La viuda del batería de Los Piratas: "No era un maltratador y nos amaba al bebé y a mí"

Javier Fernández, batería de Los Piratas, el mítico grupo que lideró Iván Ferreiro, fallecía este miércoles en Ponteareas (Pontevedra) como consecuencia de un disparo de un guardia civil en su casa. Tenía 40 años. Su esposa, Andrea Montes, ha querido salir al paso de las informaciones que están apareciendo en la prensa y afirma rotundamente: “No voy a permitir que se manipule la información sobre lo ocurrido. Hal era la persona más cariñosa del mundo. Nos amaba con todo su corazón al bebé y a mí. Jamás fue un maltratador. Éramos completamente felices. Todos sus amigos y familia saben que era una persona llena de amor. No permitiré que manchen tu nombre. Yo sé lo que nos querías. Te quiero y siempre te querré”.

Javier y Andrea hacia dos meses que habían sido papás. "Lo habían deseado durante mucho tiempo", indica a Vanitatis Paco Serén, otro de los componentes de Los Piratas, "y ahora que lo conseguían se va él...". El teclista y guitarrista del grupo asegura que "Hal no tenía ojos nada más que para su niño. Estaba superilusionado con él. Le tarareaba nanas que él mismo componía”. Paco le conocía más que bien, ambos tocaron en el grupo desde su fundación, en 1991, hasta la disolución del mismo, en 2004. La relación con sus compañeros de grupo siempre fue fantástica. "Nos juntábamos mucho". También conocía al matrimonio, con quien compartía tiempo. Vivían a 700 metros. “Eran una pareja feliz, que lo tenían todo". El propio Paco se acercó a la casa de Ponteareas en cuanto tuvo conocimiento de lo ocurrido. "Lo que se podía solucionar con una pastilla, se solucionó con una bala", asegura. "La vida se ha llevado un alma buena... Solo estaba enfermo, pero era todo bondad".

Su viuda “está destrozada”, indican fuentes familiares a Vanitatis, las mismas que aseguran que “van a pedir responsabilidades”. Andrea y Javier llevaban 10 años juntos. "Era el amor de su vida y nunca hubo nada de violencia... Solo amor", declara Serén a Vanitatis. “Ahora no le queda más remedio que agarrarse a su bebé, de dos meses, sacarle adelante y explicarle algún día que su padre le quería mucho”. Ambos "tenían una vida normal". Él era profesor de batería y ella ayuda en varias protectoras de animales de Pontevedra.

Daba clases de batería

Andrea no quiere que Javier quede como un maltratador y asegura que “es una víctima. Primero víctima de un trastorno bipolar que estaba perfectamente controlado desde hace 10 años, hasta que su psiquiatra tuvo la brillante idea de retirarle todo el tratamiento a pesar de que la familia le pedimos en dos ocasiones que no lo hiciese, ya que el complicado nacimiento del bebé le había afectado. Fueron momentos de mucha tensión. Incluso él fue conmigo al psiquiatra a comentarle que se encontraba nervioso”.

Aparte de ser miembro de Los Piratas, Javier Fernández, conocido con el apodo de Hal 9000, ha trabajado con Amaral y Enrique Bunbury. Ahora era profesor de batería. Muchas de las canciones del grupo aún son tarareadas cada vez que se pone en un escenario la música española de los años 90.

Su amigo del alma y compañero de compases Paco Serén habla de Javier como "una persona que soltaba amor por todas partes". "Estaba siempre sonriendo; sonará raro, pero rozaba la santidad". Recuerda anécdotas como cuando iban de gira por países de Latinoamérica “y de repente, Hal desaparecía y estaba gastándose todo su dinero para dar de comer a unos niños. Él era así”.

Unos y otros no dejan de hacer hincapié en que "el honor de una persona no se puede manchar" y precisan que el hecho de que haya sido batería de Los Piratas "no tiene importancia". "Lo importante es que este suceso no se supo gestionar". Los mismos familiares aseguran a este medio que “los hechos fueron presenciados por un amigo que testificará cuando sea reclamado por las autoridades para ello”.

¿Qué ocurrió?

La Guardia Civil apareció en el domicilio del músico, según un comunicado que ha emitido, "por un posible caso de violencia de género en el que el varón había agredido a su pareja". Hecho que la familia niega. El letrado de Andrea, el abogado Gerardo Gayoso, explica que "la intención de los agentes era que Andrea interpusiera una denuncia contra Javier, que había fallecido en el hospital Meixoeiro por violencia de género, algo a lo que ella se negó".