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El incierto futuro como hotel del Queen Elizabeth II
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El incierto futuro como hotel del Queen Elizabeth II

El Queen Elizabeth II realizó el 11 de noviembre del año pasado el que parecía su último viaje para atracar en Dubai y convertirse en un

Foto: El incierto futuro como hotel del Queen Elizabeth II
El incierto futuro como hotel del Queen Elizabeth II

El Queen Elizabeth II realizó el 11 de noviembre del año pasado el que parecía su último viaje para atracar en Dubai y convertirse en un hotel flotante. Pero podría cambiar de amarre. Nakheel, primera compañía urbanística de Dubai y propietaria del navío acaba de anunciar la posibilidad de abrir el famoso crucero británico convertido en hotel en Oriente Medio o África y moverlo del Golfo Pérsico.

 

Nakheel, que tenía pensado renovar el navío y convertirlo en un hotel de lujo flotante en Jumeirah island, una de las islas artificiales de la empresa en Dubai, anunció el pasado domingo en un comunicado a Associated Press el pasado domingo que “otros puertos de Oriente Medio y África se han interesado por el impresionante icono marítimo” y que estudiarán las diversas opciones antes de realizar reformas en el navío.

 

Nakheel no nombró las diferentes posibilidades, ni las razones para el cambio de lugar del  trasatlántico que actualmente se encuentra amarrado en el Puerto Rashid de Dubai. Sin embargo, según el periódico South Africa Business Day y citando a la portavoz de turismo del gobierno, Nakheel habría solicitado atracar el navío en Ciudad del Cabo.

 

Problemas de financiación

 

Nakheel atraviesa serios problemas financieros por la crisis y la brusca caída en el mercado de sus propiedades. En marzo consiguió acallar los rumores de falta de financiación para renovar el Queen Elizabeth II alegando que se encontraban analizando las posibilidades del navío con un equipo de ingenieros y que se comprometían a reformarlo.

 

Aun así, la compañía se ha visto obligada a replantearse otros ambiciosos planes en estos últimos meses. Ha tenido que archivar proyectos como un hotel con Donald Trump o un rascacielos diseñado para ser el más alto del mundo. Hasta ha tenido que pedir una participación de 10.000 millones de dólares en fondos de ayuda del Gobierno e intentado renegociar algunos de los ya vigentes contratos con los proveedores.

                                                                                                                     

El año pasado, Nakheel anunció 500 rescisiones de contrato, lo que representa un 15% de su plantilla. La prensa local asegura que los despidos continúan. Unos cientos más de personas han perdido su puesto de trabajo en las últimas semanas. La compañía se niega a notificar el número de ‘bajas’ y las justifica como un reajuste empresarial para acoplar mejor la oferta a la demanda. Sólo alegó que “recientemente Nakheel ha fusionado muchas de sus secciones que se ocupan de reestructurar el personal para asegurar la eficiencia y optimización de las aptitudes y el talento”.

 

Dudosa inversión

 

Nakheel compró por 50 millones de libras esterlinas, que en su momento valían 100 millones de dólares, el Queen Elizabeth II en 2007 a su antiguo propietario, Cunard. El navío de enorme valor histórico fue inaugurado en 1967 por la reina Isabel II. Ha navegado más de 6 millones de millas, realizado más de 800 viajes trasatlánticos y transportado a más de 2,5 millones de pasajeros. Se trataba de una inversión segura y sobre todo en Dubai, que ha pasado de ser un pueblo pesquero al centro comercial, financiero y turístico del mundo.

 

Pero su gobierno publica poca información sobre la solvencia de las empresas. Los prestamistas internacionales y los analistas quieren saber si Nakheel será capaz de pagar la deuda de 3.500 millones de dólares del año que viene. Hasta entonces el Queen Elizabeth II seguirá atracado en Dubai esperando nuevo rumbo.

El Queen Elizabeth II realizó el 11 de noviembre del año pasado el que parecía su último viaje para atracar en Dubai y convertirse en un hotel flotante. Pero podría cambiar de amarre. Nakheel, primera compañía urbanística de Dubai y propietaria del navío acaba de anunciar la posibilidad de abrir el famoso crucero británico convertido en hotel en Oriente Medio o África y moverlo del Golfo Pérsico.