En vídeo | Primeras imágenes de Sol, hija del duque de Segorbe, vestida de novia con la tiara de los Medinaceli

Este sábado, 3 de junio, se casaba Sol, la hija mayor del duque de Segorbe, en Sevilla con Pedro Domínguez-Majón en el interior de Casa Pilatos, propiedad de referencia de la casa y lugar donde cabría esperar que se casase su sobrina Victoria, duquesa de Medinaceli. No será así. El aristócrata, que hoy ha ejercido de padrino en la boda de su hija, no le ha dado permiso a su sobrina. Ese privilegio quedará por ahora reservado a su primogénita, a la que ha llevado del brazo al altar en una iglesia cercana y que más tarde celebrará ante varios cientos de invitados su amor en una fiesta que se alargará durante todo el día en este palacio ubicado en el corazón de Sevilla.

Tampoco está claro que Victoria pueda lucir una de las grandes joyas del joyero que le corresponde por herencia, que aún disputa con su tío en los tribunales. Un joyero al que de nuevo sí que ha tenido acceso Sol, que ha lucido, tal y como se observa en las fotos a las que ha tenido acceso Vanitatis, la imponente tiara de diamantes y perlas de la casa Medinaceli que lucieron, entre otras, el día de su boda Laura Vecino, duquesa de Feria, y María de Prado, duquesa de Tarifa (ambas bodas se celebraron en el palacio de Tavera).

Para la ocasión, Sol se ha decantado, como no podía ser de otra manera, por un diseño confeccionado por Victorio y Lucchino. “Tenemos una estrecha relación con José Víctor y José Luis, muchos de los trajes que me pongo para bodas son diseños de Victorio y Lucchino de mi madre. ¡Me acuerdo de que íbamos de compras con ella y nos encantaba verla probarse todo! Ha sido una alegría poder vestirnos con estos trajes maravillosos que pudimos probar hace un mes para la ocasión. Fuimos con mi madre como antes, pero ahora le toca a ella vernos y comentar. La prueba con ellos siempre es muy divertida, nos dan consejos hasta de las posturas que deberíamos tener con cada atuendo”, declaró Luna durante una entrevista concedida a 'Vanity Fair' el pasado mes de septiembre. Entonces deslumbraron en la boda de María Laura de Bélgica con vestidos de la firma sevillana.

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No es de extrañar que en esta ocasión tanto la novia como su madre y su hermana se hayan vuelto a poner en manos de estos hermanos que hace décadas revolucionaron la moda y que hoy continúan siendo un referente de la industria española.

El vestido, confeccionado en un original tejido color beige, constaba de dos partes: una base de seda y una sobrecapa de tul bordado en un tono algo más oscuro con el que recordaba a una gran dama de la corte de Versailles. El diseño contaba con un drapeado original en el cuerpo que recogía el tul con un impresionante sol bordado en dorado, haciendo honor a su nombre. La cola, de unos tres metros de largo, iba rematada por una puntilla antigua.

Con guantes de ópera y una maravillosa mantilla bordada a tono con el vestido, la auténtica protagonista del look fue la impresionante tiara de diamantes y perlas. Se trata de una de las grandes joyas de la casa Medinaceli que atesoran sus herederos desde hace generaciones y que ha coronado las cabezas de algunas de las novias más espectaculares de la casa noble que hoy ostenta Victoria de Hohenlohe, prima de la novia y una de las grandes ausentes en este enlace.

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