Estos son los 5 vestidos de novia de la realeza más bonitos según la IA (y el número 1 te va a sorprender)

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A lo largo de los siglos, las novias de la realeza han sido inspiración para numerosas bodas, con enlaces que han hecho historia. Así, del impacto de la boda de la reina Victoria y el príncipe Alberto al furor por la boda de la princesa Margarita, la primera boda televisada, con más de 20 millones de espectadores; estas celebraciones son todo un acontecimiento social que marca la tendencia.

Un evento donde el vestido de la novia es protagonista. Por ello, no podemos sorprendernos por el experimento de la revista 'GALA', donde han preguntado a ChatGPT cuáles son los vestidos de novia de la realeza más bonitos de los últimos años. Una prueba que, a tenor de cómo la IA recoge los datos de miles de páginas web, no deja de ser un resumen de lo que opina Internet de los vestidos de novia de la realeza.

5. Meghan Markle

Un ranking que comienza llevándonos hasta el 19 de mayo de 2018. Meghan Markle se casó con el príncipe Harry en una ceremonia celebrada en el castillo de Windsor con un vestido de novia de Clare Waight Keller, directora creativa de Givenchy. Una pieza minimalista que destacó por su elegancia sobria.

Con un escote barco, sin adornos excesivos y confeccionado en cady de seda, era una propuesta muy sobria. El vestido fue acompañado por un velo de cinco metros bordado con las flores de los 53 países de la Commonwealth, una elección cargada de simbolismo político y cultural.

4. Kate Middleton

En su boda con el príncipe Guillermo, el 29 de abril de 2011, Kate Middleton lució un vestido que rápidamente se convirtió en leyenda. Diseñado por Sarah Burton para Alexander McQueen, la pieza fusionaba tradición y modernidad con encajes de inspiración victoriana y un corte perfectamente estructurado.

La actual princesa de Gales apostó por una creación de cuerpo entallado, el escote en V y la falda amplia resaltaban la silueta de la novia, mientras que los encajes cluny y chantilly añadían un toque artesanal que elevó el diseño a una categoría icónica.

3. Carlota Casiraghi

Aunque Carlota Casiraghi no ostenta título nobiliario de manera oficial, su linaje y estilo la convierten en uno de los rostros más emblemáticos de la realeza europea. Por ello ocupa el tercer lugar de este top 5, con el vestido de novia de inspiración boho que lució en su boda religiosa con Dimitri Rassam, celebrada en junio de 2019 en Saint-Rémy-de-Provence.

Un vestido de alta costura con volantes vaporosos, mangas largas translúcidas y un aire bucólico que encajaba a la perfección con la estética del sur de Francia. Además de evocar al diseño que lució su madre en su primera boda con Philippe Junot en 1978, creado por Marc Bohan para Dior

2. Grace Kelly

El 18 de abril de 1956, la actriz Grace Kelly se convirtió en princesa de Mónaco al casarse con el príncipe Rainiero III. El vestido que lució, diseñado por Helen Rose —modista de los estudios MGM—, es considerado uno de los más emblemáticos de todos los tiempos.

Confeccionado con 46 metros de tafetán de seda, 110 metros de encaje de Bruselas y miles de perlas, el vestido combinaba un corpiño ajustado, mangas largas y una falda de volumen sutil. Desde entonces, ha sido una referencia obligada en la moda nupcial. Un icono nupcial que sigue inspirando a novias de todo el mundo.

1. Reina Letizia

Sin embargo, la gran sorpresa del ranking, y a la vez su punto culminante, llega desde nuestro país. El primer puesto es para el vestido de novia que Letizia Ortiz lució el 22 de mayo de 2004. La pieza fue obra del maestro de la alta costura española, Manuel Pertegaz estaba confeccionada en seda natural en tono marfil, con cuello alto estructurado, mangas largas y una cola de 4,5 metros con bordados de hilos de oro en forma de espigas de trigo y flores de lis.

Un diseño majestuoso y sobrio que combinó herencia, simbolismo y estilo personal a la perfección. Un diseño que quizás no fue tan alabado entonces, y que se vio deslucido por la lluvia, pero que ha pasado a la historia como un ejemplo de artesanía y como el equilibrio perfecto entre tradición, con la sobriedad de una futura reina, y modernidad del siglo XXI.