El juicio millonario de los Medinaceli divide a la sociedad sevillana
Esta semana se cumplen ocho años de la muerte de la duquesa Mimi, mientras sus herederos se preparan para verse en los tribunales en septiembre por las diferencias con su legado
El miércoles 18 de agosto se cumplen ocho años de la muerte de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, quien durante casi 60 años ostentó el Ducado de Medinaceli. Fallecía en su palacio de Sevilla, a los 96 años, tras haber sobrevivido a tres de sus cuatro hijos. El menor, Ignacio, era entonces y sigue siendo a día de hoy el presidente de la Fundación Casa Ducal Medinaceli, creada en 1978 por la duquesa, que heredó el título de su padre, Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert en 1956. Casado con Ana María Fernández de Henestrosa, los padrinos de bautismo de su primera hija fueron el Rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, por eso recibió ese nombre, aunque se la conocía familiarmente como Mimi. Tuvieron otra hija, María de la Paz.
En 1937 falleció la duquesa y el duque volvió a contraer matrimonio con María Concepción Rey de Pablo Blanco. Tuvieron una hija, Casilda Fernández de Córdoba Rey, quien heredaría el Ducado de Cardona. Al fallecer el duque, la mayor parte de su patrimonio fue para su esposa y su tercera hija, y sus dos hijas mayores recibieron la legítima. La fortuna se dividió entonces en dos ramas, quedando la duquesa de Medinaceli sin apenas liquidez.
Sesentaycinco años después la Casa Medinaceli vive una situación similar, cada heredero de los tres hijos fallecidos de la duquesa: Ana (abuela de la actual duquesa), Rafael y Luis, reclama su parte legítima y el único hijo superviviente, Ignacio, alega ante sus sobrinos que el patrimonio familiar se gestiona a través de la Fundación.
Tras la calma del mes de agosto, mes en el que también falleció hace veinte años Rafael Medina, padre de Luis y Rafael, la familia Medinaceli protagonizará un juicio que enfrenta a dos generaciones: el único hijo superviviente de la duquesa Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, y varios de sus nietos, entre los que se encuentran la duquesa actual, Victoria Hohenlohe; Rafael y Luis Medina (los más conocidos mediáticamente por ser hijos de Naty Abascal), y Victoria y Casilda Medina, las hijas del duque de Santisteban del Puerto.
Dos generaciones de la familia Medinaceli se enfrentan en los juzgados ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo y tras siete años de intento de negociaciones. Los nietos reclaman la parte legítima de su herencia que, según mantiene su tío, forma parte de la Fundación, y por este motivo fue creada en 1978 por la madre y abuela respectiva de ambos.
El juicio tendrá lugar el próximo 13 de septiembre en Sevilla, aunque ninguna de las partes según amigos allegados está nerviosa. Lo cierto es que este asunto ha dividido a la sociedad sevillana, por un lado los partidarios y amigos de Segorbe que aplauden su gestión al frente de la Fundación. “Él ha sido pionero en buscar una rentabilidad al patrimonio familiar, los palacios de la familia Medinaceli fueron los primeros que se abrieron al público, y eso ha sido una gran ayuda para mantener y crecer. Tras él han seguido sus pasos otras grandes casas nobiliarias como los Alba que abrieron Dueñas o Liria al público”.
Por otro lado, están los que apoyan a los nietos de Mimi y a la actual duquesa de Medinaceli: “Segorbe fue el favorito de su madre pero eso no le da derecho a manejar los bienes de sus nietos. No se resiste a aceptar que las cosas ahora han cambiado aunque su gestión en la Fundación haya sido muy buena”.
Paralelismo con la Casa de Alba
Establecen un cierto paralelismo entre lo vivido en la Casa de Alba entre Cayetano, el hijo menor y favorito de Cayetana, y su hermano Carlos, actual duque y jefe de la casa, que ha hecho que este último al asumir el ducado haya dado un giro a la forma de llevar la Casa. La duquesa de Alba hizo un reparto en vida de los bienes entre sus hijos antes de contraer matrimonio con Alfonso Diez en 2011. Aquel reparto en vida evitó problemas posteriores.
Una de las consecuencias directas del enfrentamiento en la familia Medinaceli ha sido la expulsión de los nietos de la duquesa de la Fundación familiar, acusados de “deslealtad” por el actual presidente, Ignacio Medina, casado con María Gloria de Orleans, prima hermana del Rey Emérito.
El presidente de la Fundación es el duque de Segorbe y el adjunto al presidente es su sobrino Pablo Hohenlohe Medina (hijo de Ana y hermano de Marco, el padre de la actual duquesa). Sin embargo, aunque los nietos de la fundadora, entre ellos la actual duquesa, Victoria Hohenlohe, fueron expulsados de la Fundación por estas diferencias con su tío, todos figuran aún en el organigrama público de la Fundación.
Habrá un acto de conciliación
Septiembre será el mes definitivo para aclarar las diferencias. Y las consecuencias se verán en la gestión que tendrá la Fundación de ahora en adelante. Antes del juicio habrá un acto de conciliación para intentar llegar a un último acuerdo y evitar que sea el juez quien decida mediante sentencia.
Aunque la Casa de Pilatos es la propiedad más conocida de la familia, también gestionan a través de la Fundación el palacio de Oca en Galicia, conocido como “el Versalles gallego”, el Hospital de San Juan Bautista, representación del Clasicismo renacentista, o la Sacra Capilla del Salvador.
El miércoles 18 de agosto se cumplen ocho años de la muerte de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, quien durante casi 60 años ostentó el Ducado de Medinaceli. Fallecía en su palacio de Sevilla, a los 96 años, tras haber sobrevivido a tres de sus cuatro hijos. El menor, Ignacio, era entonces y sigue siendo a día de hoy el presidente de la Fundación Casa Ducal Medinaceli, creada en 1978 por la duquesa, que heredó el título de su padre, Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert en 1956. Casado con Ana María Fernández de Henestrosa, los padrinos de bautismo de su primera hija fueron el Rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, por eso recibió ese nombre, aunque se la conocía familiarmente como Mimi. Tuvieron otra hija, María de la Paz.