Así es Iman de Jordania, la misteriosa hija de Rania que está a punto de dar el 'sí, quiero'

Desde el pasado julio de 2022, sabíamos que Iman de Jordania, hija de Rania de Jordania y el rey Abdalá, estaba comprometida con el empresario venezolano Jameel Alexander Thermiotis. Lo que se desconocía era la fecha de la boda, algo que finalmente ha desvelado Rania esta semana. Lo llamativo del asunto ha sido que el anuncio del enlace se ha producido de una manera un tanto precipitada, con tan solo una semana de antelación al enlace, que finalmente tendrá lugar este próximo domingo 12 de marzo.

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N.Tiburcio

Iman ya ha disfrutado de su particular fiesta preboda. Se celebró el pasado martes por la noche en Amán y la princesa estuvo rodeada de sus familiares y amigos.

Esta gran boda ha colocado a la hija de Rania de Jordania en el centro mediático. Esta semana, Iman ha sido, inevitablemente, la gran protagonista de la familia real hachemita. No acostumbra la joven, sin embargo, a ocupar titulares. Tanto ella como su hermana llevan una vida bastante hermética y discreta de la que poco se sabe.

La princesa Iman nació el 27 de septiembre de 1996, dos años después de la llegada al mundo de su hermano, el príncipe heredero Hussein de Jordania. Es la segunda de los cuatro hijos de Abdalá y Rania de Jordania y su educación, desde muy pequeña, ha sido exquisita.

Tras estudiar en la International Academy de Amán, el mismo centro al que también acudió su hermano, continuó con su formación académica en la Universidad de Georgetown, Washington. Se calcula que cada curso en esta prestigiosa universidad, en la que también estudiaron su padre, el rey Abdalá, Felipe VI o Bill Clinton, puede llegar a costar en torno a los 60.000 euros. En la misma ciudad, se formó en el centro de relaciones internacionales Edmund A. Walsh School of Foreign Service.

Después, la joven viajó a Nueva York, donde realizó un máster en la Parsons School of Design. Fue en esta ciudad donde conoció al que en pocas horas se convertirá en su esposo.

Durante sus años de formación, Iman no solo ha destacado por sus buenos resultados académicos. También ha recibido reconocimientos por sus virtudes en el atletismo, además de que es una apasionada de la hípica y una experta amazonas. Monta a caballo desde que era pequeña y en el año 2008 logró el segundo puesto en el concurso hípico de Oriente Medio.

La Casa Real hachemita ha cuidado con celo la vida privada de Iman, quien ni siquiera posee su propia cuenta de Instagram, al contrario que otras princesas. Hasta que no se confirmó su compromiso matrimonial, ni siquiera se sabía que tenía pareja. Sin embargo, Rania de Jordania es consciente de que sus hijas son dignas herederas de su buen hacer y de su elegancia, y por lo tanto dos grandes valores en activo para la Casa Real para proyectar una imagen moderna del futuro de la institución. En ese sentido, Abdalá y Rania han tratado de exponer en público a sus hijas en actos oficiales o eventos reales destacados.

Una de las primeras apariciones que protagonizó Iman fue cuando tenía 13 años, en junio de 2010, cuando acudió como invitada a la boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling. Ya entonces, robó protagonismo a su madre.

Además de haber acompañado a sus padres en distintos viajes oficiales como Estados Unidos, China o Japón, su compromiso con la agenda real jordana aumentó hace tres años. En plena pandemia, realizó una visita oficial junto a Rania de Jordania a la zona de Umm Qais.

En mayo de 2022, su presencia también destacó en una fecha muy importante en su país, durante la conmemoración del 76º Día de la Independencia de Jordania.

En todas sus apariciones, Iman ha hecho gala de su estilo. Ha heredado la belleza de su madre y el mismo gusto que ella por la moda. La princesa combina su exotismo oriental con looks occidentalizados y firmas de lujo. Prada es una de sus favoritas.

Habrá que esperar hasta el momento de su boda para ver con qué look nupcial vuelve a hacer gala de su elegancia. Si bien Rania no pasará desapercibida, tendrá difícil eclipsar a Iman en uno de los días más importantes de su vida, luciendo el secreto mejor guardado en todo enlace: el vestido con el que pronunciará el ‘sí, quiero’.