El fin de semana cultural de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en Salzburgo

Juntos en todas partes. Hace poco, Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa celebraban su primer aniversario como pareja. Lo hacían apareciendo juntos por enésima vez en un acto de presentación del libro 'Preso pero libre', obra del preso político venezolano Leopoldo López. El circuito cultural de la pareja ha hecho que se pueda ver a la 'socialite' en lugares hasta ahora insospechados para ella, como la ceremonia de los Goya en la que sin duda se convirtieron en la pareja de la noche. Sin embargo, también buscan tiempo para el esparcimiento. Según ha podido confirmar Vanitatis, el premio Nobel y la viuda de Boyer han pasado este fin de semana en Salzburgo, donde se celebra el tradicional Festival de Pascua, uno de los emblemas de la Semana Santa en la ciudad austríaca y en el que este año se ofrecen espectáculos como la representación de la ópera 'Otelo'.

Felices e inseparables, la pareja fue vista por varios turistas españoles cuando se alojaban en el hotel Sacher, uno de los mejores de la ciudad austríaca. Situado sobre el río que divide la ciudad y con vistas a la fortaleza que adorna el lugar donde nació Mozart, el edificio es uno de los más emblemáticos de Salzburgo y es famoso por el trato que se dispensa a sus huéspedes. En su interior destacan espaciosos salones de lujo y sus 113 habitaciones, cada una con una decoración específica para hacer más agradable la estancia. En sus amplios comedores, y según reza la propia página web del hotel, se pueden degustar platos típicamente austríacos. El precio por noche oscila entre los 200 y los 300 euros. La pareja fue vista cruzando hacia el casco antiguo de Salzburgo y paseando por el puente que sale a la altura del hotel Sacher. Preysler llevaba vaqueros y una cazadora de cuero color tostado, con coleta y grandes tacones. Él lucía un pantalón beis de 'sport'. Los turistas repararon en que iban todo el rato cogidos de la mano.

Un posible matrimonio

La 'reina de corazones' no ha escondido nunca su relación con el premio Nobel. Hace poco, por ejemplo, contestaba ciertas preguntas a este medio sobre posibles planes de boda o sobre el lugar en el que podría pasar la Semana Santa. Unas vacaciones en las que, por supuesto, estará al lado del nobel. “Como comprenderás no lo voy a anunciar. Nos gusta la tranquilidad y eso es lo que buscamos”, aseguró. El viaje ha durado pocos días porque Isabel quiere supervisar los festejos por el cumpleaños de su futuro marido, que comenzarán el día 28 de marzo con una cena de gala en el hotel Villamagna, como ya adelantó Vanitatis hace un mes. En este caso, su papel es más de anfitriona con los amigos íntimos que vienen de fuera que el de encargarse de los asuntos literarios y académicos de su novio, ya que para eso ya está la fundación que preside el Nobel. Isabel es una mujer inteligente y prefiere dedicarse a lo que mejor sabe hacer: ejercer de anfitriona.

Sin tareas ni quehaceres este fin de semana, los novios han elegido un destino a dos horas de Madrid y donde la oferta cultural es amplia. A estos conciertos de Semana Santa acuden las grandes fortunas internacionales cono los Niarchos, Agnelli o los dueños de la firma Chopard. De la sociedad española son fijos en el mismo Alfonso Cortina y Miriam Lapique, que ya están allí, y a veces el primo Alberto con su mujer, Elena Cué, que entrevistó recientemente al novio de su amiga en la mansión de Puerta de Hierro. No pasó desapercibido este encuentro literario que tenía como fondo la biblioteca en la que pasaba muchas horas Miguel Boyer y donde se encuentran todos sus libros. 

Viena y Salzburgo no son ciudades desconocidas para la pareja. Mario la ha frecuentado en varias ocasiones, unas veces solo con su exmujer, Patricia Llosa, y otras no solo con ella, sino también junto a sus hijos y nietos. En el caso de Isabel, Miguel Boyer fue su guía turístico por la emblemática ciudad y a ella solían acudir cuando se celebraban los famosos conciertos de verano. El mes de marzo finalizará para Preysler y Vargas Llosa con la apertura de una tienda de Pronovias en Madrid, donde Preysler ejercerá de madrina. Qué mejor imagen para la firma que la de la reina de corazones, que sigue apostando por el amor después de tres matrimonios y un cuarto en el horizonte.

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