Charlène de Mónaco, la elegancia de la simplicidad con un vestido para copiar si tienes más de 40

Desde que la princesa Charlène estuviera enferma en 2021, la esposa de Alberto de Mónaco ha reducido drásticamente su agenda de actos públicos. Esa ausencia de la vida más institucional dispara con cierta periodicidad los rumores sobre la buena salud no ya de la princesa, sino de su matrimonio con el cabeza de los Grimaldi. Tan solo hace unas semanas, la princesa tuvo que desmentir por enésima vez los rumores de distanciamiento entre la pareja, esta vez desde Sudáfrica.

Allí, quizá algo más relajada que cuando se encuentra en Mónaco, mostró su enfado por los continuos comentarios a los que tiene que hacer frente, desde los que hablan de su actitud a los referidos a su matrimonio: "Si hay mil fotos mías en un evento, eligen una en la que estoy mirando hacia abajo o sin sonreír, y luego dicen que parezco incómoda o infeliz", aseguraba en un ataque claro a los medios de comunicación.

Durante esta intervención, tampoco tuvo problema en abordar los constantes titulares sobre su relación. "Todo está bien en nuestro matrimonio", afirmó ante las cámaras de News24. "¡Los rumores me parecen agotadores! No puedo entender de dónde vienen. Me parece como si ciertos medios o personas quisieran vernos separados". De hecho, los últimos titulares apuntaban a que Charlène no tenía fecha de regreso al principado o que incluso tenía intención de quedarse una temporada en Sudáfrica, algo que se ha desmentido con los hechos, no con las palabras.

Este mismo fin de semana hemos podido ver a la pareja muy feliz en una peculiar cita gastronómica a la que han acudido con el hijo mayor de Estefanía de Mónaco, Louis Ducruet, y su esposa. Se trataba de la clausura del llamado Festival de las Estrellas de Montecarlo, una especie de certamen gastronómico en que varios de los chefs más reputados del mundo han compartido secretos de cocina durante un mes.

Para la gala de clausura, Charlène escogió uno de esos vestidos de líneas rectas y escote barco que tan bien sientan a las mujeres de más de 40 años. El vestido-túnica, de color negro, solo llevaba como adorno un cinturón para marcar cintura. La princesa, que siente querencia por este tipo de looks sencillos, estaba muy elegante y sonrió en todo momento al lado de su marido, de riguroso esmoquin.

Se trata de la tercera edición de este festival, que se ha celebrado desde el 29 de septiembre al 11 de noviembre en Mónaco y que se traduce en grandes cenas elaboradas a cuatro manos entre chefs de reconocido prestigio que trabajan en el principado y que esos días reciben a colegas de todo el mundo. La primera de estas cenas únicas tuvo lugar el 29 de septiembre en la bahía de Montecarlo, donde Marcel Ravin recibió al chef francés Julien Royer, que trabaja en Singapur, en su restaurante Odette, coronado con tres estrellas Michelin.

Orgía gastronómica

A mediados de octubre, el chef Dominique Lory compartió fogones con el británico Jason Atherton en las cocinas del Hotel de París. Más tarde Alain Ducasse invitó a su guarida del Luis XV a uno de sus discípulos: el chef Amaury Bouhours de Meurice en París. En noviembre, Yannick Alléno cerró esta ronda gastronómica en el SBM del Hermitage dando la bienvenida al chef suizo Sven Wassmer, que lidera el restaurante Memories del Grand Resort Bad Ragaz en Suiza.

La gala de clausura a la que pudieron acudir Charlène y Alberto de Mónaco fue una auténtica 'orgía' gastronómica, con un menú elaborado por varios de estos chefs en varias etapas.