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Los días de sol y paella de Felipe González en Marbella
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recibe un premio y acude a una comida solidaria

Los días de sol y paella de Felipe González en Marbella

El viernes por la mañana, el dirigente histórico del PSOE recibía un premio de manos del embajador de El Salvador en España, Jorge Alberto Palencia. Después se fue a una comida con fines benéficos

Foto: Felipe González durante la comida solidaria (A. de la Gama)
Felipe González durante la comida solidaria (A. de la Gama)

Paella, callos, un paseo por el rastrillo de Cáritas y unos rayos de sol. Felipe González hizo una visita relámpago a Marbella y le dio tiempo a todo. El expresidente llegó el jueves por la tarde junto a su esposa, Mar García Vaquero, al hotel Los Monteros. En La Cabane, un 'beach club' cercano, aún se apuran los últimos rayitos de sol que tanto le gustan al expresidente del Gobierno, con ese moreno permanente que luce a todas horas.

El viernes por la mañana, el dirigente histórico del PSOE recibía un premio de manos del embajador de El Salvador en España, Jorge Alberto Palencia, en el Foro Iberoamericano. Allí rememoró la figura del escritor colombiano Gabriel García Márquez. González también hizo un guiño a Donald Trump. “A medida que voy envejeciendo, mi compromiso con la paz y la democracia es mayor. Y mi preocupación por la incomprensión que se produce a veces respecto a esos valores también crece. Y más cuando uno ve los acontecimientos en Estados Unidos o en otras partes del mundo”, aseguró.


Después de recibir el premio y aprovechando que estos días se celebra en Marbella el Bazar Solidario de Cáritas, un singular rastrillo por el que pululaban Gunilla Von Bismarck , Carmen Janeiro o Pilar Eyre, el mandatario del PSOE acudió a darse un baño de masas. Según ha podido confirmar Vanitatis, después de comer un buen plato de paella y callos muy bien servido por las damas con mandil que estos días pueblan el rastrillo, Felipe González se interesó por el importe de lo que habían comido para pagar. Sin embargo, la comida ya había sido abonada. Él, consciente de que se trataba de solidaridad, pagó el importe (unos 350 €) para colaborar con Cáritas.

En ese mismo lugar recibió halagos. “Hijo, qué guapo eres”, “Vuelve a casa por Navidad” o “Muy bien por apoyar a Mariano Rajoy” fueron algunos de ellos.

Mar se perdió los piropos

Su esposa Mar se perdió todos estos piropos. Ella prefirió pasar desapercibida y no acudir, aunque sí estuvo al lado de él en los otros actos. Por la tarde, y una vez digeridos los callos, la pareja se vistió de gala para asistir a otro acto benéfico: una cena en el mismo hotel Los Monteros a beneficio de los damnificados en Haití. En el recinto donde se hospedaba, Felipe quiso posar hasta con su director, Fernando Alfacaha, con el que bromeó sobre diferentes asuntos. Todos coinciden en que Felipe González parece otro y se le ve de muy buen humor últimamente. Además, últimamente está accesible al cien por cien.

Al caer la noche, la pareja González-García Vaquero tenía planes en Tarifa y abandonaron Marbella en dirección a la Costa de la Luz.

Desde agosto, mes en el que Felipe González pasó los últimos días de vacaciones en Marbella invitado por sus cuñados, Pedro y Begoña Trapote, ni él ni Mar García Vaquero habían pisado la ciudad del canto sin dueño. El matrimonio siempre hace vida tranquila durante sus visitas a Marbella, que incluyen paseos por la playa, lectura, cenas y almuerzos familiares con las hijas de Mar, alejados de las reuniones y fiestas que acontecen en la ciudad soleada.

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Paella, callos, un paseo por el rastrillo de Cáritas y unos rayos de sol. Felipe González hizo una visita relámpago a Marbella y le dio tiempo a todo. El expresidente llegó el jueves por la tarde junto a su esposa, Mar García Vaquero, al hotel Los Monteros. En La Cabane, un 'beach club' cercano, aún se apuran los últimos rayitos de sol que tanto le gustan al expresidente del Gobierno, con ese moreno permanente que luce a todas horas.

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