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La difícil reinserción laboral de Iñaki Urdangarin en Ginebra
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FAMILIA DEL REY

La difícil reinserción laboral de Iñaki Urdangarin en Ginebra

El cuñado del rey Felipe pidió una excedencia de Telefónica para no perjudicar a la compañía cuando el caso Nóos se hizo demasiado grande. Desde entonces, no ha vuelto a trabajar

Foto: Iñaki Urdangarin, en una foto de archivo. (Getty)
Iñaki Urdangarin, en una foto de archivo. (Getty)

La Fundación La Caixa ha mostrado más lealtad hacia la infanta Cristina a lo largo de estos años de lo que lo hizo Telefónica con Iñaki Urdangarin. En agosto de 2012, el cuñado del rey Felipe VI pidió una "excedencia temporal" del contrato que le había enviado tres años antes a Washington. En un comunicado remitido a Efe desde Estados Unidos, Urdangarin explicaba que había tomado esta decisión "ante la posibilidad de que el procedimiento judicial abierto" en el que ya estaba en curso "pudiera tener alguna incidencia negativa para el grupo". El marido de la infanta Cristina explicaba entonces que la familia volvería a Barcelona "con la intención de volver a desarrollar con la compañía nuevas actividades en el futuro".

Exactamente un año después, la familia comprobó que la solución de Barcelona no era precisamente la ideal. En plena instrucción del caso Nóos, con la prensa informando día sí día también de las actividades ilícitas del yerno del Rey, la sociedad catalana que antaño adoraba a los Palma ahora los denostaba violentamente. Quienes lo vivieron de cerca cuentan que no podían ni ir a comprar el pan sin ser increpados por algún ciudadano.

La vida se hizo insostenible y se buscaron soluciones en el extranjero. Primero, en Catar, donde entrenaba entonces Valero Rivera. En abril de 2013 se hizo público que Urdangarin había comunicado a la Casa del Rey que tenía una oferta del exseleccionador nacional, amigo personal suyo y dirigente del equipo catarí. El momento no podía ser más oportuno: cinco días antes José Castro había citado a declarar a la Infanta como imputada (la Audiencia de Palma lo evitó después).

“Él lo que quiere es trabajar. Donde fuere, donde pueda. No está en condiciones de elegir”, explicó entonces su abogado, Mario Pascual Vives, mucho más relajado entonces con la prensa que ahora.

placeholder Iñaki Urdangarin, en su etapa trabajando para Telefónica. (EFE)
Iñaki Urdangarin, en su etapa trabajando para Telefónica. (EFE)

El calvario barcelonés (si se puede decir así) duró un año. En julio de 2013 se hizo público que la infanta Cristina había acordado con La Caixa un traslado a Ginebra. Los duques de Palma, que aún lo eran, no querían que sus cuatro hijos comenzaran otro curso más en España. La entidad catalana y la Fundación Aga Khan ampararon este deseo -que era una necesidad perentoria- y Cristina de Borbón se trasladó con sus hijos a Ginebra, donde ha encontrado su lugar en el mundo. En un principio se dijo que Iñaki Urdangarin no acompañaría a la familia y se quedaría en Barcelona para afrontar sus problemas judiciales, aunque el tiempo demostró que no fue así.

Mientras Cristina de Borbón trabajaba y viajaba por todo el mundo, no volvieron a surgir oportunidades de empleo para Iñaki Urdangarin, al menos públicamente. En Ginebra, el exjugador de balonmano se ha dedicado básicamente a su familia, al deporte y a preparar el proceso judicial del caso Nóos. Hasta ahora. Durante tres días a la semana, el reo se traslada desde la prisión de Brieva al Hogar Don Orione, en Pozuelo de Alarcón, donde ha sido asignado a la unidad de movilidad, psicomotricidad y fisioterapia del centro.

En el centro, encantados

La experiencia en Don Orione está siendo positiva. El pasado mes de noviembre el centro remitió a la prisión un informe confidencial sobre cómo lo estaba haciendo Urdangarin. "El Informe de 25 de noviembre de 2019 del Centro Don Orione que valora la actividad desarrollada por el interno -en doce apartados- da la puntuación máxima (10) en diez de ellos, y en los dos restantes la siguiente (9)", desvelaba el último auto del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria en el que le concedían el tercer día de voluntariado.

"Por otra parte, el Informe de la Educadora recoge que las salidas están siendo positivas, ya que están paliando en gran parte la situación de aislamiento social en la que se encuentra el interno, a la vez que participa de una actividad beneficiosa para su propio desarrollo personal", se explicaba.

placeholder La infanta Cristina de Borbón con Iñaki Urdangarin, la pasada Navidad en Vitoria. (EFE)
La infanta Cristina de Borbón con Iñaki Urdangarin, la pasada Navidad en Vitoria. (EFE)

Quizá ese sea el camino a seguir una vez que haya finalizado su etapa carcelaria. La semana pasada se supo que la Junta de Tratamiento de la cárcel de Brieva ha propuesto mantener con la clasificación de segundo grado (el régimen ordinario) a Urdangarin, condenado a cinco años y diez meses de cárcel. Es la propuesta de la cárcel abulense, aunque podría ser recurrida por el juez de Vigilancia Penitenciaria como ya ha ocurrido con el asunto del voluntariado.

Política migratoria suiza

La política migratoria en Suiza no es especialmente amable con los exconvictos, pero a nadie se le escapa que la situación de Urdangarin siempre ha sido 'especial'. El país helvético no suele aceptar entre sus residentes a los emigrantes que han cometido un delito en su país de origen. Las autoridades de inmigración del Cantón de Ginebra y de la Confederación Helvética confirmaron en 2013, cuando la familia se mudó a Ginebra, que las solicitudes de los permisos de residencia en Suiza por parte de ciudadanos de la Unión Europea normalmente se suspenden o no se aceptan cuando la persona interesada está imputada por una causa judicial en su propio país. Exactamente el caso de Iñaki Urdangarin, quien fue imputado en 2011 pero se mudó a Ginebra dos años después. En su caso, se hizo una excepción.

A día de hoy, este debe ser un problema que la familia ya ha solventado, dado que ha elegido trabajar y residir en Ginebra para siempre. El lugar donde han encontrado un hogar.

La Fundación La Caixa ha mostrado más lealtad hacia la infanta Cristina a lo largo de estos años de lo que lo hizo Telefónica con Iñaki Urdangarin. En agosto de 2012, el cuñado del rey Felipe VI pidió una "excedencia temporal" del contrato que le había enviado tres años antes a Washington. En un comunicado remitido a Efe desde Estados Unidos, Urdangarin explicaba que había tomado esta decisión "ante la posibilidad de que el procedimiento judicial abierto" en el que ya estaba en curso "pudiera tener alguna incidencia negativa para el grupo". El marido de la infanta Cristina explicaba entonces que la familia volvería a Barcelona "con la intención de volver a desarrollar con la compañía nuevas actividades en el futuro".

Infanta Cristina Iñaki Urdangarin