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La valiosa colección de joyas reales que acaba de salir a subasta y su increíble historia
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La valiosa colección de joyas reales que acaba de salir a subasta y su increíble historia

Sacadas de contrabando en una carretilla y olvidadas después en la cámara acorazada de un banco durante ochenta años, una extraordinaria colección de joyas ve por fin la luz

Foto: Una de las joyas de la subasta: unos pendientes que regaló a Fernando I el sultán Abdul-Hamid II del Imperio otomano en 1898. (Sotheby's)
Una de las joyas de la subasta: unos pendientes que regaló a Fernando I el sultán Abdul-Hamid II del Imperio otomano en 1898. (Sotheby's)

Las joyas que pertenecieron a la realeza siempre despiertan un gran interés en las subastas, sobre si todo si son de personajes tan icónicos como la princesa Diana, que veía como las espectaculares piezas que lució pocas semanas antes de morir se adjudicaban recientemente al mejor postor. Pero incluso cuando sus antiguos dueños no son los royals más conocidos, los preciados objetos a subastar pueden alcanzar enormes sumas. Tal es la previsión para una valiosa colección de joyas reales que acaba de salir a subasta y que tiene una increíble historia.

Se trata de un conjunto de tiaras, collares, pendientes y relojes que constituyen todo un cofre del tesoro de una de las épocas más opulentas de la vida cortesana europea. El hecho de que estas joyas que se subastan este lunes en Sotheby's hayan sobrevivido es todo un milagro, ya que fueron arrebatadas del Gobierno comunista de Bulgaria en unas circunstancias plenas de valentía e ingenio.

Las piezas habían permanecido enterradas en una caja de hierro durante dos años, cuando los prosoviéticos tomaron el poder en el país al final de la Segunda Guerra Mundial, y luego fueron sacadas de contrabando cosidas en trozos de tela, donde permanecieron hasta que fueron descubiertas de nuevo a principios de este año.

placeholder Un reloj de pulsera de la joyería de la Corona austriaca, Kochert, perteneciente a la reina María Luisa de Bulgaria. (Sotheby's)
Un reloj de pulsera de la joyería de la Corona austriaca, Kochert, perteneciente a la reina María Luisa de Bulgaria. (Sotheby's)

La heroína de esta historia es la princesa Eudoxia, hija mayor del penúltimo rey de Bulgaria, Fernando I, y de su primera esposa, la princesa María Luisa de Borbón-Parma. Por vía paterna, Eudoxia era prima de la reina Victoria, y por vía materna, descendiente de la reina María Antonieta. La Princesa nunca se casó, pero tras la abdicación de su padre en 1918, se convirtió en 'primera dama de Bulgaria' de su hermano Boris, el nuevo rey, hasta el matrimonio de este en 1930 con Giovanna de Saboya.

La joven royal siguió entonces formando parte de la familia real búlgara y vivió en la capital, Sofía. Sin embargo, en 1944, con el Ejército Rojo acercándose, Eudoxia se dio cuenta de que el fin de la monarquía se acercaba rápidamente. Fue entonces cuando decidió salvar las suntuosas joyas de la familia, cosiéndolas en trozos de tela y enterrándolas dentro de una caja de hierro en el jardín de su casa. Fue detenida, incomunicada y torturada por el recién creado Frente de la Patria Búlgara. Al ser liberada, fue puesta bajo arresto domiciliario, con un guardia a su lado día y noche.

placeholder Un collar de oro engastado con diamantes, rubíes y zafiros que perteneció a la princesa María Pía de Borbón-Dos Sicilias. (Sotheby's)
Un collar de oro engastado con diamantes, rubíes y zafiros que perteneció a la princesa María Pía de Borbón-Dos Sicilias. (Sotheby's)

El 1 de febrero de 1945 fue asesinado su hermano, el príncipe Kyril, pero en junio de 1946 se decidió que los miembros restantes de la familia real podrían abandonar el país. Los dirigentes comunistas no querían convertirlos en mártires, como había ocurrido treinta años antes con la realeza rusa.

Como ciudadana búlgara, a la princesa Eudoxia se le informó entonces de que no se le permitiría llevarse nada, salvo la ropa que llevaba puesta. Ese caso fue diferente para su cuñada, la reina Giovanna, nacida en Italia, a la que se concedió permiso para llevarse al exilio a sus dos hijos pequeños y todas sus posesiones personales.

Foto: Siméon de Bulgaria. (Getty)

Esto dio a Eudoxia una oportunidad de salvar las joyas. Una noche, cuando su guardia dormía, desenterró la caja que contenía las joyas enterradas dos años antes. Puso la caja en una carretilla y la cubrió de libros, alegando que la biblioteca real había sido destruida y que ella necesitaba más material de lectura. Así trasladó todo el cargamento a palacio, listo para su partida al exilio.

El 16 de septiembre, el pequeño grupo formado por dos mujeres y dos niños, junto a su ligero equipaje, abandonó el palacio para emprender su azaroso viaje. Ocultas entre sus ropas iban las preciadas joyas de la familia. Primero atravesaron en tren la frontera búlgaro-turca hasta Estambul, donde embarcaron rumbo a Alejandría, en Egipto. La princesa Eudoxia desembarcó en Port Said y, con una maleta cargada con el tesoro real y unas pocas ropas que le había regalado Giovanna, embarcó en un carguero rumbo a Europa.

placeholder Un broche de Fabergé engastado con rubíes y diamantes heredado por la princesa Eudoxia de Bulgaria de la emperatriz María Fiódorovna de Rusia. (Sotheby's)
Un broche de Fabergé engastado con rubíes y diamantes heredado por la princesa Eudoxia de Bulgaria de la emperatriz María Fiódorovna de Rusia. (Sotheby's)

A pesar de disponer de muy poco dinero, a principios de octubre viajó a Suiza en el camión de una empresa de mudanzas. Una vez allí, telefoneó al duque de Württemberg, esposo de su hermana menor Nadezhda, que vivía cerca de su padre, en Alemania. La princesa llegó a la mansión de Coburgo de su padre, el antiguo rey Fernando, y no tardó en depositar sus joyas en el banco donde no serían encontradas hasta 2023.

Todas seguían escondidas en las bolsas de tela en las que las había cosido en 1944. Lamentablemente, nunca se las volvió a poner. Eudoxia murió a los 87 años en una casa de reposo en Friedrichshafen, Alemania Occidental, tras sobrevivir a todos sus hermanos.

Las joyas que pertenecieron a la realeza siempre despiertan un gran interés en las subastas, sobre si todo si son de personajes tan icónicos como la princesa Diana, que veía como las espectaculares piezas que lució pocas semanas antes de morir se adjudicaban recientemente al mejor postor. Pero incluso cuando sus antiguos dueños no son los royals más conocidos, los preciados objetos a subastar pueden alcanzar enormes sumas. Tal es la previsión para una valiosa colección de joyas reales que acaba de salir a subasta y que tiene una increíble historia.

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