¿Rubias o morenas?

 Muchas son las artistas que deciden jugar con la tonalidad de su pelo para cambiar de imagen. Normalmente logran lo que buscan: una gran repercusión con un mínimo trabajo, siempre reversible. La última en sumarse a esta moda ha sido Scarlett Johansson. Esta tentación rubia cambió su melena rubia platino por una castaña oscura. Fue en la presentación de su última película en Los Angeles. Semanas antes ya había aparecido en algunos medios con un pelo más oscuro del habitual rubio platino, una de las señas de identidad de su imagen (Ver álbum).

Otros cambios han resultado muchos más radicales y drásticos. De hecho, sus protagonistas, quizás algo arrepentidas, rápido cambiar a su anterior imagen. Cameron Díaz, otra rubia reconocible, se presentó un día con el pelo más negro que el carbón. Era 2007, y su melena azabache contrastó en los Globos de Oro con un vestido blanco impoluto. Semanas más tarde, y con el pelo ligeramente aclarado, repitió con motivo de los Oscar. Poco después volvió a su tono original y no ha vuelto a cambiar sus mechas.

Algo parecido pasó con Drew Barrymore y Renee Zellweger. Ambas siempre suelen lucir una melena rubia, pero en alguna ocasión han tonteado con otras tonalidades. No es extraño ver a la niña de ET con una melena castaña. Más raro resultó ver con el cabello negro a Zellweger y con unos mofletes sonrosados que brillaban con intensidad. Pero también hemos visto de rubia a una morena Angelina Jolie, siempre con una melena castaña o negra impecable, o a Madonna, que cambió de imagen para promocionar mejor uno de sus discos.

En otros casos, no hay que elegir entre rubia o morena, sino entre pelirroja o rubia. A muchas famosas no les gustan sus pelos colorados y en cuanto pueden van matizando esta tonalidad para convertirse en una rubia más del montón de Hollywood. Tales son los casos de Nicole Kidman o Lindsay Lohan. Sin embargo, también hemos visto a Kidman de castaño en numerosas ocasiones con motivo de determinados rodajes.

Y caso aparte merece Britney Spears. La problemática artista varía dependiendo de su estado anímico. Aunque en teoría siempre va de rubia -color que a algunos se les antoja poco natural-, también ha lucido una melena larga y negra. Cuando se rapó la cabeza en un ataque de locura, siempre iba acompañada de una peluca, ya fuera rubia, morena o rosa. Al fin y al cabo, casi todas van de artificial en estos tiempos. La diferencia ya es inapreciable. 

Los cambios de look están a la orden del día, sobre todo si eres famosa y vives en Hollywood. Unas veces por exigencias del guión y otras por puro placer, las estrellas del celuloide intentan adaptarse a los nuevos tiempos con transformaciones recurrentes de su imagen. Tintes imposibles, extensiones de pelo, cortes radicales… Nadie se libra si se quiere estar a la moda, aunque muchas prefieren vivir en un discreto clasicismo. ¿Rubias o morenas? Ese es el principal cambio que asola a las celebrities en los últimos tiempos.