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Felipe y Letizia: el futuro de los inmuebles de la herencia de 10 millones que sí aceptaron
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TRAS LA RENUNCIA A LA DEL REY EMÉRITO

Felipe y Letizia: el futuro de los inmuebles de la herencia de 10 millones que sí aceptaron

El empresario Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido el 18 de noviembre de 2009, se lo dejó en su testamento. En el caso de que no lo hubieran aceptado, sería para el Estado de Israel

Foto: Los reyes Felipe y Letizia, en la inauguración de ARCO en febrero. (EFE)
Los reyes Felipe y Letizia, en la inauguración de ARCO en febrero. (EFE)

Tener que aceptar o renunciar a herencias no es una circunstancia nueva para el rey Felipe, que el domingo anunciaba que prescindía de la de su padre, el rey Juan Carlos, a quien también privaba de su asignación a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Casi tanta sorpresa, pero, sin duda, mucho menos estupor que ese anuncio, causó la noticia de que el empresario Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido el 18 de noviembre de 2009, les había legado en su testamento un patrimonio de un valor aproximado de 10 millones de euros, una vez satisfechos los pertinentes impuestos.

Un más que notable patrimonio que el hombre de negocios menorquín dejaba muy atado en su testamento: si los Reyes (entonces Príncipes de Asturias) no aceptaban esta herencia, de la que también hacía beneficiarios a los ocho nietos de los ahora Reyes eméritos, se destinaría al Estado de Israel. En un principio, parece que hubo ciertos debates internos sobre la conveniencia de aceptarla o no, pero al final se impuso el sí y se dispuso también cumplir con las estipulaciones testamentarias de Balada Llabrés: que el 50% se destinara a una fundación de interés general.

placeholder Juan Ignacio Balada Llabrés (1940-2009). (EFE)
Juan Ignacio Balada Llabrés (1940-2009). (EFE)

Su patrimonio, como buen inversor, estaba repartido en distintas 'cestas', entre activos financieros, acciones en bolsa, una promotora inmobiliaria disuelta en 2010 y diversos inmiuebles en la isla, entre los que destaca uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, la farmacia Llabrés, conocida popularmente como Ca s’Apotecària, que ha sido rehabilitada tras tres décadas de abandono y que regentó la madre del empresario, Catalina Llabrés Piris, la primera mujer que logró la licenciatura de Farmacia en Baleares. Una propiedad modernista en la que estuvieron viviendo y a la que nunca volvió Balada Llabrés, que dejó en su interior un fabuloso mobiliario y enseres personales, que llegaron a correr un serio peligro por el mal estado en que se encontraba el edificio, apuntalado hasta que comenzaron las obras a principios de 2016.

Puede decirse que es una de las joyas de la corona del patrimonio inmobiliario del empresario, que ya ha sido rehabilitada y que gestionará la Fundació per a Persones amb Discapacitat de Menorca, pero, hasta ahora, no ha llegado el esperadísimo momento de su reapertura, que estaba prevista para febrero: "Aún no se ha terminado de gestionar el permiso solicitado, aunque está ya bastante avanzado. Con las circunstancias actuales -nos dicen en el ayuntamiento de Ciutadella- y hasta que no se retomen las juntas de Gobierno no se va a poder llegar a la finalización del proceso para que obtengan la licencia de explotación".

En efecto, al tratarse de un edificio que va albergar actividades públicas, no puede aún abrir las puertas y se pondrá en manos de la mencionada fundación, cuya finalidad es "mejorar la calidad de vida y promover la normalización, la participación, la visibilidad y la integración social, política, económica, laboral, cultural, deportiva, educativa y de salud de las personas con discapacidad".

placeholder La farmacia Llabrés. (EFE)
La farmacia Llabrés. (EFE)

Según nuestra fuente en el ayuntamiento, "aún no trascendido el uso concreto que van a a darle". Una duda que hemos intentado subsanar contactando con el departamento de prensa de la mencionada organización, que, según consta en su página web, está prestando unos servicios más limitados acordes a la situación presente por la crisis del coronavirus. En el momento de escribir estas líneas, no habíamos obtenido respuesta.

Otro de los edificios más emblemáticos que formaban parte del patrimonio de Balada Llabrés era un palacete de 500 metros, situado en la plaza don Juan de Borbón de la espectacular localidad menorquina, con un solar adyacente que estuvo a la venta por 1,5 millones de euros, un precio visiblemente por debajo del valor de mercado en ese momento, pero, como informamos en Vanitatis, el pasado mes de noviembre se retiró de la venta, al igual que el resto de propiedades.

"Hay varios edificios, muchos de ellos con inquilinos, plazas de garaje y también propiedades rústicas. No tenemos conocimiento de qué uso se va a hacer de ellas porque es algo que escapa a nuestro alcance. El palacete, por ejemplo, era el domicilio del empresario, pero ahora no sabemos muy bien qué van a hacer con él", nos dicen.

[LEE MÁS: La herencia fantasma de Ignacio Balada a los reyes Felipe y Letizia]

También nos recuerdan que la parte de la herencia destinada al bien general tiene que ajustarse a ese uso y que se gestiona a través de la Fundación Hesperia, que constituyeron los entonces Príncipes de Asturias el 23 de abril de 2010 con el fin de cumplir los propósitos de Ignacio Balada. Sobre si están realizando actividades en la isla con esa finalidad, nos afirman que "por el momento, solo lo relacionado con la farmacia".

Puestos en contacto con Casa Real para que nos informen del desempeño de esta fundación (tiene su sede en el palacio de la Zarzuela) y las principales acciones que han puesto en marcha durante todo este tiempo, ya que su web oficial solamente tiene actualizados contenidos hasta 2015, no hemos obtenido respuesta (de momento). Presidida por Gonzalo Urquijo Fernández de Araoz, presidente de Abengoa y miembro del Patronato y de la Comisión Ejecutiva de los Premios Princesa de Asturias, además de muy amigo del rey Felipe VI, desde su constitución ha desarrollado diversas actividades relacionadas con enfermedades raras y neurodegenerativas, además de luchar contra la exclusión social en la juventud.

No podemos concluir sin recordar que los reyes Felipe y Letizia cumplieron con su obligación de destinar la parte de la herencia que les correspondía a los fines de interés general, como pretendía el empresario, soltero y sin hijos en el momento de su fallecimiento, y se cree que los nietos de los Reyes eméritos podrían hacer lo propio con lo que les ha correspondido una vez hayan cumplido todos la mayoría de edad.

Tener que aceptar o renunciar a herencias no es una circunstancia nueva para el rey Felipe, que el domingo anunciaba que prescindía de la de su padre, el rey Juan Carlos, a quien también privaba de su asignación a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Casi tanta sorpresa, pero, sin duda, mucho menos estupor que ese anuncio, causó la noticia de que el empresario Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido el 18 de noviembre de 2009, les había legado en su testamento un patrimonio de un valor aproximado de 10 millones de euros, una vez satisfechos los pertinentes impuestos.

Rey Felipe VI Rey Don Juan Carlos