Los 6 conceptos claves para educar en positivo de Álvaro Bilbao

Seas padre o no, seguramente hayas oído los términos 'educación en positivo' en muchas conversaciones de los últimos años. Un tipo de enseñanza o estilo de educación basado en el respeto y escucha, cuyo objetivo es que los niños aprendan a portarse bien por el sentimiento de bienestar que eso genera en ellos y no por la obligatoriedad o el miedo que puedan tener a los mayores.

Álvaro Bilbao, el neuropsicológico que si has investigado un poco sobre la materia habrás visto que es uno de los profesionales más seguidos y admirados por padres y madres, ofrece una serie de cursos y entradas en su blog en los que, de manera cercana, intenta hacer llegar a los padres este método de vida y educación.

Por su parte, Bilbao aleja la idea de que educar en positivo consista únicamente en “no castigar” y “no chillar” como muchos padres piensan a priori, haciendo mucho hincapié en lo importante que es que los padres, familiares o educadores al cuidado de los niños, se formen realmente en lo que es la educación en positivo. “Es como hacer una pizza conociendo únicamente algunos ingredientes, pero sin haber probado una, ni haber leído la receta”, afirma el neuropsicólogo.

Por eso, a través de los diferentes libros que Álvaro Bilbao ha publicado sobre la materia, puedes ampliar la información necesaria para que, en caso de que quieras empezar a formarte sobre este tipo de educación, dispongas de las ideas y conceptos claves. A continuación, te detallamos los 6 puntos que, según Bilbao, son necesarios para poder empezar a llevar a cabo este método de educación.

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Conceptos claves en la educación en positivo

• No tirar solo de paciencia

Aunque la mayor parte de los padres intenta que su paciencia sea lo más amplia posible, es cierto que esa paciencia tiene un límite. Por eso, para no pecar precisamente de eso de "se me está agotando la paciencia", dice Ávaro Bilbao, que lo importante es "no poner toda la confianza en nuestra propia capacidad de ser pacientes". Además, afirma que "resulta mucho más sensato aprender estrategias prácticas para resolver conflictos y actuar, antes de que esa última gota derrame el vaso de agua".

• Hay que poner límites

Otro de los términos que muchas veces si no se conoce bien la materia se puede olvidar son los límites. Porque educar en positivo no está exento de normas que ayuden al niño a saber como actuar. Dice Bilbao que "los padres escuchan la idea de la educación en positivo y, atraídos por ese concepto, desarrollan su propia idea de cómo es la educación en positivo".

Es más, el neuropsicólogo especifica que "cuando hablamos de educar en positivo, hablamos amor y respeto, pero también de orden y disciplina". De hecho, dice Bilbao que "el orden, la consistencia en normas y límites es esencial para ayudar al niño a sentir confianza y seguridad".

• No esperes que sea inmediato

​Advierte Álvaro Bilbao que las respuestas de los niños y los cambios en su comportamiento no son siempre inmediatos. De hecho, avisa a aquellos padres y educadores que pretenden que siguiendo sus enseñanzas los cambios sean inmediatos de que “no esperes que tus hijos den un cambio radical o que obedezcan como robots” puesto que habrá “niños que responderán mejor que otros”.

• A veces lo mejor es no hacer nada

Uno de los mayores complejos de los padres, según Bilbao, es el hecho de que muchos de ellos piensan que el hecho de dejar a sus hijos actuar por su cuenta y tomar sus propias decisiones implica no estar enseñando. Es una creencia generalizada que se extiende y que hace que a veces no se establezca un correcto desarrollo de la personalidad del niño. Por eso, Álvaro Bilbao advierte: “educar en positivo es relajado”.

• Los padres no deben ser siempre complacientes

​Aunque educar en positivo signifique, intentar evitar caer en los gritos, los castigos, los reproches, la recriminación y el uso de etiquetas en esos momentos,según afirma el neuropsicólogo en su blog, no “debemos olvidar que en algunos momentos los niños necesitan escuchar expresiones tan claras como “Ahora no”, “Lo siento cariño, pero no” o “No me he sentido bien cuando has hecho esto”.

Por eso, la creencia de que los padres se deben mostrar siempre amables y complacientes con sus hijos si quieren educar con este tipo de metodologías es un error en el que no deben caer los padres, familias y educadores de los niños.

• Hay que formarse antes de poder empezar a educar en positivo

​Visto todo lo anterior, parece que uno de los conceptos que tiene que tener claro todos aquellos padres que quieran seguir las pautas que Álvaro Bilbao propone es el hecho de que hay que formarse bien a cerca de “la comprensión del niño, de sus necesidades y un manejo de estrategias efectivas para educar desde el respeto”.

Con una serie de pautas y herramientas a la hora de comprender las emociones y la gestión de estas en la mente de los más pequeños, se puede comenzar a indagar sobre todos los beneficios que este método de enseñanza puede tener para los niños. Por su parte, además de su libro, Álvaro Bilbao ofrece una serie de cursos pensados para que los padres y educadores se inicien en estas materias y las manejen con total soltura.