'The Crown' - Las dos joyas que cambiaron la historia del príncipe Carlos y Lady Di

La relación del príncipe Carlos y Diana de Gales es uno de los ejes centrales de la cuarta temporada de 'The Crown', por lo que muchos detalles de su historia, de su compromiso y de su boda están reflejados en los diez capítulos que la conforman. Y dos de estos detalles están relacionados con dos joyas muy diferentes, pero que cambiaron la historia de la pareja. Una de ellas es el anillo de compromiso que la futura Princesa de Gales escogió en 1981. Otra, un brazalete más que significativo y que simbolizaba todo lo contrario al amor eterno: la relación del príncipe Carlos tuvo con Camilla.

El príncipe Carlos rompió con toda una tradición al dejar que Diana escogiera ella misma su anillo de pedida. Lo habitual hasta entonces era que el novio entregara a su prometida una reliquia familiar o una joya que tuviera alguna historia. De hecho, incluso el de la propia reina Isabel estuvo fabricado a partir de la tiara que la madre del duque de Edimburgo, Alice de Battenberg, llevó en su boda. Pero nada parecido suceció en la pedida de Carlos. La joyería Garrard, una de las más antiguas de Reino Unido y considerada la joyería 'oficial' de la familia real, envió un catálogo a Windsor en el que se incluía el conocido anillo, una pieza formada por un zafiro oval de Ceilán rodeado de 14 diamantes montados en un aro de oro. Un momento que se muestra en la serie con la explicación de Diana: "Se parece al de mi madre y hace juego con mis ojos". Una escena que será difícil saber si es fiel a la realidad de ese momento, aunque lo cierto es que cuesta creerlo.

En un primer momento, no pareció una decisión muy acertada. Los más puristas consideraban que una futura reina tenía que tener un anillo único y el que escogió pertenecía a la colección de stock de Garrad, por lo cual cualquiera que tuviera el dinero suficiente, podía comprarlo. Lo curioso es que sí se convertía en una pieza más que icónica años después, aunque no tuviera empaque histórico, cuando el príncipe Guillermo se lo entregó a Kate Middleton para convertirla en su prometida.

Además, también es una pieza que da muestra de la estrecha relación que, en otro tiempo, tuvo el duque de Cambridge con su hermano, el príncipe Harry: aunque cuando falleció Diana, el anillo fue a parar a manos de su hijo pequeño, el príncipe no dudó en entregárselo a su hermano mayor cuando éste le expresó sus intenciones de pedir matrimonio a Kate. Un gesto que queda muy lejos de la distancia que hoy hay instalada entre los dos hermanos.

La otra joya de la que habla esta cuarta temporada de 'The Crown' es una pulsera que simboliza también el amor del príncipe Carlos, pero no por Diana de Gales, sino por Camilla. Mientras mantenían su aventura, se hacían llamar Gladys y Fred, unos apodos que se convirtieron en los delatores de su relación. Y es que unas semanas antes de su boda, Diana descubrió un brazalete con esas iniciales que Carlos había encargado para su amiga. En la serie muestran el momento en el que la futura nuera de Isabel II descubre los bocetos de la pulsera, mezclados entre las diferentes cartas y obsequios que los futuros Príncipes de Gales recibían en Buckingham con motivo de su enlace. Diana no dudó en pedir explicaciones a su prometido, que se excusó alegando que era una simple cortesía hacia una vieja amiga que lo había apoyado durante mucho tiempo.

Para Diana, fue la confirmación de sus sospechas sobre la naturaleza de la amistad de Carlos y Camilla, que desde hacía un tiempo le rondaban la cabeza. Pero también fue un regalo más que significativo para la actual duquesa de Cornualles, que llevó el brazalete en público en numerosas ocasiones, incluso cuando los Príncipes de Gales seguían casados y, supuestamente, felices.