Tiaras y vestidos de gala en Luxemburgo para el nuevo año: de Stéphanie a Alexandra

La noche de este jueves, el Palacio Real de Luxemburgo se engalanó para albergar una cena de gala con motivo del nuevo año. El gran duque Enrique recibió a las autoridades de su pequeño país y lo hizo acompañado por parte de su familia: su esposa, la gran duquesa María Teresa, los grandes duques herederos, el príncipe Louis y la princesa Alexandra, quien por primera vez asistía acompañada por su marido, Nicolas Bagory, y presumiendo ya de barriguita premamá.

La hija de los grandes duques se encuentra en el primer trimestre de su embarazo, y esta aparición nos ha permitido verla por primera vez en su estado. Fue a principios de diciembre cuando la Corte Gran Ducal anunció que Alexandra y Nicolas Bagory, quienes celebraron su boda en abril en Francia, están esperando fin su primer hijo, un bebé que está previsto que nazca en mayo y que se convertirá en el octavo nieto de Enrique y María Teresa.

Para presumir de curvas premamá, la princesa eligió un vestido azul, de cuerpo drapeado y escote asimétrico. Coronó su cabeza con la tiara de la flor de vid. Se trata de una pieza realizada con diamantes que representan hojas de vid y bayas, de ahí su nombre. Está en la familia ducal de Luxemburgo desde finales del siglo XIX y se desconoce su origen. Durante muchos años, estuvo desaparecida hasta que en 2007 la gran duquesa María Teresa la rescató para una cena de gala. Desde entonces se ha convertido en una de las joyas preferidas de las damas de la familia Nassau e incluso la princesa Claire la utilizó como su tiara nupcial.

Por su parte, la princesa Stéphanie eligió un romántico vestido de la firma Marchesa. Nos encontramos ante un diseño repleto de transparencias, con bordado de flores en la zona del pecho y las mangas que representan uvas y viñas, y cinturón negro incorporado.

En cuanto a las joyas, la heredera consorte se decantó por la tiara del zafiro, una pieza de diamantes que representa hojas de laurel y bayas, y lleva en el centro un espectacular zafiro. Fue realizada a mediados del siglo XIX y perteneció a la gran duquesa Adelaida, esposa del gran duque Adolfo de Luxemburgo. Desde su muerte, ha ido pasando por las cabezas de todas las grandes duquesas de Luxemburgo.

Y por último, pero no menos importante, está la gran duquesa, quien fue fiel a Elie Saab, la firma en la que siempre confía para los grandes acontecimientos. María Teresa estrenó un floreado vestido que dejaba los hombros al aire. Realizado en tul, está repleto de flores bordadas en distintos colores, siendo los protagonistas el verde, el rosa y el crudo. El precio del diseño es de 7.000 euros.

La esposa del gran duque eligió la tiara belga. Realizada por al joyero Henry Coosemans, cuenta con 854 diamantes, todos ellos procedentes del Congo, antigua colonia de Bélgica. Fue un regalo que el banco nacional belga le hizo a la princesa Josefina Carlota, hija del rey Leopoldo y la reina Astrid y madre del actual gran duque, con motivo de su boda con el entonces gran duque heredero Jean de Luxemburgo. Josefina Carlota falleció en 2005 y, como sus cinco hijos no llegaron a un acuerdo con sus joyas (entre las que se encontraba la tiara belga), decidieron subastarlas en Sotheby's. Finalmente, el gran duque decidió comprar dicha diadema y regalársela a su esposa.