El enfado del genealogista de Letizia

Le han bautizado con sorna como “el genealogista de Letizia”, y a Javier Cordero no le hace la menor gracia que varios medios de comunicación se tomen a broma su trabajo. El fue el que se remontó en sus investigaciones novecientos años atrás para descubrir que la Princesa de Asturias desciende de Fernando II de León, pero algunos dudan del rigor histórico de esa investigación, e intentan dejarle en mal lugar.

Cordero asegura que este trabajo le ha llevado mucho tiempo de dedicación. No entiende que periodistas como Jaime Peñafiel salgan diciendo que “jamás he visto a Cordero por los archivos, por lo que su información no tiene ningún valor”, y parece ser que está pendiente de realizar un viaje a tierras andaluzas, exactamente a Córdoba, porque ha descubierto otro linaje de la esposa de don Felipe que va a dar mucho que hablar, más, incluso, que el que la une con el monarca leonés mencionado. Esa investigación la lleva tan en secreto que apenas saben de ella ni sus más íntimos.

Sus detractores recuerdan hoy una conversación pronunciada por el propio confesor del Rey Juan Carlos en la que decía que había que buscarle un linaje aristocrático a su nuera. Y la primera pista sobre el tema la daba un artículo sobre Fray Bartolomé Vicens, el que fuera confesor de don Juan Carlos, publicado el pasado 14 de febrero en La otra crónica, del diario El Mundo, en el que se comentaba que el religioso había revelado que un genealogista rastreaba rasgos nobiliarios entre los antepasados del abuelo paterno de la princesa.

Tras aparecer en escena, Javier Cordero ha dejado muy claro que de cada dos trabajos que realiza, en uno suele encontrar orígenes relacionados con la nobleza, por lo que no es de extrañar que doña Letizia cuente con antepasados de tal linaje.