Los Príncipes de Asturias disfrutan de una tarde de toros

Los tres toreros actuantes en la tradicional Corrida de la Beneficencia celebrada este miércoles en Las Ventas, ante la presidencia de los Príncipes de Asturias, salieron al término de la misma con gesto contrariado, pero por diferentes motivos: Miguel Ángel Perera maldecía su espada, y Julián López 'El Juli' y José María Manzanares se lamentaban de la escasa colaboración de sus toros. Felipe y Letizia pudieron dar buena cuenta de ello, tras presenciar el festejo desde el palco real. (Ver álbum).

Con respecto a lo acontecido en el ruedo, Perera fue el que más cerca tuvo el triunfo, con dos importantes faenas que tuvieron mucho calado, sin embargo, mal rubricadas en la suerte suprema, motivo principal de su disgusto. "Ha sido una pena. Ahora es cuando te pones a pensar lo que hubiera cambiado la cosa de haber matado a los toros como en la última corrida que toreé en Nimes. Pero esto es así, unas tardes la espada funciona bien y otra se pincha".

Sobre su paso por Madrid, Perera fue claro a la hora de sacar conclusiones: "Mis dos tardes en esta plaza pueden resumirse en lo que se ha visto hoy, que en cuanto los toros me han dado opciones se ha visto al Perera que todo el mundo quiere ver", aseguró. El director de lidia, Julián López 'El Juli' reconocía que "todos los toreros que venimos a esta plaza lo hacemos siempre para conseguir el triunfo, pero cuando no es posible, siempre sales decepcionado".

Y los principales culpables del escaso bagaje artístico del "Juli" en la tarde fueron, a su juicio, los dos toros de su lote: "el primero ha sido imposible, y el segundo es verdad que ha sido noble, obedecía y llegaba hasta el final, pero le ha faltado transmisión para que la gente se metiera en la faena", afirmó el diestro. Por motivos muy similares salía de la plaza José María Manzanares, un tanto contrariado por no haber podido conseguir el triunfo deseado, lamentándose también del juego de sus toros:

"Es una pena porque el quinto ha tenido calidad pero le ha faltado un pelín de fuerza y transmisión. He tenido que torearlo a media altura, dándole muchos tiempos, porque si le bajaba la mano se caía y amagaba con "rajarse". Mi primero si que no ha aguantado nada", dijo. Sin embargo su segunda faena si tuvo reconocimiento en los tendidos, fundamentalmente porque "lo he toreado muy despacio, con mucho mimo y templando mucho las embestidas a media altura, y siempre que se hace el toreo así, llega a los gente", finalizó.