El motivo de la sonada ausencia de la princesa Charlène en el Baile de la Rosa

La princesa Charlène vuelve a ser noticia. Su sonada ausencia en el Baile de la Rosa celebrado el pasado sábado en Mónaco ha provocado que retornen los rumores que la rodean a ella y a su matrimonio con el príncipe Alberto. El pasado año, la exnadadora tampoco asistió a este importante evento creado por su suegra, la mítica Grace Kelly. Los portavoces del principado aseguraron que estaba cuidando de sus hijos, los príncipes Jacques y Gabriella, quienes acababan de cumplir tres meses de vida. En esta ocasión, la asistencia de la princesa estaba ya asegurada, pues, según los medios franceses, no tenía ningún motivo de peso por el que faltar a la cita. Sin embargo, Charlène ha encontrado una nueva excusa para 'escabullirse'.

Aunque desde el palacio de Mónaco no se han querido proporcionar detalles acerca de la ausencia de Charlène, la prensa francesa asegura que su 'baja' se debe a un dolor de espalda que le impidió asistir al baile. A pesar de esta 'supuesta' dolencia, no deja de resultar extraño que la exnadadora vuelve a fallar en uno de los actos más importantes del principado.

A la conocida crisis matrimonial de Alberto y Charlène que les persigue desde antes de casarse, ahora se les debe sumar un nuevo rumor: su supuesta mala relación con Carolina. Según la prensa de Mónaco, las dos cuñadas no se llevan muy bien y Charlène no quiere compartir acto con ella, y menos uno en que Carolina es la gran protagonista. Y es que la hermana de Alberto es la anfitriona de este gran baile y siempre se lleva todo el protagonismo junto a su prole.

Cuenta atrás

El distanciamiento entre Alberto y Charlène es cada vez más evidente y la palabra 'crisis' cada vez suena con más fuerza en el principado. Desde el palacio de Mónaco no se han pronunciado sobre el asunto y es muy posible que no lo hagan, pero ya hay voces que aseguran que el supuesto contrato prenupcial que firmó Charlène ya está terminando y que pronto podrá pedirle la separación a Alberto, si eso es lo que realmente desea.

Cuando en julio de 2011, el príncipe y la exnadadora se casaron, salió a la luz que ella había firmado unas cláusulas matrimoniales por las que debía permanecer por lo menos cinco años con Alberto y debía darle un heredero. Con el nacimiento de los príncipes Jacques y Gabriella, la continuidad de los Grimaldi ya está asegurada y dentro de apenas cuatrro meses habrá pasado un lustro desde su enlace, así que a efectos prácticos la princesa Charlène ya habría cumplido con los requisitos del contrato.

Aunque tras la llegada al mundo de sus gemelos pareció que la princesa había cambiado y que estaba mucho más feliz y satisfecha y que su relación con Alberto era excelente, lo cierto es que desde después del verano Charlène y el príncipe apenas han coincidido públicamente. Ambos pasaron sus vacaciones estivales en Córcega, pero ella decidió no regresar a Mónaco e instalarse unos meses en la isla mientras su marido continuaba con su trabajo institucional. En noviembre, la exnadadora al fin regresó al principado del que es princesa, pero sus apariciones públicas han sido escasas y sus muestras de cariño hacia Alberto mucho más.

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