Doña Letizia, una reina con joyas de princesa
A pesar de haberse convertido en soberana, Doña Letizia sigue utilizando las mismas tiaras que llevaba como Princesa de Asturias
Este lunes el barroco renació en Madrid. Con motivo de la visita de Estado del presidente de Colombia y su mujer, el Palacio Real fue escenario de un gran despliegue de joyas, boato y brillo…. mucho brillo. Para tan especial ocasión, su segunda cena de gala como soberana, Doña Letizia se decantó por repetir el vestido de Felipe Varela confeccionado en seda y tul titanio, y bordado con microperlas acero y cristal, el mismo que llevó en la proclamación de Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos el 30 de mayo de 2013. Por su parte, Clemencia Rodríguez, la primera dama colombiana, eligió un discreto vestido en tonos negros y rosados que llevaba un gran lazo a modo de cinturón en la parte delantera.
Siguiendo el rígido protocolo de este tipo de actos, los hombres, representados en esta ocasión por Felipe VI y el presidente Juan Manuel Santos, vestían frac y pajarita. El monarca, además, llevaba colgado del cuello en una banda roja una versión pequeña de la orden del toisón de oro, la máxima condecoración española.
Como joyas, la Reina lució los pendientes de diamantes que le regalaron sus suegros, los Reyes eméritos, con motivo de su enlace con el entonces Príncipe de Asturias. Para sujetar la banda de la orden de Colombia, Doña Letizia utilizó el broche de la flor de lis que forma parte de la tiara Princesa, un regalo que Don Felipe le hizo por su quinto aniversario de boda y que todavía no le hemos visto en ninguna ocasión. A pesar que es la única tiara de su propiedad, la soberana prefirió volver a llevar la tiara floral, un regalo que el pueblo español hizo a la Reina Sofía al contraer matrimonio con Juan Carlos.
Desde que se convirtió en Princesa de Asturias, Doña Letizia ha lucido esta tiara hasta en ocho ocasiones. Cuando Felipe VI fue proclamado Rey el 19 de junio, muchos pensaron que a partir de entonces su esposa se inclinaría por lucir las joyas de las soberanas, también conocidas por la reina Victoria Eugenia como las ‘de pasar’. Sin embargo, en las dos veces que lo ha requerido –la cena de gala con la presidenta de Chile y en esta ocasión–, Letizia ha lucido joyas que ya había llevado antes como princesa.
Durante sus diez años como Princesa de Asturias, Doña Letizia tan solo ha lucido tres tiaras del joyero real en las más de dieciocho cenas de Estado a las que ha acudido. Estas tiaras son la prusiana, la Melleiro y la floral.
- La diadema prusiana fue creada en Berlín en 1913 para la princesa Victoria Luisa de Prusia, la única hija del káiser Guillermo II, abuela de la Reina Doña Sofía. Tras pasar por las manos de Federica de Grecia, la tiara la heredó la soberana emérita al cumplir la mayoría de edad. La joya está realizada en platino, diamante y brillantes, y sigue el estilo helénico. Fue la tiara utilizada por Sofía y Letizia para sus respectivas bodas. Desde que la llevó en su enlace, se ha convertido en una de las favoritas de la Reina Letizia y la ha lucido hasta en doce ocasiones.
- La tiara floral, regalo del dictador Francisco Franco a la Reina Sofía en nombre del pueblo español, data de finales del siglo XIX. Esta joya puede utilizarse también como gargantilla. Así la lució la soberana emérita en la gala previa a su boda. La infanta Cristina llevó esta joya en su boda con Iñaki Urdangarin, pero desde que dejó de formar parte de la Casa Real, Doña Letizia la ha usado con mucha asiduidad.
- La tiara Melleiro, también conocida como la diadema de ‘la Chata’, fue creada en 1867 por la joyería del mismo nombre. La reina Isabel II la compró un año después a su hija, la infanta Isabel, con motivo de su boda. ‘La Chata’ legó la joya a su sobrino, el Rey Alfonso XII, y este a Don Juan. El conde de Barcelona regaló la tiara a la Reina Sofía por su boda y desde entonces es la diadema que más veces ha llevado la ahora soberana emérita. Doña Letizia tan solo la lució en una ocasión y fue con motivo de la visita de Estado del presidente de Filipinas.
Desde que se convirtió en Reina, Doña Letizia tiene a su disposición todo el joyero de la Familia Real española y las tres tiaras de las reinas, lucidas en numerosas ocasiones por Victoria Eugenia y Sofía. Una de ellas, la de la flor de lis, es del lote 'de pasar' y pertenece a todas las soberanas españolas. En cambio, las tiaras rusa y Cartier son propiedad de la Reina emérita. No obstante, teniendo en cuenta el valor histórico de ambas piezas, los expertos opinan que ya forman parte del lote 'de pasar'
- La tiara rusa fue realizada para la reina regente María Cristina de Austria. Al fallecer, la diadema pasó a manos de Alfonso XIII y este la regaló a su nuera, María de las Mercedes de Borbón. Al fallecer, la condesa de Barcelona dejó la tiara a sus tres hijos, pero Don Juan Carlos compró las partes de sus hermanas y se la regaló a la Reina Sofía. Como es un obsequio personal, se desconoce si la reina emérita la pondrá en el lote de joyas 'de pasar', algo que sería de lo más normal, pues ya perteneció a una soberana española.
- La diadema de la flor de lis fue encargada por Alfonso XIII a la conocida joyería Ansorena –la misma en la que Felipe compró la tiara Princesa– para regalar a su futura esposa, Victoria Eugenia. En su testamento, la madre del conde de Barcelona la incluyó en el lote de las joyas ‘de pasar’. Desde entonces ha coronado las cabeza de Sofía numerosas veces. Por el momento, parece que Doña Letizia no se atreve con esta tiara, siendo esta la tiara real española por excelencia, pues es la que simboliza la monarquía borbónica.
- La tiara Cartier fue diseñada para la reina Victoria Eugenia en el año 1907. A su muerte, la soberana decidió regalársela a su hija Cristina. El Rey Juan Carlos compró la diadema a su tía y se la regaló a Sofía, al igual que ya hizo con la tiara rusa. Es una de las más utilizadas por la Reina emérita, quien solía combinarla con el collar de chatones –también considerado joya ‘de pasar’–. Para sorpresa de todos, la infanta Cristina apareció con esta tiara en la boda de Victoria de Suecia con Daniel Westling.
Este lunes el barroco renació en Madrid. Con motivo de la visita de Estado del presidente de Colombia y su mujer, el Palacio Real fue escenario de un gran despliegue de joyas, boato y brillo…. mucho brillo. Para tan especial ocasión, su segunda cena de gala como soberana, Doña Letizia se decantó por repetir el vestido de Felipe Varela confeccionado en seda y tul titanio, y bordado con microperlas acero y cristal, el mismo que llevó en la proclamación de Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos el 30 de mayo de 2013. Por su parte, Clemencia Rodríguez, la primera dama colombiana, eligió un discreto vestido en tonos negros y rosados que llevaba un gran lazo a modo de cinturón en la parte delantera.