Letizia se salta la dieta en Asturias

Una reserva para catorce personas alertaba, el pasado martes 4 de junio, al restaurante asturiano La Tenada, situado en la localidad de Callezuela, Illas, de que el día sería movidito. Pero no sabían hasta qué punto. La princesa Letizia se encontraba entre los ávidos comensales que acudían al local conocedores de que sus propuestas gastronómicas son tan sabrosas como abundantes.

Tras atender su compromiso oficial en la entrega de Premios Solidarios ONCE, doña Letizia llevó a su séquito de guardaespaldas y miembros de representación del acto celebrado horas antes a comer tal y como se hace en Asturias: a lo grande. El lugar elegido para la ocasión ofrecía no sólo el ambiente idóneo para empaparse de la cultura asturiana, sino también para llenar el estómago con la mejor comida casera elaborada con productos de la tierra.

Por un precio de 18 euros por cabeza, la esposa del príncipe Felipe y sus compañeros de mantel dieron buena cuenta al menú único que ofrece este restaurante, que lleva desde 1981 siendo un referente en la comarca. Seis platos principales reinaban en la mesa: pote de berzas acompañado de compango casero (chorizo, morcilla, lacón y tocino); una fuente de lomo casero, con huevos fritos de aldea y patatas fritas; cazuela de picadillo; callos; cordero asado con patatas; y finalmente ternera guisada con patatas. Todo esto regado con un buen vino de mesa, aunque la Princesa se decantó por no tomar alcohol en esta ocasión,tal y como han confirmado aVanitatisfuentes de esta tradicional casa de comidas.

Como colofón final y para evitar que quede un espacio libre en el satisfecho estómago, cuatro postres cierran la comilona. Arroz con leche casero, queso de La Peral con dulce de membrillo, tarta de frixuelos con arroz con leche y tarta helada son las propuestas de la casa. Un café y un chupito de orujo blanco, miel y hierbas fue la guinda a su almuerzo.

Al parecer, doña Letizia se olvidó por un día su estricta dieta y aprovechó que se encontraba en su tierra natal para degustar aquellos manjares de los que la distancia le priva. El precio no es propio de príncipes, ya que por los 252 euros que se reflejaron en el ticket se pudo satisfacer el paladar de catorce personas, que agradecieron sobremanera la propuesta gastronómica de la ciudad, antes de poner rumbo a Madrid.