A subasta una "sublime" guitarra de la reina María Antonieta de Francia

Aunque han transcurrido más de tres siglos desde su muerte, la controvertida figura de la reina María Antonieta sigue despertando pasiones. Prueba de ello era el precio histórico –37 millones de euros— que alcanzaba la subasta de sus joyas en 2018. Hace dos años, también se vendía, por un precio mucho más alto de lo esperado, una bolsa de viaje de la monarca, fallecida a los 37 años durante la Revolución francesa.

Recordada por sus extravagantes gustos y su truculento final, María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena era una mujer con muchos talentos, entre ellos el de ser una música consumada. Ahora, una guitarra que supuestamente perteneció a la última reina francesa saldrá a subasta, con un precio que se espera que oscile entre los 60.000 y los 80.000 euros.

Fabricada en París por el luthier Jacques-Philippe Michelot en torno a 1775, el diario inglés 'The Times' ha publicado que el instrumento fue originalmente un regalo del rey Luis XVI a su entonces novia, nacida en Austria.

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El anuncio en la página web de la casa de subastas Aguttes se adentra en la fascinante historia del artefacto, que se cree fue regalado posteriormente por la reina a Louise Elisabeth de Lostanges, marquesa de La Rochelambert-Thévalles. Según Aguttes, la aristócrata era una figura emblemática de la corte real de Versalles a finales del siglo XVIII.

Nacida en 1758, los padres de Louise eran miembros de la realeza en la corte (su padrino era Luis de Borbón, delfín de Francia y padre del rey Luis XVI). Se casó en 1778 con François, marqués de La Rochelambert-Thévalles, y se convirtió en dama de honor de la princesa Adélaïde de Francia (tía del rey Luis XVI). Apenas unos años más joven que María Antonieta, fue una gran amiga de la reina y tocó y cantó con ella durante las representaciones en el Pequeño Trianón, el castillo neoclásico de María Antonieta en los terrenos de Versalles.

Música de gran talento y buena cantante, una carta de la marquesa de Bombelles decía que Louise "toca y canta como un ángel", mientras que otro relato de la época describía "un concierto dado por la reina, en el que cantó con la vizcondesa de La Rochelambert que, a un rostro encantador, unió una voz deliciosa".

La reina, por su parte, era una consumada pianista y arpista antes de aprender a tocar la guitarra, cada vez más popular en Versalles en aquella época. Al asistir a un concierto ofrecido en su honor por María Antonieta en 1784, el rey Gustavo III de Suecia dijo que "canta muy bien para ser una reina".

La marquesa sobrevivió al azote de la Revolución francesa huyendo al exilio en Suiza, mientras el rey y la reina eran ejecutados en la guillotina en 1793. La guitarra fue heredada por su sobrino Henri, marqués de La Rochelambert, a la muerte de Louise en 1835, permaneciendo después en la familia durante unos dos siglos.

La casa de subastas añade que "aunque hasta la fecha no existe ningún documento que certifique formalmente que esta guitarra fue objeto de un regalo de la reina María Antonieta, Patrick Barbier, historiador de la música, relata en su libro 'Marie Antoinette and Music' que María Antonieta solía comprar muchos instrumentos musicales" y "los regalaba con gusto". Teniendo esto en cuenta, "considerando la proximidad atestiguada entre la reina María Antonieta y la marquesa de La Rochelambert, es por tanto bastante probable".

Aguttes describe el instrumento como una "curiosa guitarra llamada de barco", con un cuerpo de madera de palisandro con incrustaciones de caoba que está "adornada con cuerdas de marfil y ébano". Presenta una "tapa de abeto con una hermosa veta apretada", además de presumir de una decoración ornamental de "rosetas de marfil caladas que representan dos palomas besándose en un templo del amor". Originalmente, tenía cinco cuerdas, pero se volvió a montar con seis hacia 1810.

Grégoire de Thoury, jefe del departamento de Mobiliario, Esculturas y Obras de Arte de Aguttes, declaró al diario francés 'Le Parisien' que el instrumento "es absolutamente sublime", y añadió: "El refinamiento de su decoración es impresionante y extraordinario y su estado de conservación es notable".