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México enseña al mundo su visión de la muerte
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México enseña al mundo su visión de la muerte

La muerte en todas sus expresiones artísticas tiene su hogar en el Museo Nacional de la Muerte de la ciudad de Aguascalientes, situada en el centro

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México enseña al mundo su visión de la muerte

La muerte en todas sus expresiones artísticas tiene su hogar en el Museo Nacional de la Muerte de la ciudad de Aguascalientes, situada en el centro de México. Allí fue donde nació artista José Guadalupe Posada, quien fuera creador de la representación mortal más característica del país, la femenina Catrina.

El museo de la ciudad tiene unas 2.000 piezas de representaciones mexicanas de la muerte donadas por el grabador Octavio Bajonero además de otras doscientas que han conseguido desde la inauguración del centro, en junio pasado. Jorge García, director de este museo que depende de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, asegura que la "singular" relación de los mexicanos con la muerte "es una tradición muy arraigada en el pueblo”, y se presenta como una demostración del apego “hacia el ser querido, la propia tradición e incluso la religión".

Dice García que “la muerte siempre ha sido un escalón importantísimo para lograr la definición de la vida según el México prehispánico. Posteriormente la religión católica generó una fusión muy particular en la representación de la misma". Siglos después, en el XIX, la representación artística de la muerte dio otro giro dentro de la gráfica mexicana, donde "lo jocoso, lo lúdico, la poesía que define a todos como 'calaveras del montón' se vuelve algo importante". Asegura que "todos estos estadios que ha pasado la vida de México es lo que vuelve singular la relación de los mexicanos con la muerte".

El museo que dirige está conformado por dos inmuebles, el edificio Jesús Gómez Portugal, más conocido como ex convento de San Diego, y el edificio Humberto Martínez de León, también llamado ‘el edificio rojo’ por sus cristaleras de ese color. El recorrido de visita está dividido en cuatro secciones.

La primera de estas secciones gira en torno a la tradición funeraria en Mesoamérica. Entre las piezas que hacen alusión a las deidades y rituales mortuorios prehispánicos de esta sección, algunas de las cuales son copias, se exhiben representaciones de Mictlantecuhtli, dios azteca de la muerte, facsímiles de los códices Borbónico, Magliabechi, Borgiano, Laud, Caspi y un tipo de códice con cabeza de perro. Destaca especialmente una diminuta calavera de cristal de roca, que es un cráneo perfecto realizado con la técnica de pulir roca sobre roca –algo muy difícil de encontrar– y que refleja la luz y la descompone con perfección en los colores del arco iris.

En la sala dedicada al arte sacro, principalmente colonial, hay cráneos en miniatura en piedras semipreciosas y hueso humano, bisutería, alebrijes, una de las pocas Vírgenes de la Buena Muerte existentes, la cual lleva una calavera en las manos, elaborada en madera estofada y ataviada con manto en hilo de oro y un Cristo de caña del siglo XVI.

Otra de las secciones está dedicada a las artesanías que representan la muerte y proceden diversas regiones de México, y entre las piezas se muestran miniaturas, calaveras, árboles de la muerte de Metepec, juguetes, entierros y una calavera de cristal de plomo.

Otra de las salas muestra ejemplos de representaciones de la muerte por parte de artistas extranjeros. En el edificio rojo el visitante se encuentra con la plástica y la gráfica contemporánea dedicada a la muerte, con obras de los grabadores Octavio Bajonero, Alberto Castro Leñero, Carlos García Estrada, Nunik Sauret, Francisco Toledo y Roberto Montenegro, entre otros, y, por supuesto, la Catrina original de Posada.

"El mexicano distingue a la Catrina como el símbolo principal de la mujer bella pero del más allá". Los mexicanos se empiezan a acostumbrar a un tema que les puede parecer raro, pero que al verlo lo comprenden “porque lo identifican completamente con su forma de celebrar a la muerte".

La muerte en todas sus expresiones artísticas tiene su hogar en el Museo Nacional de la Muerte de la ciudad de Aguascalientes, situada en el centro de México. Allí fue donde nació artista José Guadalupe Posada, quien fuera creador de la representación mortal más característica del país, la femenina Catrina.