Sophie de Edimburgo recupera la tiara favorita de su joyero para la cena de gala en Buckingham (y su significado)

La visita de Estado a Gran Bretaña del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, junto a su mujer, Kim Keon-hee, nos ha dado grandes momentos en lo que a moda se refiere. Más allá de las cuestiones de política internacional, si nos centramos en el armario de las damas y caballeros, en apenas un día hemos vistos looks para el recuerdo como el abrigo capa rojo de Kate Middleton o el vestido de inspiración Chanel de Keon-hee.

Una cuidada estética que se magnificó en la cena de gala celebrada en el palacio de Buckingham en honor al presidente surcoreano y su esposa. Una noche donde Kate Middleton recuperó la tiara Strathmore, una joya que no se veía en público desde hace casi 100 años, y la reina Camila optó por una joya de rubíes de Isabel II, pero donde también sobresalió la elección de Sophie de Edimburgo.

La cuñada de los reyes Carlos y Camila, convertida en uno de los grandes pilares de la familia real británica desde la salida de Meghan Markle y el príncipe Harry, volvió a confiar en una de las joyas más especiales de su joyero para esta cita de gala.

Así, siguiendo el protocolo establecido, coronó su cabeza con una tiara que se ha convertido en su pieza favorita. Se trata de la tiara aguamarina, una joya presidida por esa gran piedra preciosa de color espuma de mar de la que nace un patrón de ondas con diamantes.

Convertible también en collar, como revela el espacio especializado en joyería monárquica 'The Court Jeweller', es una de las joyas más nuevas de la familia Windsor. Así, aunque se especuló con que el príncipe Eduardo la habría diseñado para su mujer, la realidad es que es una propuesta customizada de la famosa joyería Collins and Sons, que tuvo a la venta una tiara similar a principios de los años 2000.

La ahora duquesa de Edimburgo la estrenaría en esa misma época, concretamente en la fiesta de coronación del príncipe Alberto II de Mónaco en 2005. Sin dejarla de usar desde entonces, se ha convertido en una tiara 'básica' (no en el sentido de sencillo, sino de comodín de moda) para sus estilismos más importantes, tanto en forma de collar como tocado en el pelo.

Una joya que además mantiene la línea habitual de Sophie de Edimburgo, ya que las tonalidades azules y verdes de las aguamarinas son de sus favoritas a tenor de sus joyas. Se trata de una gema muy vinculada a la espiritualidad, a la que se le otorga un significado de armonía, sensibilidad y empatía. Regresando a la cena en honor al mandatario de Corea del Sur, en esta velada volvió a confiar en su tiara aguamarina, pero también en un vestido que ya habíamos visto antes.

Concretamente en la coronación de Carlos III, donde apostó por esta creación color crema de Suzannah Crabb que, según revelaba la propia diseñadora a 'People', buscaba que la duquesa se sintiera "increíble y segura". Un trabajo con bordados florales inspirados en la ceramista Rachel Dein que entonces no pudimos apreciar muy bien por la túnica azul que lo cubría, pero que ahora ha podido verse más de cerca y al detalle.