Ana Botella despide a su padre en la más estricta intimidad

Ernesto Botella,  padre de la primera teniente de alcalde de Madrid y suegro de José María Aznar, falleció la madrugada de este miércoles en su casa, en el barrio Salamanca, en Madrid, tras atravesar una larga enfermedad. La capilla ardiente ha sido instalada en el domicilio familiar por expreso deseo de sus trece hijos, que han querido darle el último adiós en la más estricta intimidad, lejos de la prensa y de los curiosos.

A pesar de que el padre de Ana Botella, ingeniero industrial de profesión, tenía una edad avanzada, su muerte ha conmocionado a familiares, amigos y compañeros de política de la concejala y su marido, el expresidente del Gobierno José María Aznar, que no han dejado de acudir a ofrecerles su pésame. Botella ha estado arropada en todo momento por sus hijos y su marido, que ha cancelado todas las actividades para despedirse de su suegro. Se espera que a lo largo del día de este jueves el féretro salga camino de La Almudena, donde recibirá sepultura. 

Un doctor muy querido y respetado

Ernesto Botella, de 93 años, era un hombre muy querido y respetado en su profesión y, aunque se jubiló hace años, muchos de los que fueron sus alumnos y compañeros de trabajo le recuerdan con mucho cariño. Trabajó en el Ministerio de Industria, así como en empresas como Endesa.

La muerte de Ernesto Botella ha sido un auténtico revés para Ana Botella, que estaba muy unida a él. Durante los últimos meses, la mano derecha de Gallardón, la mayor de trece hermanos, estaba muy ilusionada con la boda que se celebrará en tan solo un mes de su primogénito José María y la diseñadora de bolsos Mónica Abascal. Tras despedir a su padre, se espera que Ana Botella se reincorpore a su trabajo en el Consistorio madrileño lo antes posible. Su nombre suena insistentemente durante los últimos meses como posible alcaldesa tras las elecciones del 20-N.