Los daneses lo consiguen: ya no mantendrán a Alexandra Manley

Los daneses están de enhorabuena. Desde hace varios años, habían surgido muchas quejas acerca de que Alexandra Manley, la primera esposa del príncipe Joaquín y madre de sus dos hijos mayores, los príncipes Nicolás y Félix, recibiera todavía una paga del Estado. Muchos no entendían por qué la exnuera de la reina Margarita II cobraba de las arcas del Gobierno cuando sus funciones como representante de la Corona eran ya nulas. Sin embargo, las cosas van a cambiar. Esta misma semana se ha sabido que Alexandra tiene intención de renunciar a esa paga anual o 'apanage', que actualmente alcanza los 250.000 euros.

No será hasta 2021 cuando la ex de Joaquín deje de recibir dinero de los contribuyentes. Esta fecha coincide con el 18 cumpleaños de su hijo menor, Félix, quien asumirá la mayoría de edad el 22 de julio de 2020. Así pues, a partir de entonces Alexandra deberá mantenerse con lo que ella misma gane. Esta decisión ha gustado mucho a los daneses, que desde hace tiempo se quejaban de la situación. El descontento de los ciudadanos se reflejaba, sobre todo, en las redes sociales, donde muchos usuarios no dudaban en criticarla. "¿Por qué tenemos que mantenerla? Ella tiene que trabajar como todos”, eran algunas de las joyas que se podían leer en algunos diarios digitales de Dinamarca.

Un buen divorcio

Alexandra sacó buen provecho de su divorcio con Joaquín. La familia real tuvo que abastecerla de un nuevo hogar y para ello desembolsó casi un millón de euros. Se le permitió seguir siendo princesa hasta que en 2007 se casó de nuevo con Martin Jorgensen, del que se divorció en 2015. Entonces la reina Margarita II le concedió el título de condesa de Frederiksborg. Asimismo, la soberana dejó que Alexandra se quedara con la tiara de platino y diamantes que utilizó en su boda, una joya que pertenece a la dinastía. En la actualidad, sigue asistiendo a los actos familiares y mantiene muy buena relación con su exmarido.

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Núria Tiburcio

A pesar de su buena disposición con Alexandra, la reina no está dispuesta a hacer lo mismo con sus otras nueras. Por este motivo, cuando el príncipe Joaquín se casó en segundas nupcias con la francesa Marie Cavallier en 2008 se le hizo firmar unas capitulaciones matrimoniales que, en caso de divorcio, la dejarían sin nada. Algo parecido le ocurrió a su cuñada, la princesa Mary. Cuando ya llevaba dos años casada con el heredero Federico y tras el divorcio del príncipe Joaquín, se le obligó a aceptar unas modificaciones en el contrato matrimonial donde también se la dejaba un tanto 'desamparada'.

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