La infanta Cristina viaja a Mozambique, donde recibe honores de 'alteza real'

Quienes conocen África saben que engancha. Y parece que la infanta Cristina no es ajena a esos encantos. Es su refugio secreto, el lugar al que le gusta ir cuando las cosas se ponen feas. Y allí estuvo hace dos semanas la hermana de Felipe VI, en Mozambique, tal y como ha podido saber Vanitatis. Esta vez, como tantas otras, Cristina de Borbón ha viajado al país africano por motivos laborales. Y allí ha recibido honores de 'alteza real'.

"Ha sido un honor ser los anfitriones de su alteza real doña Cristina de España en el hotel Polana Serena. De parte del director general del hotel, el señor Ashishek Negi, le ofrecemos una pieza de arte única de Mozambique en honor a su llegada", señalan en una imagen del establecimiento hotelero en el que se ve a una sonriente doña Cristina recibiendo la pieza artística.

Da la casualidad, además, de que una delegación del Congreso de los Diputados ha viajado estos días a Mozambique para fortalecer los lazos entre este país y España. Tanto la presidenta del Congreso, Ana Pastor, como varios diputados han celebrado la visita y han mostrado fotos y vídeos en las redes sociales. En tiempo, casi coinciden.

El hotel en el que se alojó la Infanta es un espectacular complejo a la orilla del mar. El Serena Polana Maputo, un hotel de cinco estrellas, ofrece habitaciones a no menos de 200 euros la noche. Las vistas al océano son maravillosas, la piscina es paradisiaca y los servicios, propios de un gran hotel de lujo, como sus precios.

Sin embargo, la Infanta estuvo allí de viaje solidario y por eso se alojó en ese hotel. La Fundación Aga Khan, para la que trabaja en Ginebra, tiene varios proyectos en Mozambique y uno de ellos es turístico. El departamento de Desarrollo Económico de la fundación invierte en infraestructuras turísticas y así lo hizo en 2002 en Maputo, donde compró, precisamente, el hotel Serena Polana, donde Cristina recibió los honores.

Construido en 1922 y conocido como la Gran Dama de Maputo por su lujo y su impresionante arquitectura, el hotel "evoca el gran pasado mientras combina todo lo que se espera de un establecimiento de cinco estrellas hoy en día". Así lo cuentan desde la Aga Khan Foundation, entidad encargada de restaurar y reformar la estructura del edificio, incorporando mejoras para las que se contrató a los mejores artistas y artesanos locales.

Uno de los motivos por los que la Infanta está cualificada para trabajar en la fundación es por su experiencia en cooperación y en especial en Mozambique. Ya en 2005, embarazada de cuatro meses, viajó allí. Fue un viaje calificado de privado entonces, puesto que no iba en representación de la Casa Real, de la que formaba parte. Pero tampoco iba por placer, sino por motivos laborales.

La infanta Cristina siempre ha estado muy volcada en la ayuda al desarrollo de fármacos contra enfermedades que afectan a las poblaciones más frágiles, en especial a los niños de las zonas más empobrecidas de África.

En aquella primera visita, fue recibida por el presidente del país, Joaquim Chissano, y asistió a una recepción organizada en su nombre en la Embajada española en Maputo, fiesta en la que se reunió con la colonia de españoles residentes en Mozambique y con muchos misioneros que llevan a cabo allí su labor. Y eso que la Casa Real no anunció su visita de manera oficial.

Este viaje ha sido distinto. No hay rastro de la Infanta en los canales oficiales. Desde aquel 2005 ha vuelto en incontables ocasiones al país, incluso con su marido, con quien se llegó a plantear comprar una casa y pasar allí temporadas.

En 2008, por ejemplo, fue toda la familia y disfrutaron de un safari. Pero estalló el caso Nóos y cortó todos los planes del matrimonio. En enero de 2016, cuando el juicio que podría mandar a su marido a prisión seguía en marcha, ella se escapó unos días a Mozambique por motivos laborales. Como estos días.