Simeón de Bulgaria recibe a Vanitatis en su palacio: "Doy gracias a Dios por mis hijos y nueras"

El rey Simeón y exprimer ministro de Bulgaria subió al trono de su país con seis años. Su familia tuvo que exiliarse y acabó instalado en España, donde nacieron sus cinco hijos.

Vive en el palacio de Vrana, en Sofía, la capital del país donde dedica su tiempo a las fundaciones que preside y a promocionar Bulgaria como centro turístico y empresarial.

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Juanra López

Desde hace unos años le acompaña su hija Kalina, el marido de esta, Kitín Muñoz, y el hijo de ambos, que acaba de cumplir 15 años. Ellos se instalaron también en Sofía.

El próximo 2 de abril hay nuevas elecciones, pero ya solo participa como ciudadano sin ninguna implicación en los partidos que se presentan. El 16 de junio cumplirá 86 años y reconoce que a su edad ya no tiene intención de repetir experiencias políticas. Ha seguido las intervenciones de Ramón Tamames, del que dice que fue compañero de colegio en el Liceo Francés.

Está muy orgulloso de su familia y asegura en esta entrevista que sus hijos son el mejor regalo de vida.

En 2014 publicó sus memorias, ‘Un destino singular’, traducida a varios idiomas y con probabilidad de haber una segunda parte.

Su manera de dar a conocer su país es también directa. Recibió en su palacio de Vrana a un grupo de españoles del mundo empresarial y profesional con los que compartió un cóctel de bienvenida. En ese encuentro tuvo también tiempo para responder a Vanitatis.

Es un gran embajador de su país. Es un gesto que abra su casa a los españoles que visitan Sofía.

Es una gestión que se hizo desde España y yo estoy muy agradecido por el interés que demuestran por visitar mi país.

Su hija Kalina está viviendo también en Sofía.

Hace un año se instaló con su marido y mi nieto, que acaba de cumplir 15 años. Estuvieron viviendo varios años en Marruecos y ahora participan en proyectos y fundaciones para dar a conocer Bulgaria. Hoy no ha podido estar aquí porque nos hemos tenido que dividir. Tenía unos compromisos y Kalina ha ido en representación. Siente no haber podido compartir este encuentro.

Lleva tiempo viviendo en Bulgaria, pero pasó más de medio siglo en Madrid tras su exilio obligado.

Viajo a menudo porque en Madrid tengo también mi residencia, mi familia y mis amigos. Mis hijos también vienen a verme. Ha sido el país en el que tuve la dicha de vivir prácticamente 50 años de exilio. En cuanto a lo que más valoro, es difícil de resumir, teniendo en cuenta la óptica de un joven de 14 años al llegar y la de un hombre muy mayor hoy.

Su imagen es muy respetada en España.

He procurado mantener una vida donde los valores son lo más importante y que he transmitido también a la familia. Y agradezco a la prensa y a los medios de comunicación, que siempre han tenido conmigo un buen trato.

Sus hijos no han ejercido nunca de príncipes, en el sentido de utilizar el título. Han desarrollado con éxito sus carreras profesionales como médicos, economistas, abogados...

Doy gracias a Dios por los hijos y las nueras que tengo. Es lo mejor que me podía pasar. Aquí bromeamos con que son muy difíciles los divorcios en la familia porque nos casamos tres veces: por el rito ortodoxo, el católico y el civil.

Su nieta Mafalda se decantó por el mundo artístico.

Mafalda vive entre Madrid y Estados Unidos y espero verla cantar aquí.

El próximo 2 de abril hay elecciones. ¿No echa de menos la política activa?

No, tengo ya 86 años y creo que mi tiempo es otro.

Ramón Tamames es mayor que usted y ha defendido la semana pasada la moción de censura en el Congreso de los diputados.

Le diré que nos conocemos desde hace muchos años. Él fue al Liceo Francés, como yo, y compartió clase con mi hermana.

Su libro de memorias, ‘Un destino singular’, ya ha sido traducido a varios idiomas, como búlgaro, español, francés, griego, inglés, italiano, portugués y turco. ¿Tiene intención de escribir la continuación?

Puede ser. Mi intención era contar una vida tan peculiar como la mía. Quería que mis hijos y nietos supieran mi entrega a Bulgaria.