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David Beckham, acostumbrado a ser el centro de todas las miradas allá por donde pisa, vivió este jueves uno de los momentos más bochornosos. Mientras veía desde la grada un partido de tenis, la pelota con la que jugaban salió despedida y fue a parar directamente al asiento del futbolista. Él la atrapó demostrando unos muy buenos reflejos y enseguida se la devolvió a los jugadores de la pista. Sin embargo, desde las gradas, al observar la habilidad de Beckham, se desencadenó un multitudinario aplauso que le hizo pasar ciertos apuros. Hasta los jugadores de la pista ovacionaron su gesto para bochorno del inglés.