Rania de Jordania, epítome de la elegancia en la boda de su hija Iman con un romántico vestido
Como hiciera en la boda de Felipe y Letizia, la reina Rania ha vuelto a dar una lección de estilo en un enlace, en esta ocasión el de su hija Imán
Aunque la protagonista es la princesa Iman, todos teníamos claro que su madre, Rania de Jordania, también acapararía muchos flashes. Icono de elegancia en el mundo entero, para la boda de su hija la reina hachemita lo ha dado todo en cuestiones de estilismo con un romántico vestido. Eran las 18:00 horas (hora jordana) cuando los cerca de 150 invitados comenzaban a llegar a la residencia de los soberanos, el palacio de Beit Al Urdun. Allí eran recibidos por los anfitriones, el rey Abdalá y la reina Rania, orgullosos padres de la novia.
Tras los saludos, ambos accedían al salón en el que ha tenido lugar la boda, y Rania se ha sentado en primera fila junto a su futura nuera y protagonista de la próxima boda real, Rawja, y sus hijos pequeños, la princesa Salma y el príncipe Hashem. Por su parte, el rey ocupaba un puesto en el espacio principal, justo delante del imán que ha oficiado la boda, y al lado del sofá en el que se encontraba su nuevo yerno, Jameel Alexander Thermiotis. La novia ha sido la última en llegar, con un impoluto vestido blanco y del brazo de su hermano y heredero al trono, Hussein.
La reina ha elegido para la ocasión un diseño de Dior de la colección Fall Couture 2022. En color crema y realizado con seda plisada, el vestido presenta cuello vuelto y mangas farola. Cuenta con un juego geométrico tanto en el escote como en la zona de la cintura para remarcar la silueta.
La reina ha querido darle un toque de color al estilismo optando por una cartera de mano en color azul que contrastaba con el nude de su vestido, romántico pero bastante discreto para lo que es ella. Sobre todo si lo comparamos con el diseño que llevó en la preboda de Iman, la fiesta de la henna. Mientras su hija vistió de blanco, luciendo el cinturón con aplicaciones doradas que Rania había llevado en su boda con Abdalá justo treinta años antes, la reina optó por un diseño largo formado por un abrigo color burdeos con aplicaciones florales en el bajo y un vestido rosa palo liso.
Las otras mujeres de la familia sí han optado, en cambio, por colores vibrantes. Rajwa Al Saif, quien se casará el próximo 1 de julio con el heredero de Jordania, Hussein, se ha decantado por el amarillo limón con un vestido capa de la firma Roksanda. Un diseño con drapeado en la zona delantera, realizado en crepe y de largo midi, valorado en 2.150 euros.
Por su parte, la hermana de la novia, la princesa Salma, ha estrenado un diseño color magenta de Andrew GN, una de las firmas favoritas de su madre. El vestido de escote cerrado y mangas abullonadas, cuenta con un cinturón en forma de flor con pedrería en contraste verde.
Aunque la protagonista es la princesa Iman, todos teníamos claro que su madre, Rania de Jordania, también acapararía muchos flashes. Icono de elegancia en el mundo entero, para la boda de su hija la reina hachemita lo ha dado todo en cuestiones de estilismo con un romántico vestido. Eran las 18:00 horas (hora jordana) cuando los cerca de 150 invitados comenzaban a llegar a la residencia de los soberanos, el palacio de Beit Al Urdun. Allí eran recibidos por los anfitriones, el rey Abdalá y la reina Rania, orgullosos padres de la novia.
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