Los cuatro vestidos de novia aún más ostentosos que el de Sofía Vergara

Como siempre, lo que más nos importa de una boda es el vestido de novia y eso que, en este caso, el novio, Joe Manganiello, posee bastantes razones para suscitar el interés general.

Sofía Vergara se ha casado con, creo que he leído por ahí, 10.000 vestidos, pero a nosotros el que nos interesa es el verdadero, el que lleva cola. ¿Veredicto? Culpable. La fusión de telas estampadas y bordadas superpuestas ha destrozado una idea que si no era original, al menos era elegante y sexy. Pese al esfuerzo de la latina por adornarse, no ha logrado superar a estos 3 hitos+1 del mundo de los vestidos de novia:

• El vestido de Diana de Gales de inspiración victoriana para su boda con el entonces y todavía heredero al trono de Inglaterra, Carlos, famoso por el tamaño de sus orejas. La pieza de museo es obra de los diseñadores británicos David y Elizabeth Emanuel (tal magna construcción no pudo ser ideada por una sola persona). Estaba confeccionado en seda de tafetán y encaje antiguo, como con discretos detalles: 10.000 perlas y unos volantes rematando las mangas farol.

¿Lo mejor? Está la boda completa (casi 3 horas) en Youtube:

• El vestido de telenovela de Thalía. Ella es candela, es una 'llamará' y cuando se pone cola su cuerpo pide más. El peculiar modelito está inspirado en los vestidos de la mujer de Maximiliano de Habsburgo, la emperatriz Carlota. Confeccionado en seda, raso y tul, bordado en hilo de plata, aderezado con 15 kilómetros de pedrería, pesaba 70 kilos y costó 66 millones de las antiguas pesetas. La cola medía 16 metros, o lo que es lo mismo, un edificio de 5 alturas.

Y cómo no, también hay vídeo del evento.

Aprovechando que ambas se casaron con Tommy Mottola, recordamos el vestido de Mariah Carey, la diva extraordinaria, de Vera Wang e inspirado en el de Lady Di, pero más escotado, más diva-fresca, más ella, más Mariah.

• El vestido de la intérprete de la canción de Titanic, o sea, Céline Dion. No le falta un perejil. Uno de nuestros favoritos de todos los tiempos. Todo era grande y brillante, y con piel, para más lucimiento de la exultante recién casada. ¿Lo mejor? Que le hayan copiado todas las princesas de 'Palabra de gitano' (programa que desde aquí rogamos encarecidamente que vuelva a la parrilla televisiva) para pasar por el altar. Nuestra favorita es 'la Noémi'.

La boda gitana de Antón y Noemí.

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