El vestido de novia de Carlota, la hija de Mayor Oreja, para su exclusiva boda en Madrid
Para pronunciar el 'sí, quiero', la doctora confió su traje nupcial en Cristina Martínez-Pardo, la diseñadora detrás de la firma Navascués
Carlota Mayor Bastida, médico de profesión e hija del expolítico Jaime Mayor Oreja, se casó el pasado sábado 7 de octubre con el también doctor Jaime Bernaola. Tal y como anunció Vanitatis en exclusiva a principios del mes de septiembre, la ceremonia religiosa tuvo lugar a la una de la tarde en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Brunete y, tras ella, los recién casados y sus invitados se desplazaron hasta la finca Anai-Enea, ubicada en localidad de Villanueva de la Cañada y propiedad del padre y padrino de la novia, para comenzar los festejos. Se trata de una finca especial, no solo por la vinculación empresarial de Mayor Oreja con el sitio, también porque allí celebraron sus nupcias los otros hijos del que fuera ministro del Interior e Isabel Bastida.
A pesar de la poderosa lista de invitados testigos del 'sí, quiero' entre Carlota y Jaime, con nombres como José María Aznar y Ana Botella o Santiago Abascal y Lidia Bedman, como en todas las bodas, es la novia y su look los que acapararon toda la atención de los medios de comunicación a las puertas del templo. Hablamos de una joven discreta que, al igual que sus otros tres hermanos, no ha figurado jamás en la prensa y que ha querido mantener el anonimato en todo momento.
Para idear y confeccionar el traje más importante de su vida, Carlota confió en Cristina Martínez-Pardo, la diseñadora detrás de la firma Navascués, toda una apuesta segura. De su taller salieron los vestidos de novia de Belén Corsini para su boda con Carlos Fitz-James Stuart y Solís, de la actriz Dafne Fernández o de la aristócrata Lulu Figueroa.
Acompañada de su padre y padrino, Mayor Oreja, la novia llegó a la parroquia feliz, sonriente y algo nerviosa, descubriendo así el diseño nupcial, con velo cubriendo el rostro incluido, que la modista había creado en exclusiva para ella.
Clásica y elegante, Carlota presumió de estilo atemporal para pronunciar el 'sí, quiero'. Confeccionado en un tejido de crepé blanco, el vestido presentaba un discreto escote barco que dejó parte de los hombros al descubierto. De manga larga rematada en unos puños de tul con puntillas y bordado artesanal, el único detalle que se escapó de la estética minimalista que distinguía al modelo de Navascués, el patrón era recto de arriba a abajo. Con unas pinzas estratégicas ubicadas en la zona del pecho y que buscaban estilizar a la hija de Mayor Oreja, de ahí partía una falda con cola.
Carlota llegó al templo velada, un ademán tradicional que vuelve a estar en boga entre las novias actuales. Fabricado en un tejido de tul, con volumen y la misma longitud que la cola, el velo, que cubría el rostro de la novia, brotaba del moño alto que recogía su melena.
En el terreno de los accesorios, más guiños al estilo nupcial clásico: zapatos de salón blancos acabados en punta, unos pendientes de oro blanco con un zafiro azul, el anillo de compromiso y un pequeño ramo de flores de estética silvestre en tono rosa empolvado con hojas verdes.
Concluida la ceremonia religiosa, los recién casados, Carlota y Jaime, posaron ante los medios de comunicación allí congregados, y ella, la novia, ya con el velo retirado de la cara y mostrando un 'makeup' natural con énfasis en la mirada.
Carlota Mayor Bastida, médico de profesión e hija del expolítico Jaime Mayor Oreja, se casó el pasado sábado 7 de octubre con el también doctor Jaime Bernaola. Tal y como anunció Vanitatis en exclusiva a principios del mes de septiembre, la ceremonia religiosa tuvo lugar a la una de la tarde en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Brunete y, tras ella, los recién casados y sus invitados se desplazaron hasta la finca Anai-Enea, ubicada en localidad de Villanueva de la Cañada y propiedad del padre y padrino de la novia, para comenzar los festejos. Se trata de una finca especial, no solo por la vinculación empresarial de Mayor Oreja con el sitio, también porque allí celebraron sus nupcias los otros hijos del que fuera ministro del Interior e Isabel Bastida.