Raül Romeva desconecta de la política en una carrera a mar abierto en la Costa Brava

Ha sido un fin de semana, puente para muchos, algo inquietante. El lunes se avecinaba movidito, como luego se confirmó: a las 10 de la mañana, el presidente Carles Puigdemont debía responder a Mariano Rajoy sobre si había declarado o no la independencia, y la espera fue larga. Y por la noche, la Audiencia Nacional decretaba cárcel para Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, dos promotores del 'procés'. Así que parece que algunos políticos catalanes, en lugar de estresarse de reunión en reunión, decidieron buscar algo de distancia. Lo hizo Raül Romeva, consejero de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat. Aficionado y experto nadador, el responsable de la comunciación internacional del Govern pasó el fin de semana en la Costa Brava (Girona) para participar en la carrera ultra Radikal Swim.

El mandatario independentista tenía un compromiso que adquirió en 2014 con la organización de la carrera. Porque no es que participara como concursante, sino que lo hizo como ayudante. Romeva es un 'ángel', nombre que se usa para denominar a los expertos nadadores que participan en la carrera acompañando a los participantes, menos expertos, y facilitarles la solución de cualquier problema.

Siete kilómetros de Calella a Llafranc

Hay que tener en cuenta que la Radikal MarBrava es una carrera a nado en mar abierto, lo que supone cierto riesgo. Son dos las carreras que se disputaron el domingo: la Radikal MarBrava de siete kilómetros, que contó con 600 inscritos, y cuyo trayecto va desde Calella de Palafrugell, con paso por las Illes Formigues y final en Llafranc; y la Radikal MarBrava de 1,5 kilómetros, con 550 inscritos, y que une los pueblos de Calella y Llafranc. Para los auténticos Radikals, señalan desde la organización de la prueba, existe también la posibilidad de nadar las dos carreras.

El sarao deportivo empezó el sábado con carreras infantiles, alguna prueba de relevos y actividades paralelas y culminó el domingo con las dos carreras Radikals. Y allí, en plena tormenta política, estaba Raül Romeva. Su función, según la organización, es clara: "La función principal del Radikal Angels Swimmers es acompañar y apoyar a los nadadores menos experimentados en travesías de aguas abiertas, mediante su presencia visual directa en el transcurso de la prueba". Se mezclan con los nadadores, dan consejos de seguridad y advierten de ciertos riesgos.

El que fuera cabeza de lista de JuntsxSí lució un gorro amarillo, un traje de neopreno con camiseta en amarillo fosforito. Además, Romeva llevaba un silbato para poder hacer más notable su presencia entre los nadadores. Algo que tampoco fue muy necesario porque su cara aparece continuamente en televisión, fue uno de los portavoces del Govern durante el polémico referéndum del 1 de octubre y mide casi 1,90 metros.

No es su primera carrera

La afición de Romeva por el mar viene de lejos y la comparte con otras como los castellers y la literatura. Pero no solo lee, también escribe, y tiene dos novelas publicadas ('Retorn a Shambhala' y 'Sayonara Sushi') y varios ensayos ('Som una nació europea' y 'Desarme y desarrollo: claves para armar conciencia'). Su mujer, Diana Ribes, suele acompañarlo a las carreras aunque no participa. Sí que comparte la afición lectora y es la propietaria, junto con una amiga, de la librería infantil Pati de Llibres, en Sant Cugat del Vallès, donde viven con sus hijas.

Medio maratón en marzo

Natación, ciclismo, carreras, hípica, baile... Todo lo que tenga que ver con el ejercicio físico le sirve al portavoz gubernamental independentista para sacudirse el estrés. El deporte es una de las vías de escape de este aficionado a la lambada (tomó clases durante su estancia en Bruselas como eurodiputado).

En marzo participó también en la Media Maratón de Calella, esta vez en la provincia de Barcelona. Aunque lo que a él le gusta de verdad es la Costa Brava, donde suele pasar los veranos, en su casita de Begur. Allí estuvo este fin de semana, en los momentos que la carrera Radikal le dejó libres. No todo puede ser política, ¿no?