Viaja a Nueva Orleans: Misisipi, barrio francés y mucha música
La mítica ciudad sureña estadounidense suena a jazz, es mestiza y sabe reír y llorar. Ambas cosas las hace a orillas del gran río mientras un barco de vapor surca sus aguas
Es decirNueva Orleansy entran ganas de cantar y, más aún, de coger un barco a vapory surcar el Misisipi, mientras Tom Sawyer y las aventuras de Huckleberry Finn vuelven a escribirse otra vez, con permiso deMark Twain. Aunque nos suene tristemente a desastres y huracán (en la memoria está el Katrina), Nueva Orleans, en el estado sureño de Luisiana (por el rey Sol, Luis XIV), es un saxo y un 'Oh when the saints go marchine in', yuna ciudad negra y francesaa la vez. Nueva Orleans es desgarro, es 'jazz' y 'blues'. Hay muchoscantos de sirena. Los oímosa conciencia y nos dejamos llevar.
Chic desde el principio
El que la fundó (Jean Baptiste Le Moyne de Bienville) en 1718 la llamó, atención, Nouvelle-Orleáns, en honor al duque del mismo nombre, pero pasó a manos españolas y después estadounidenses, y hoy es una mezcla de culturas que la hace todo lo poderosa que es, mucho. De hecho, el Vieux Carré, el conocido comobarrio francéso simplemente el barrio, con su imprescindibleMercado Francés, ofrece una pintoresca amalgama arquitectónica (parece París pero también Madrid) en la que predominan las casas en tonalidades pastel, ajardinadas y con singulares balcones, salpicando lasangostas calles. Por algo se dice de ella que esla menos americanade las ciudades de EEUU. Y tiene esa decadencia que la hace tan encantadora.
Louis Armstrong y la música
Ya no es que suene 'jazz' en los legendarios clubs o que te lo hagan correr por las venas los músicos callejeros mientras tratas de tomarle las medidas al río, es que el aeropuerto internacional de la ciudad lleva el nombre del gran Louis Armstrong, que vino al mundo con el siglo XX justamente aquí. Sus calles le vieron vagabundear, oficiar de chatarrero y sobre todo amar la corneta y la trompeta, rompiendo a menudo el viento con su música. Aquí hay muchoLouis. Louis el estado, Louis su músico más popular y Louis (Saint) la emblemática catedral, la segunda más antigua de los Estados Unidos.
No tendrás que buscar la música, la música irá a ti. Déjate caer porHouse of Blueso por los barrios deLeonidas o Bywater, que son lo más. Para vivir el New Orleans Jazz and Heritage Festival, conocido como elJazz Fest, hay que esperar a la primavera(próxima edición, del 28 de abril al 7 de mayo). En el 'jazz' está lo antillano, lo afroamericano, lo norteamericano y lo francés. Y aún quedan el 'rhythm and blues' y el 'delta blues'.
Un barco surcando el Misisipi
Cuando se viene a Orleans, hay que cumplir con el ritual y aventurarse por el río, a ser posible en la réplica del Natchez, un vapor de los tiempos en que Twain sacaba a esta escena a Tom Sawyer y que hace dos rutas al día. El paseo turístico incluye cena con música de 'jazz'. No tocará Armstrong, como solía, pero sí alguien que sonará como él (o casi). Estamos en el principal puerto de este río tan literario.
Vida nocturna y callejera
Un 'hot dog' o una hamburguesa en Bourbon Street, corazón de Nueva Orleans, donde se hacinan tiendas de antigüedades y curiosidades, para continuar con el 'hasta que el cuerpo aguante', por ejemplo,en el Maison Bourbon, porque no solo hay fiesta cuando el Mardi Gras (su carnaval), es de obligado cumplimiento. Como lo es callejear por las riberas cuando el sol se pone, y participar de la estimulante vida artística desparramada por Jackson Square, que no solo es 'jazz', y donde puedes coger un carruaje para recorrer el French Quarter y todo el Misisipi, para que todo sea aún más de película, o adentrarte en alguno de los garitos legendarios, como puede ser el Old Absinthe House,oel romántico, histórico y muy fotografiado Cafe du Monde. Para las compras hay que ir a la calle Magazine y para los sitios de moda, a Warehouse District.
Ciudad de leyendas
Las casas históricas como la Lalaurie, la Longue Vue House and Gardens, la Mansión Elms o la Beauregard Keyes alimentan la imaginación con leyendas yfantasmas, además del Museo Histórico del Vudú o el de la Farmacia, donde se custodian muchos secretos y rituales de las prácticas de esta religión africana, y por supuesto los cementerios. Viene a cuento decir que es la cuna de Anne Rice, la autora de 'Entrevista con el vampiro'. Y también, fuera ya de lo gótico, de Tennessee Williams, el padre de 'Un tranvía llamado deseo' (inolvidable el Marlon Brando de la versión cinematográfica)o 'De repente, el último verano'.
¿Qué comemos?
Lo del Nueva Orleans genuino es la comida criolla, como la jambalaya, plato cajún que es arroz con pollo, jamón crudo, langostinos y mucha pimienta; las ostras del golfo (de México);el 'étouffée', guiso típicotambién con arroz y marisco; el gumbo, caldo de arroz, carne y el frutodel quingombó, el arroz con frijoles rojos o el bocadillo típico, el Po’boy, relleno de ostras o gambas,lechuga, repollo, tomate y mayonesa. Pruébalo en el Cochon, en Warehouse District, donde todo es muy 'cool'. Louis Armstrong, sin ir más lejos,se despedía en sus cartas con un 'red beans and ricely yours'. Para rematar la faena, nada como los 'beignets', dulces fritos espolvoreados de azúcar glas, que te servirán en el Cafe du Monde. Te recordarán a los donuts o ¿a los churros tal vez?
Para dormir
The Ritz Carlton. El hotel es un histórico edificio de principios del siglo XX que brinda todo el encanto del French Quarter, muy cerca de Bourbon Street. Ofrece música en vivo, spa y mucho lujo. Desde 233 euros.
Omni Royal Orleans. También en el French Quarter, muy elegante y lujoso, con balcones de hierro icónicos y espacios que beben del ambiente artístico de la zona. Desde 133 euros.
Ace New Orleans. Un edificio 'art decó' nada menos que en el Warehouse District con mucho glamour y muy retro. Tiene local de conciertos y una ostería que nos llama a gritos, Josephine Estelle. Desde 180 euros.
Dauphine Orleans. Es un hotel boutique en el barrio francés con mucho encanto que resulta bucólico y muy NOLAN. Desde 113 euros.
Hilton New Orleans Riverside. En el Riverwalk, a solo unos pasos del French Quarter, todo el lujo de un Hilton: restaurantes, bares, suites, piscinas…
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Es decirNueva Orleansy entran ganas de cantar y, más aún, de coger un barco a vapory surcar el Misisipi, mientras Tom Sawyer y las aventuras de Huckleberry Finn vuelven a escribirse otra vez, con permiso deMark Twain. Aunque nos suene tristemente a desastres y huracán (en la memoria está el Katrina), Nueva Orleans, en el estado sureño de Luisiana (por el rey Sol, Luis XIV), es un saxo y un 'Oh when the saints go marchine in', yuna ciudad negra y francesaa la vez. Nueva Orleans es desgarro, es 'jazz' y 'blues'. Hay muchoscantos de sirena. Los oímosa conciencia y nos dejamos llevar.