El gran cambio de Margarita de Dinamarca con su nuera Mary: de rechazarla a amarla

Después de 17 años, parece que por fin Mary Donaldson ha conseguido ganarse el cariño de su suegra, la reina Margarita de Dinamarca. Los esfuerzos de la australiana por ser la nuera y la princesa perfecta han dado sus frutos y en cada acto queda claro que se ha ganado el respeto de la monarca. Pudimos verlo este miércoles, cuando suegra y nuera acudieron juntas al zoo de Copenhague para inaugurar una nueva zona, destinada a los dos osos panda que la reina recibió como regalo del presidente de China en 2014. Y también hace una semana, cuando Mary fue nombrada capitán de la Guardia Nacional, con la presencia de la reina Margarita

En este acto, además de ver las imágenes más sorprendentes de la princesa vestida de militar, también se sucedieron los gestos de complicidad y cariño de la reina Margarita con su nuera, de la que incluso parecía sentirse orgullosa en algunos momentos. De hecho, es cada vez más el protagonismo que han tomado tanto Mary como el príncipe Federico en la agenda real, para muchos, una señal de que la abdicación de la monarca está próxima. Aunque eso es algo que lleva especulándose desde hace un tiempo, especialmente desde la muerte del príncipe Henrik.

Pero la buena relación que muestran ahora la madre y la esposa del príncipe heredero no siempre fue así. Son muy conocidas las trabas que puso la reina Margarita al noviazgo, a pesar de que Mary parecía la candidata perfecta, sobre todo comparándola con las anteriores conquistas de Federico, entre las que se encontraban la exmodelo de ropa interior Katja Storkholm, con quien incluso llegó a comprometerse en secreto; la estudiante Maria Maloud, junto a la que se vio implicado en un escándalo de tráfico; o la cantante de rock Maria Montell, a la que llegó a presentar al rey Juan Carlos en secreto.

El hecho de que Mary fuera extranjera y abogada no gustaba nada a la reina Margarita. Tal y como se cuenta en el libro 'Lo que no sabes sobre la realeza pero te gustaría saber', del periodista Alexander von Schönburg, la monarca organizó un encuentro de su hijo con doce jóvenes aristócratas para que, al más puro estilo medieval, escogiera una y se olvidara de Mary. Pero la negativa de Federico y los enormes esfuerzos de la abogada australiana por demostrar su valía acabó en el anuncio de su compromiso en 2003. La pareja se casaba en 2004, con la resignación de la reina, que intentó dar su estocada final en la boda. Se dice que fue ella misma quien eligió el vestido de novia de su nuera, uno de los más criticados y menos favorecedores que se recuerdan.