Duelo de tiaras en las monarquías europeas: Máxima 8 - Letizia 2
La reina holandesa ha vuelto a demostrar que le encanta lucir las joyas de la familia Orange. Por el contrario, Doña Letizia se muestra algo reticente a llevar las tiaras de los Borbón
Este miércoles, la reina Máxima deslumbraba en la cena de gala ofrecida por el presidente de Canadá con motivo del viaje de Estado que los soberanos holandeses están realizando en el país americano. Ataviada con un vestido fucsia de escote asimétrico con flecos y luciendo la impresionante tiara del Pavo Real de la familia real holandesa, la argentina volvía a convertirse en la auténtica protagonista de la velada. Desde que se convirtió en reina el 30 de abril de 2013, la esposa de Guillermo Alejandro ha demostrado que no tiene ningún reparo en 'aprovecharse' de las fastuosas joyas de los Orange y en estos casi 25 meses que han transcurrido ha lucido ocho tiaras distintas.
Ya en la investidura de su marido como rey de Holanda, Máxima demostró que las tiaras jugarían un papel protagonista en sus estilismos de gala y que no quería ser como otras royals –como Letizia o Charlène– a las que parece asustarles utilizar estas joyas. Por ello, la argentina se decantó para tan especial día por una de las diademas más impresionantes de las monarquías europeas: la tiara de zafiros. Se trata de una pieza de la joyería Mellerio elaborada con platino y decorada con 31 zafiros de Cachemira y 655 diamantes de Sudáfrica. La reina volvería a lucir esta diadema hace unos meses en su visita oficial a Dinamarca.
En los actos venideros, la reina volvía a echar mano del joyero para distintas celebraciones en el palacio real de Ámsterdam. En la cena de gala ofrecida al presidente de Israel, Máxima recuperó la tiara de estrellas que lució en su boda con Guillermo Alejandro. Dos meses más tarde, en un evento junto al presidente de China, la argentina lucía la tiara de la reina Ana, una pieza confeccionada con diamantes y siete perlas únicas. Asimismo, en la visita que hizo Alberto de Mónaco a los Países Bajos, Máxima se decantó por la diadema de diamantes y esmeraldas del joyero alemán Schürmann, quien se la regaló a la reina Guillermina, bisabuela del actual rey.
Otras diademas que ha lucido la reina holandesa en estos dos años que lleva en el trono son la tiara de rubíes, realizada en 1888 por la joyería Mellerio por encargo del Rey Guillermo III de Holanda para su esposa, la reina Emma, y que Máxima llevó en una cena de gala en el palacio real de Ámsterdam; y la tiara de Wurttenberg, creada en 1890 por Royal Begeer en Utrecht para la reina Emma y que la argentina lució en la cena de gala de Japón.
A pesar de que siempre suele decantarse por tiaras muy fastuosas y exageradas, Máxima sigue optando también por la tiara Bandeau, una de sus favoritas. La argentina la llevó hasta cinco veces cuando era princesa y desde que es reina la ha lucido ya en dos ocasiones: en una cena con los reyes de Suecia y en la celebración del 75º cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca.
La adversión de Doña Letizia
Un caso bien distinto al de Máxima es el de Doña Letizia. La Reina española siempre se ha mostrado muy reticente a darle utilidad al joyero de la familia Borbón. Y es que desde que Felipe VI fue proclamado Rey, se creía que su esposa sacaría más partido a las joyas que tiene a su disposición, pero de momento no ha sido así. En estos casi doce meses de reinado, Letizia tan solo ha usado dos tiaras distintas. Es cierto que lleva mucho menos tiempo que Máxima y que sus oportunidades de lucir estas joyas son inferiores a las de la argentina, pero no deja de resultar extraño que Máxima ya haya llevado ocho modelos distintos y la española solo dos.
En sus dos primeras –y únicas, por el momento– cenas de gala en el Palacio Real, Doña Letizia apostó por la tiara floral, un regalo del dictador Francisco Franco a la Reina Sofía en nombre del pueblo español que data de finales del siglo XIX. Esta diadema puede utilizarse también como gargantilla. Así la lució la Reina emérita en la gala previa a su boda. La infanta Cristina llevó esta joya en su boda con Iñaki Urdangarin, pero desde que dejó de formar parte de la Casa Real, Doña Letizia la ha escogido con mucha asiduidad.
La última ocasión en la que la Reina llevó una diadema fue en la celebración del 75º cumpleaños de Margarita de Dinamarca, y Doña Letizia sorprendió estrenando al fin la tiara Princesa, aquella que le regaló Don Felipe con motivo de su quinto aniversario de boda y que hasta entonces permanecía guardada en su joyero. Se trata de una joya realizada en oro blanco y decorada con 450 brillantes y diez perlas, que fue realizada en 2005 por la prestigiosa familia Ansorena, proveedores de la Casa Real desde 1869.
Este miércoles, la reina Máxima deslumbraba en la cena de gala ofrecida por el presidente de Canadá con motivo del viaje de Estado que los soberanos holandeses están realizando en el país americano. Ataviada con un vestido fucsia de escote asimétrico con flecos y luciendo la impresionante tiara del Pavo Real de la familia real holandesa, la argentina volvía a convertirse en la auténtica protagonista de la velada. Desde que se convirtió en reina el 30 de abril de 2013, la esposa de Guillermo Alejandro ha demostrado que no tiene ningún reparo en 'aprovecharse' de las fastuosas joyas de los Orange y en estos casi 25 meses que han transcurrido ha lucido ocho tiaras distintas.