Disimular es fácil...si sabes cómo

Los caballeros las prefieren rubias. O al menos eso les sucedió a Tommy Noonan y Charles Coburn en la película homónima. Lo que no sabemos es qué parte de culpa tuvieron en eso las curvas de Marilyn Monroe, puesto que la diva, considerada como la mujer más sexy de todos los tiempos, usaba lo que hoy en día sería una talla 42 española.

La actriz es un claro ejemplo de que es cierto aquello de que belleza y delgadez no tienen por qué ser sinónimos. En la mayoría de las ocasiones, lo único que se necesita es saber elegir aquello que más nos conviene, especialmente en el vestuario.

Quizá esto es lo que debió pensar Kimberly Bonnell para decidirse a escribir el libro ¿Qué me pongo?, unas páginas que se plantean como una guía para encontrar aquello que más nos favorece.

Según Bonell, lo primero que hay que tener en cuenta es intentar no cubrir en exceso las áreas que queremos disimular, esto es, no colocar más capas de ropa puesto que con ello no logramos nuestro objetivo, sino todo lo contrario: estamos centrando la atención sobre esa zona. Por tanto, debemos evitar también los estampados llamativos y las telas con brillo.

Los colores utilizados para las prendas son tan importantes como el tejido o el largo. De este modo, si utilizamos colores oscuros o de una misma gama cromática para nuestro vestuario, conseguiremos disimular esas áreas problemáticas.

Las faldas no tienen porqué estar prohibidas. Si el problema son unas piernas gruesas, basta con evitar las minifaldas y elegir prendas cuyo largo se encuentre justo por encima de la rodilla o a media pierna. También es recomendable que lleven cremallera y que ésta esté, o bien a un lado, o bien en la parte posterior.

Del mismo modo, aquellas que tengan las piernas delgadas pero los muslos gruesos, pueden optar por las faldas cortas, mejor acompañadas de botas altas, y olvidar los largos por media pierna, que dejan ver la pantorrilla, que es la parte más delgada. Para quienes quieran parecer más altas, lo mejor es utilizar faldas por encima de la rodilla, de corte recto y evitar las prendas acampanadas, las de corte imperio y las que sean excesivamente cortas.

Si el problema son unas caderas anchas, el esfuerzo se centrará en equilibrar la figura. Para lograrlo, lo más aconsejable son prendas rectas que lleguen a la cadera, justo por encima o por debajo, y con líneas que nos marquen la cintura, pero que lo hagan muy suavemente.

La solución para disimular un vientre un poco más abultado de lo que desearíamos, es elegir faldas o pantalones también de líneas rectas con cremalleras laterales y posteriores. Además, es recomendable evitar las prendas demasiado ajustadas ya que provocan que salgan a la luz los odiados ‘michelines’.

Por último, es necesario señalar que la ropa íntima cobra gran importancia en este conjunto. Si seleccionamos mal la talla de nuestra ropa interior o ponemos bajo un raso una prenda de encaje, el resultado puede tirar por tierra todos nuestros esfuerzos por lograr ese ansiado y favorececedor nuevo look.