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El aplaudido discurso de Isabel II (y los parecidos y diferencias con el del rey Felipe)
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REYES FRENTE AL CORONAVIRUS

El aplaudido discurso de Isabel II (y los parecidos y diferencias con el del rey Felipe)

Mensajes a través del vestuario, escasez de gestos... Con ayuda de un experto, analizamos el histórico discurso de la monarca, el cuarto en sus 68 años de reinado

Foto: La reina Isabel, durante su discurso. (Reuters)
La reina Isabel, durante su discurso. (Reuters)

La reina Isabel ha sido la última monarca en ofrecer un discurso a su pueblo para abordar la crisis del coronavirus. Unas palabras que eran muy esperadas y que han tenido muchos paralelismos con las que el resto de monarcas europeos ya ofrecieron en su momento, incluyendo las del rey Felipe, el pasado 18 de marzo. Todos ellos se han basado en tres pilares comunes: el agradecimiento a todos los que están trabajando estos días, focalizándolo en la sanidad -y que también tuvieron un gran protagonismo durante la emisión del discurso de Isabel II, como veramos más adelante-; la solidaridad y afecto con los que han perdido a sus seres queridos; y en un mensaje de esperanza y de unidad para que se supere esta situación.

Pero hay dos elementos que han llamado especialmente la atención de la intervención de la reina Isabel. Por un lado, la referencia que hizo a su hermana, la princesa Margarita, un recuerdo familiar a los que la monarca no acostumbra: "Me recuerda a la primera transmisión que hice, en 1940, con la ayuda de mi hermana". Por otro lado, a nadie le ha pasado inadvertido el final del discurso, basado en la esperanza: "Volverán mejores días: volveremos a estar con nuestros amigos; estaremos con nuestras familias nuevamente; nos reuniremos de nuevo". Y es que esta última frase coincide con el título de una canción de Vera Lynn, una cantante que se hizo muy conocida durante la Segunda Guerra Mundial y que el ejército británico tenía como musa, llegando a ser apodada 'novia de las fuerzas armadas'.

Para Cristian Salomoni, analista de la conducta en Nechi Group, el discurso merece el aplauso generalizado que ha recibido de los británicos: "Ha sido brillante a nivel de estrategia comunicativa, la comparación con su primera intervención pública en 1940, siendo solo una niña. Porque efectivamente estamos en una guerra, pero no entre naciones, sino sanitaria. A nivel verbal es un discurso emotivo y optimista que menciona a todos, haciendo sentir, gracias al uso perfecto de las palabras, parte de una sola nación".

placeholder El discurso de la reina Isabel II fue seguido por varios millones de personas. (Reuters)
El discurso de la reina Isabel II fue seguido por varios millones de personas. (Reuters)

Más allá del discurso propiamente dicho, también ha habido elementos a través de los que Isabel II se ha expresado. Por un lado, la puesta en escena, con un fondo completamente aséptico, en el que no hay ni una fotografía familiar para evitar que cualquier detalle robe protagonismo a sus palabras. Por otro, su vestuario, con un pertinente vestido verde, el color asociado a la esperanza. Además de su inseparable collar de tres filas de perlas y sus pendientes, la reina Isabel escogió un broche muy especial y con una gran historia, pero que no es nada habitual en sus apariciones. Fue un regalo que Eduardo VII y Alexandra, entonces príncipes de Gales, entregaron en 1893 a la reina María, con motivo de su boda. Y aunque ella lo recibió en 1953, cuando falleció su abuela, no lo estrenó hasta 2014. Un adorno tan especial como la situación.

El discurso fue grabado unas horas antes, por lo que las palabras de la reina se intercalaban con imágenes cotidianas que se dan estos días en Reino Unido: "Es una escenografía muy acertada, no es un mensaje institucional cualquiera. Es un comunicado ante una situación de emergencia, por eso la escenografía tiene que adaptarse y no ser la de siempre. No hay himno, no hay banderas, no hay fotos familiares. Pero sí hay ciudadanos, sobre todo los que están luchando para frenar la pandemia: los sanitarios, los militares, los trabajadores esenciales, pero también niños, vecinos y amigos aplaudiendo. Ellos son los protagonistas del mensaje. No la Casa Real en sí".

Aunque no lo parezca, dado el habitual rictus de la monarca, también hubo comunicación no verbal durante sus palabras, según nuestro experto: "Debemos tener en cuenta que Isabel II tiene casi 94 años y además tiene una personalidad muy hierática, que se traslada en su comunicación no verbal poco expresiva y solemne. Pero vemos que sus cejas se levantan continuamente, señal de que lo que dice le afecta emotivamente, siente lo que dice".

placeholder La reina Isabel, durante su discurso. (Reuters)
La reina Isabel, durante su discurso. (Reuters)

Como les decíamos, su discurso establecía muchos paralelismos con el del rey Felipe. Unas similitudes que no se han reflejado en la acogida que han tenido, ya que mientras el del monarca español fue muy criticado, el de la reina Isabel ha dado la vuelta al mundo y los halagos son la tónica general. Pero también ha habido grandes diferencias entre uno y otro, quizá la explicación de los diferentes juicios que han recibido. Por lo pronto, y según el experto consultado, la escenografía del discurso de don Felipe fue algo desafortunada: "Su equipo tiene que entender que los tiempos han cambiado y con él la estrategia comunicativa a la hora de dar un mensaje tan importante. Se ve el fondo de un pasillo, no hay ninguna alusión metafórica que pueda reforzar el mensaje y hacerlo más potente. Hay poco estudio detrás de la escenografía. En el caso de la reina Isabel, sí lo había: el papel encima de su escritorio, indicando que está lista para lo que haga falta".

Eso sí, no todo fue negativo en esos siete minutos de discurso de don Felipe. No solo tuteó a los espectadores, intentando dar una imagen de cercanía, sino que también hizo partícipes tanto a la reina Letizia como a sus dos hijas, refiriéndose a ellas sin sus títulos: "Hay un buen contenido en el mensaje. Si lo analizamos bajo el prisma de la estrategia de la Casa Real, es congruente con la institucionalidad que querían darle: estaba de pie -estamos acostumbrados a verlo siempre sentado- acompañado del atril y las banderas. Pero me pregunto si no tendría que ser algo mas natural, al tratarse de un momento que sale de los esquemas de cualquier comunicado que pueda dar el Rey".

placeholder El rey Felipe, durante su discurso. (TVE)
El rey Felipe, durante su discurso. (TVE)

La reina Isabel ha sido la última monarca en ofrecer un discurso a su pueblo para abordar la crisis del coronavirus. Unas palabras que eran muy esperadas y que han tenido muchos paralelismos con las que el resto de monarcas europeos ya ofrecieron en su momento, incluyendo las del rey Felipe, el pasado 18 de marzo. Todos ellos se han basado en tres pilares comunes: el agradecimiento a todos los que están trabajando estos días, focalizándolo en la sanidad -y que también tuvieron un gran protagonismo durante la emisión del discurso de Isabel II, como veramos más adelante-; la solidaridad y afecto con los que han perdido a sus seres queridos; y en un mensaje de esperanza y de unidad para que se supere esta situación.

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