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Nueva York se reinventa: de los miradores de infarto a los nuevos espacios verdes
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Nueva York se reinventa: de los miradores de infarto a los nuevos espacios verdes

Cual ave Fénix que resurge de sus cenizas, la ciudad que nunca duerme está pasando página tras haber sido epicentro en EEUU de la primera gran ola del coronavirus

Foto: Edge at Sunset. (Cortesía de Related-Oxford)
Edge at Sunset. (Cortesía de Related-Oxford)

Atrás han quedado las inusuales imágenes de un Times Square completamente vacío por la ausencia de turistas. La pandemia puso fin a una década de crecimiento ininterrumpido en el sector. En 2019, Nueva York recibió 66,6 millones de visitantes y el año siguiente perdió el 67% de sus turistas, dejando un importante impacto en su economía.

La recuperación plena está lejos de alcanzarse, pero la ciudad está apostando fuerte en lograrlo y sus habitantes son optimistas, convencidos de la capacidad de resistencia de la ciudad. De hecho, algunos barrios ya han vuelto prácticamente a la normalidad. Algo especialmente visible al recorrer las calles de las zonas más residenciales como las del Upper West Side, lleno de tiendas de alimentación y pequeños restaurantes, entre los que apenas se percibe la existencia de negocios cerrados.

Más evidente sigue siendo el daño sufrido en la zona del Midtown, conocida hasta hace no mucho por los locales cómo 'Ghostown'. El éxodo de los empleados que acudían diariamente en masa a esta zona financiera, ahora teletrabajando en sus hogares, nos ha dejado un rastro de locales con el cartel de "se alquila". Algo que también se traslada a la cercana y tradicionalmente bulliciosa Grand Central Terminal, que sigue sin haber retomado su ritmo frenético de idas y venidas, y no hablamos sólo de trenes.

placeholder Grand Central Terminal. (Reuters/Eduardo Munoz)
Grand Central Terminal. (Reuters/Eduardo Munoz)

Es probable que nada vuelva a ser lo mismo, pero Nueva York tiene ganas de recuperarse y las innumerables grúas que motean su 'skyline' nos dicen mucho de ello. Los nuevos edificios de apartamentos que compiten entre sí por superarse en altura han cambiado radicalmente las vistas que se obtienen desde el centro de Central Park si miramos hacia el sur de Manhattan. También las numerosas reaperturas y novedades parecen ir en esa línea, ofreciendo al visitante un Nueva York a redescubrir.

Miradores de infarto

Especialmente en la zona que se abre hacia el Hudson River, los rascacielos que forman el ambicioso plan urbanístico conocido como Hudson Yards han ido cambiando la fisonomía del lado oeste de Nueva York desde antes de 2020. Allí, entre elevados edificios de oficinas, apartamentos de lujo y un elegante centro comercial en el que se encuentra Litte Spain, el espacio gastronómico del chef español José Andrés, se alza un impactante mirador, Edge. Su silueta afilada, cual proa que se adentra en un mar de rascacielos, nos deja la terraza abierta más elevada del hemisferio occidental.

Situada en la planta número 100 de la torre situada en el 30 de Hudson Yards, desde sus más de 340 metros de altura se obtienen unas impactantes vistas panorámicas de Nueva York desde el lado oeste. Además, cuenta con un suelo parcialmente de cristal solo apto para los que no tienen miedo al vértigo. La panorámica es especialmente bella al atardecer, con el río Hudson a nuestros pies avanzando a buen ritmo hacia su desembocadura.

En el corazón del Midtown, a escasos metros de Grand Central Terminal, se alza desafiante One Vanderbilt, otro nuevo inquilino de Manhattan, inaugurado en septiembre de 2020 para revitalizar la zona. En su cima nos espera, tras una subida de infarto en ascensor al piso 91º, SUMMIT.

Tres plantas llenas de experiencias sensoriales de efecto casi caleidoscópico con suelos y paredes de espejo. Y, por supuesto, con una de las mejores vistas en 360 grados de Nueva York gracias a su privilegiada situación. No hay que dejar de visitar los baños. La zona de tocadores tiene igualmente ventanas de suelo a techo abiertas a Manhattan.

A los pies del edificio, la anteriormente estrecha Vanderbilt Avenue se han convertido en una florida plaza cerrada al tráfico con bancos que invitan a disfrutar de la bella arquitectura circundante. En eso, Nueva York también está cambiado, apostando por ganar espacios para el peatón, como en la cercana Pershing Square, ahora peatonalizada, en la que se puede disfrutar de un lunch con vistas a la preciosa fachada principal de Grand Central Terminal.

Nuevos espacios verdes

En la misma línea, otra de las novedades nos lleva a la zona de Hudson River Park. Allí, a la altura de la calle 14, en el Pier 55, se inauguró en mayo de 2021 Little Island. Un original parque formado para varias islas artificiales de abundante vegetación que nos invita a ser descubierto recorriendo sus senderos zigzagueantes con las increíbles vistas de la interesante arquitectura de los vecinos barrios de Meatpacking District y Chelsea. El espacio cuenta con un anfiteatro para acoger una completa programación en la que no faltarán la música, el teatro o la danza.

placeholder Paisajismo creado con formas que recuerdan a tulipanes. (Michael Grimm)
Paisajismo creado con formas que recuerdan a tulipanes. (Michael Grimm)

Solo dos calles más arriba, a la altura de la 16, Google ha abierto en abril de este año su nuevo campus en Nueva York a orillas del Hudson River. Después de dos años de teletrabajo, los empleados del gigante americano cuentan con esta nueva oficina situada en el Pier 57, en la que se incluyen varios espacios abiertos al público como una amplia azotea, un food hall o un aula destinada a la educación medioambiental.

Cambiar es moderno

El panorama cultural también ha resurgido renovado, como en el caso del imprescindible MoMA. Después de una amplia remodelación iniciada antes de la pandemia, el segundo museo más visitado de Nueva York reabría sus puertas, aumentando su espacio expositivo un 30% y presentando una nueva distribución de su colección permanente, así cómo de las exposiciones temporales.

El nuevo enfoque del museo ha abandonado la antigua clasificación, que separaba sus obras por países o movimientos, para abrazar en una misma sala artistas de diferentes épocas y distintos países o movimientos. Además, el MoMA ha incorporado galerías dedicadas a la arquitectura y el diseño en casi todos los pisos y ha apostado por incorporar un mayor número de obras firmadas por mujeres.

placeholder Fachada exterior del MoMA. (Reuters/Mike Segar)
Fachada exterior del MoMA. (Reuters/Mike Segar)

Como reza un cartel en su entrada: “Nada es permanente. Un cambio de ambiente. Un cambio de perspectiva. Un cambio de opinión. Esta es una colección dinámica. Descubre algo nuevo en las galerías hoy. Cambiar es moderno”.

Y de eso, Nueva York siempre ha sabido mucho.

Atrás han quedado las inusuales imágenes de un Times Square completamente vacío por la ausencia de turistas. La pandemia puso fin a una década de crecimiento ininterrumpido en el sector. En 2019, Nueva York recibió 66,6 millones de visitantes y el año siguiente perdió el 67% de sus turistas, dejando un importante impacto en su economía.

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