El canciller alemán y su esposa: fin de semana de golf y playa en Mallorca

El canciller federal de Alemania, Friedrich Merz, ha pasado el fin de semana en Mallorca acompañado de su esposa, Charlotte Merz, disfrutando de unos días de descanso en la isla. Según publicó el 'Diario de Mallorca', citando información del 'Mallorca Zeitung', el matrimonio se hospedó en el Castillo Hotel Son Vida, uno de los establecimientos más emblemáticos y discretos de la capital balear, donde se alojan habitualmente figuras políticas y empresariales europeas.

Durante su estancia, Merz y su esposa aprovecharon para jugar al golf y pasear por Palma, según detallan los medios locales. Testigos presenciales los describen como un matrimonio relajado y cordial, que evitó cualquier tipo de exposición pública. Vestido con ropa deportiva azul y gorra a juego, el líder alemán respondió con humor a los periodistas que se cruzaron con él en el hotel, asegurando que el juego había ido “bien”, antes de retirarse a disfrutar de la calma del atardecer sobre la bahía.

Esta escapada confirma la estrecha relación entre Mallorca y Alemania, un vínculo que va mucho más allá del turismo estacional. La isla cuenta con una de las comunidades alemanas más numerosas del Mediterráneo, con más de 20.000 residentes censados y una presencia constante de empresarios, jubilados y figuras públicas. Para muchos alemanes, Mallorca es una “segunda casa” y un refugio donde el clima, la gastronomía y la tranquilidad se combinan con una oferta de ocio de alto nivel.

El golf, precisamente, se ha convertido en una de las actividades favoritas entre los visitantes alemanes. Con más de una veintena de campos repartidos por la isla, la práctica de este deporte no solo favorece la desconexión, sino que también simboliza una forma de vida ligada al equilibrio entre trabajo y bienestar. En el caso de Merz, la elección del golf encaja con la búsqueda de concentración y disciplina que caracterizan su perfil.

Aunque fuentes oficiales no han confirmado si el canciller mantuvo reuniones de carácter político o económico, la discreción con la que se ha desarrollado la visita apunta a un viaje estrictamente personal. La estancia, bajo un discreto dispositivo de seguridad, se ha llevado a cabo con máxima privacidad y sin presencia pública ni declaraciones institucionales.