Medallitas del viajero, el amuleto surfero de este verano

A principios de los años 60, California ya era uno de los destinos preferidos por los surferos, prueba de ello son las canciones veraniegas de los Beach Boys y sus looks de camisas floreadas. Paralelamente al sonido de “Surfin USA”, estos chicos comenzaban una tradición que este verano se ha convertido en una tendencia que llega para quedarse de la mano de Surf 1960.

La tradición consistía en que los surfistas se regalaban unos a otros medallas de St. Cristopher y se las colgaban al cuello, como símbolo de protección y de regreso en su viaje al mar. Se trataba de un auténtico ritual de amistad y amor por el surf.

Así fue como St. Christopher se convirtió también en el patrón de surfistas, ya que este santo era anteriormente considerado el protector de los viajeros. Siempre representado como un hombre corpulemento y apuesto. García Lorca y Machado le han dedicado estrofas muy famosas, y si estos poetas hubiesen vivido en nuestra época seguro que hubiesen comprado la famosa medallita.

Actualmente en Australia, en la costa californiana, en Hawaii y en todos los lugares en los que se surfean las olas, las coloridas medallas de St. Christopher se han convertido en una tradición. Su historia de amistad y protección unidas a su originalidad no pasan inadvertidas, por eso las llevan tanto chicos como chicas, surfistas de todas las disciplinas, skaters, amantes del snowboard y longboard, y viajeros de todas partes. Y ahora se han puesto de moda y todos queremos llevar esa energía positiva colgada.

Por ejemplo, la top model internacional Eugenia Silva ha afirmado en su blog que no se separa de ella, deportistas como Rafa Nadal también poseen la suya, blogueras como Lady Addict... y cualquiera de nosotros porque tener una no supone ninguna ruina.

Lo que sí es cierto es que estas medallas bañadas en plata y esmaltadas en colores, que se venden acompañadas de una cadenita plateada de níquel, transmiten "buen rollo" con su mezcla vintage de los 60, el look desenfadado, los colorines y el surf. Cuando entras en la web (o en los puntos de venta) y te compras una, enseguida quieres otra. Para ti o para regalar como prueba de amistad. Se pueden llevar al cuello, una o varias, o a modo de pulsera o con las llaves, lo que se nos ocurra.

La exclusividad en España la tienen los hermanos Casas. Javier, un loco del surf que con solo 23 años se marchó a Australia con su tabla, y Pilar, que con unos amigos decidió marcharse a visitar a su hermano y fueron recorriendo la costa en furgoneta. Juntos descubrieron las medallas en un pueblecito, se contagiaron de su espíritu positivo y, cuando Pilar regresó a España todo el mundo quería saber la historia de esa medalla y tener una. Cuando Javier tuvo la mala suerte de romperse la rodilla, volvió a España y su hermana le animó a que aprovechara su reposo para traernos esta tradición que ya se ha convertido más que en una moda, en una filosofía.

Se pueden encontrar en dos tamaños (grandes -19€- y pequeñas -17€-) y multitud de colores.