El sencillo truco para limpiar los manteles manchados: quedan como nuevos
Este método sencillo y económico puede dejarlos como nuevos sin necesidad de vinagre, bicarbonato ni productos agresivos
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Los manteles son testigos de comidas, celebraciones y sobremesas, y también los grandes damnificados de cada encuentro. Salsas, vino, grasa o cera dejan rastros que parecen imposibles de eliminar, pero los expertos en limpieza coinciden en que no hace falta recurrir a productos agresivos ni a complicadas fórmulas caseras. Un truco sencillo, económico y respetuoso con los tejidos puede devolverles su aspecto original sin dañarlos.
El secreto está en un jabón potásico natural, elaborado con aceites vegetales y sin aceite de palma, conocido por su poder quitamanchas y su respeto por las fibras. Este producto, disponible en supermercados como Mercadona, se ha convertido en un aliado doméstico para eliminar manchas de grasa, vino o aceite tanto en manteles como en repasadores. Su fórmula biodegradable limpia a fondo sin alterar el color ni la textura del tejido, algo esencial en prendas delicadas o de lino.
Su aplicación es sencilla. Solo hay que frotar una pequeña cantidad del jabón sobre la zona manchada y dejar actuar durante unos cinco minutos. Después, se aclara con abundante agua o se introduce directamente en la lavadora. Los expertos recomiendan no dejarlo actuar demasiado tiempo en seco ni aplicarlo dentro del tambor, ya que es un producto concentrado. Con este gesto, las manchas más rebeldes se disuelven y el tejido recupera su suavidad natural.
Además de su eficacia, este jabón destaca por su versatilidad. No solo sirve para limpiar manteles o ropa, sino también para suelos, cocinas y superficies de acero inoxidable. Su origen natural y su composición libre de químicos agresivos lo han convertido en un clásico en los hogares que buscan productos sostenibles y efectivos.
Otras soluciones puntuales según el tipo de mancha:
El chocolate se elimina fácilmente vertiendo agua muy caliente sobre la zona, y si persiste, se puede usar una mezcla de yema de huevo y glicerina. Las manchas de aceite, por su parte, se tratan mejor con sal o polvos de talco aplicados inmediatamente, mientras que la cera se retira colocando un papel absorbente encima y pasando la plancha caliente. Las salsas, en cambio, requieren agua fría y un poco de vinagre o bicarbonato para recuperar el blanco original.
Con estas técnicas y el apoyo del jabón natural Beltrán, los manteles no solo recuperan su limpieza, sino también su aspecto cuidado. Un pequeño truco doméstico que demuestra que mantener los tejidos impecables no requiere esfuerzo, sino constancia y los productos adecuados.
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