una historia de amor, sino de soledad. Y en medio de esa situación de desgana y apatía surge una relación sexual.

P. Para quien no haya leído el libro, la protagonista tiene encuentros sexuales cada tres páginas. Sorprende que a veces sean tan descriptivos y potentes.

R. No tanto. Hay una parte erótica importante. No es una novela rosa, no es una historia de amor, es una historia erótica, de enganche.

"La protagonista no vive una historia de amor, sino de soledad. Y en medio de esa apatía surge una relación sexual"

P. La protagonista está mas cerca de los sesenta que de los cincuenta y tiene una actividad sexual importante.

R. Así es, pero te olvidas de su edad cuando estás metido en la historia. Y no olvides a mujeres súper potentes como Carla Bruni, Sharon Stone o Cindy Crawford, por poner ejemplos, a las que no se les cuestionan sus años.

P. En los agradecimientos hay un mensaje secreto: “A ese hombre que me ha ayudado a escribir las escenas de sexo. Él sabe quien es”.

R. Cuando describía esos momentos, después se lo enviaba a un amigo para que me diera su parecer. Y me decía: "Está bien pero hace falta más".

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Foto: D. G.

P. Me llama la atención que Alana, la protagonista, tiene un currículum laboral impresionante pero se dedica a organizar cenas. No explotas la parte profesional, que en tu caso habría sido fácil describirlas por tu propia experiencia.

R. Quería centrame en lo que pasa por la cabeza de una mujer de 58 años. No quería distraer con un trabajo. Me gustaría hacer una reflexión en este sentido. En mi entorno hay muchas mujeres con buenos curriculums que dejaron de trabajar al casarse y tener hijos. Se sigue estructurando la vida en que sean ellas las que abandonan la vida laboral. Y es un problema y no estoy hablando de mi caso. Creo que debería haber un sistema legal en que si la esposa deja de trabajar firmara un documento donde figurara que es consciente de que se va a quedar sin nada en caso de divorcio. Ya se vería cuantas dejarían su mundo laboral ante esas circunstancias.

P. Después de tu experiencia como guionista y actriz, ¿qué quieres hacer en ese apartado?

R. Me río cuando me dices lo de actriz. Si solo he hecho un cameo. Y como guionista sí me gustaría hacer algo en el cine.

P. ¿A quién le has enviado 'No digas nada'? ¿A tu exmarido? ¿a tus exnovios?

R. Si tienen curiosidad ya se lo comprarán.

Astrid Gil Casares ha encontrado en la escritura uno de los pilares de su vida. Los otros dos son sus tres hijas y sus amigas. Acaba de publicar su tercera novela, ' No digas nada', después de la buena acogida de las anteriores. En esta novela con ciertos tintes autobiográficos, la soledad y la vida erótica de Alana marcan la trama de una historia que, como ella misma define, “no es de amor sino de enganche sexual”.

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