La infanta Elena con moño alto y corona

Es indiscutible que a la infanta Elena se le ajusta perfectamente la corona real -pese a quien pese- aunque sea mujer. Desde que la hija mayor de los reyes de España regresara de sus vacaciones estivales, ha paseado empaque, elegancia y poderío por la calle, los salones, las fiestas privadas y los polideportivos.

Espectadora de primera fila en el atelier de Jesús del Pozo y seguidora afectuosa de la selección de baloncesto hasta el triunfo final frente a Serbia, doña Elena se muestra sonriente y cercana. Se puede decir sin miedo a equivocarse que es una persona presente cuando toca. Lo mismo en actos oficiales que en reuniones familiares como la celebración del cumpleaños de su prima María Zurita, o la fiesta de despedida de su hermana e Iñaki.

Hace dos semanas que Su Alteza Real retomó su tarea diaria en Mapfre, donde dirige los proyectos sociales y culturales de su Fundación. Apareció radiante y muy 'flasheada' en la puerta del Ritz, vestida con raso gris irisado y un mantón de manila turquesa que quitaba el sentido. Suele lucir el complemento chino con asiduedad. Un moño altísimo y bien rematado junto a unos stilettos de doce centímetros, hicieron de ella la más alta de la reunión. Muy elegante. La verdad sea dicha.

Del Ritz a la cancha de baloncesto con un cambio de vestuario. Elena de Borbón siempre ha acompañado a los deportistas patrios en sus triunfos y también en sus sinsabores, aunque la retina siempre selecciona la imagen de la emocion no contenida en Barcelona 92 al paso de la delegación española abanderada por su hermano Felipe. Debe ser una de las imágenes preferidas del álbum de la primogénita de los reyes. Aquí ganaba en altura, y por mucho, el capitán Gasol que conseguía, junto a su equipo, la primera medalla de oro en un europeo de baloncesto. La foto, como siempre, en los vestuarios.

Y de allí a la pasarela. Coincidiendo con la semana de la Moda en Madrid, pero fuera de su ámbito, la infanta ha elegido el taller de uno de los clásicos del diseño español, Jesús del Pozo, para su reencuentro con la moda española .  

El diseñador celebró en su estudio de Puerta de Toledo un desfile conmemorativo de sus 35 años de trabajo. Un regreso a los orígenes a través de tejidos rústicos como el algodón o el lino. Música en vivo de piano, ritmos y contrabajo para un satisfecho y emocionado Jesús del Pozo que celebró su éxito rodeado de amigos como una infanta de España y una cantautora, su musa de tantos años, Ana Belén. 

Una infanta que parece que el pueblo quiere tener. En palabras de Carmen Duerto y Cecilia Crego, autoras de su biografía: "Tiene un precedente en la infanta Isabel de Borbón, apodada La Chata, a la que Madrid le pidió que se quedase cuando su familia partía hacia el exilio al proclamarse la II República. Nada que ver con su hermana menor, Cristina que se va del país, no se sabe por cuánto tiempo, rumbo a las américas... o su hermano y su cuñada Letizia que este verano de crisis desaparecieron del mapa balear y se hicieron un crucero por las islas griegas y Turquía.