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Ya hay fecha para el juicio contra el abogado de Carlos Cano por apropiación indebida
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SE SIENTA EN EL BANQUILLO EN MARZO

Ya hay fecha para el juicio contra el abogado de Carlos Cano por apropiación indebida

El amigo y abogado de Carlos Cano, José María Rosales de Angulo, ha sido acusado por la viuda del cantante de saquear su patrimonio. En marzo se sentará en el banquillo de los acusados por un supuesto delito de apropiación indebida

Foto: Carlos Cano en una imagen de archivo (Gtres)
Carlos Cano en una imagen de archivo (Gtres)

El que fuese el mejor amigo y abogado de Carlos Cano, José María Rosales de Angulo, se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de Granada el próximo mes de marzo, según ha podido confirmar Vanitatis. El letrado se enfrenta a una acusación de apropiación indebida y administración desleal. La viuda del autor, Alicia Sánchez, y sus dos hijas, Amaranta y Paloma, son la parte de la familia que se ha personado en el caso para defender los intereses del cantante. La Fiscalía de Granada atribuye a Rosales de Angulo, también exdecano de los abogados granadinos, la posible apropiación indebida de su patrimonio y solicita para él, de forma provisional, una pena de dos años de prisión, así como una indemnización de casi medio millón de euros a la entidad Carlos Cano.

Desde el inicio del proceso judicial, Rosales Angulo ha negado esta acusación a Vanitatis: “No hay ningún delito. Ni administración desleal, ni apropiación indebida”, asegura por activa y por pasiva. El que fuera albacea de Carlos Cano es una persona muy conocida en Granada y con “una trayectoria profesional intachable”, indica una de sus colegas de toga. De hecho, fuentes de la abogacía nos puntualizan que para este proceso, donde se juzga también al decano del Colegio de Abogados de Granada, consejero del Consejo General de la Abogacía, fue un hándicap encontrar un abogado que quisiera interponer la querella contra él.

Foto: El cantante Carlos Cano en una imagen de archivo (Gtres)

Finalmente se hizo desde el bufete de Elisardo Martínez y Carlos López, que a su vez llevan los procedimientos del jugador de futbol Neymar Da Silva o de Abengoa. El letrado, ahora acusado por Alicia Sánchez, primera esposa del cantante, mantiene en todo momento que su amigo Carlos Cano "nunca jamás puso en duda su gestión en los 25 años que trabajó para él”. Las discrepancias empezaron con la muerte del cantante, el 19 de diciembre del año 2000. Según el acusado, él defendió que Pablo, el tercer hijo del cantante, fruto de la relación con la sevillana Eva Sánchez Martínez, con la que nunca se casó, pero sí compartió vida en Espartinas, era un heredero con todos los derechos y eso no gustó al entorno de la primera mujer y sus hijas. Sin embargo, tanto la familia del cantante como la Fiscalía ven indicios de delito.

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Pablo, el niño mimado de Carlos Cano

El cantante Carlos Cano, en cualquier entrevista que hacía, siempre contaba que su padre había abandonado a su madre y a sus hermanos cuando él solo tenía tres años. Esta orfandad la llevaba cincelada en la piel. Su madre, Doña Dolores, fue la que sacó adelante a la familia con uñas y dientes, y eso Cano nunca lo olvidó. El cantante, después de separarse de su primera esposa, nunca abandona a sus hijas, pero la sevillana Eva Sánchez se convirtió en el centro de su vida y, aunque nunca se casaron, la convirtió en su segunda mujer.

Al poco tiempo de iniciar esta relación nació Pablo en el hospital Virgen del Rocío. La enfermera que atendió en el parto a Eva suscribe a Vanitatis que “Carlos Cano era tan feliz, que no paraba de cantarle a su niño”. En vida nunca paró de dirigirle sentimentales letras a su “niño”. En el reparto de la herencia vinieron los problemas, porque las hijas del cantante no reconocieron a Pablo como descendiente. La causa por la que ahora se sienta en el banquillo Rosales de Angulo no tiene nada que ver con la gestión de la herencia, sino con la administración de la compañía editorial y discográfica que debía gestionar los derechos que Cano había cedido como autor, compositor y escritor a Dalur S.L. En la actualidad, esta sociedad ya no existe y se ha transformado en Carlos Cano Producciones, empresa gestionada por sus hijas y con oficina en la casa que el cantante tenía junto a su primera familia, en la Vega de Granada. Entre sus cometidos está el de reediciones de discos, exposiciones retrospectivas y otros proyectos, después de revisar numerosos archivos para unificar su obra.

Pablo no olvida a su padre y en sus redes sociales se pueden encontrar frases como esta: “Tengo muchos recuerdos y aquí sigo. Pese a no salir en público ni exponerme… Se organizan conciertos conmemorativos y se te pasea por ferias para no olvidarte, aunque yo no creo que ese sea el camino para recordarte ¿Quizá la memoria de esta tierra sea tan leve? Sinceramente, no lo creo. No hace falta publicitarte ni parafrasearte, yo te recuerdo en mi corazón”.

Juicio en marzo en la Audiencia Provincial de Granada

Rosales de Angulo era administrador solidario, administraba cuentas bancarias y los derechos. Cuando falleció el cantante, su viuda e hijas decidieron seguir confiando en él, hasta que un día le pidieron que rindiera cuentas, les pusiera al corriente de la situación patrimonial y de la falta de fondos que habían notado. Parte del dinero que “se ha distraído” (unos 480.563 euros) fue a parar, según consta en la demanda, a pagar gastos de hoteles, restaurantes, tarjetas, compras de colecciones de libros… cargados a cuenta de la sociedad, cuando en realidad eran gastos personales del albacea.

En el escrito de acusación provisional de la Fiscalía se señala que, a finales del año 2000, tras el fallecimiento de Carlos Cano el día 19 de diciembre de ese año, el procesado era consejero delegado y apoderado de la sociedad Dalur, a través de la cual el artista facturaba su actividad profesional, cobraba sus derechos de autor y realizaba inversiones de diversa índole.

El Ministerio Público señala que, de acuerdo con la prueba pericial practicada por un perito contable nombrado por el juzgado instructor, se constató que el procesado no había aportado la documentación contable "de obligado cumplimiento" de los ejercicios de 2001 a 2004 y que se habría apropiado "con ánimo de ilícito beneficio" y haciéndolos suyos "ilegítimamente" de un total de 480.563 euros no justificados. De hecho, según el perito, de 2001 a 2004, Dalur ingresó 1.018.421 euros y tuvo como gastos 248.157 euros en concepto de deudas a corto plazo, 83.510 por deudas a largo plazo, 9.622 por gastos afectos, 3.994 en concepto de tesorería y 109.167 por impuestos pagados. Lo que resta es la cantidad de 480.563 euros que presuntamente se habría embolsado Rosales de Angulo de forma supuestamente ilegítima.

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El que fuese el mejor amigo y abogado de Carlos Cano, José María Rosales de Angulo, se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de Granada el próximo mes de marzo, según ha podido confirmar Vanitatis. El letrado se enfrenta a una acusación de apropiación indebida y administración desleal. La viuda del autor, Alicia Sánchez, y sus dos hijas, Amaranta y Paloma, son la parte de la familia que se ha personado en el caso para defender los intereses del cantante. La Fiscalía de Granada atribuye a Rosales de Angulo, también exdecano de los abogados granadinos, la posible apropiación indebida de su patrimonio y solicita para él, de forma provisional, una pena de dos años de prisión, así como una indemnización de casi medio millón de euros a la entidad Carlos Cano.

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